“Los lentes de los derechos humanos servirán para valorar las distintas propuestas electorales en nuestro país”, consideró el Maestro David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Durante el lanzamiento del recientemente actualizado programa académico de la Maestría en Derechos Humanos de la IBERO el Rector dijo: “Estamos en un entorno difícil, complejo, en un año electoral además, en el que los derechos humanos se van a poner a debate como tema en sí mismos, es decir, si están presentes en los programas de gobierno, en las campañas, o si están ausentes; si hay historial de respeto y aprecio a los derechos humanos por parte de los y las candidatas”.

En el debate, los derechos humanos también estarán presentes como contenido concreto, cuando se hable de derechos sexuales y reproductivos, derecho a la diversidad, derecho al agua, derecho a un medio ambiente sano, derecho a la autodeterminación, derecho a la consulta de los pueblos indígenas, entre otros, agregó.

Ante docentes del Departamento de Derecho y estudiantes de la Maestría en Derechos Humanos de la Iberoamericana que acudieron al relanzamiento del posgrado, Fernández Dávalos destacó que México está frente a un entorno difícil en el tema de los derechos humanos, con “una violencia creciente por parte, sí, de los delincuentes, pero también por parte de las respuestas que el Estado está dando a esta situación, que han hecho que las denuncias de violaciones a derechos humanos se hayan incrementado significativamente en los últimos diez años”. 

Con una Ley de Seguridad Interior vigente, frente a la cual la Comisión Nacional de Derechos Humanos y casi la totalidad de las comisiones estatales se pronunciaron en contra, o por lo menos llamaron a una discusión más rigurosa y amplia de la misma. Con una domesticación del tema de los derechos humanos, alentada por los propios involucrados en probables violaciones a los derechos básicos de las personas, y frente a críticas importantes que hacen los organismos internacionales de derechos humanos a la actual situación en México.

“Es en este entorno complejo, en este año electoral, que la IBERO, mediante su Maestría en Derechos Humanos, quiere refrendar su apuesta en favor de éstos, como un ingrediente primordial de la democracia; porque democracia y derechos humanos son indisolubles e indiscernibles. Si no hay respeto, aprecio y promoción a los derechos humanos la democracia no existe, es una mera formalidad; y viceversa, los derechos humanos sólo pueden existir en un marco democrático”.

“Lo refrendamos como una utopía operativa de los mínimos exigibles, es decir, aspiramos a que todo mundo tenga todos los derechos para todos y todas, y esto es exigible desde ya. Es la utopía que hace operativa nuestra acción educativa, y nuestra acción sociopolítica y cultural en nuestra institución. Es una herramienta de lucha, no es un discurso, también así  queremos reivindicar y refrendar nuestro compromiso con los derechos humanos; ha de ser una propuesta electoral a los candidatos y candidatas de parte de nuestra universidad”.

Añadió que la Universidad Iberoamericana también refrenda su apuesta por los derechos humanos como un eje de civilidad y convivencia en México, como un elemento indispensable en la procuración y administración de justicia, “como un elemento indispensable en el modelo de seguridad democrática y ciudadana al que aspiramos arribar, como un elemento indispensable en el combate al crimen, en el combate a la delincuencia y para la construcción de la paz en nuestro país”.

Por las anteriores razones, la Maestría en Derechos Humanos es un programa educativo de posgrado muy importante para la IBERO, de la cual tiene todo el respaldo institucional, por lo que “esperamos que haga una diferencia en el país, en la reivindicación de los derechos humanos, como ha quedado dicho, como eje, como propuesta, como utopía. Los derechos humanos son una meta a la cual llegar, pero también son el modo de hacer el camino y al mismo tiempo son la antropología que lleva adelante este camino”.

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Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM