Globalización e internet, la inundación del desconocimiento

Jue, 29 Sep 2016
Es momento de hacer un alto en el camino y realizar una valoración acerca de la importancia de este “amor al saber en su forma más elevada”
  • Platón (Foto: djaphil.fr)

No me imagino lo que pudiesen llegar a sentir Platón, Aristóteles, Anaximandro, Parménides o Heráclito si volviesen a nacer y descubrieran el modo de pensar y de comportarse de un gran sector de la sociedad del siglo XXI.

Para nuestra mala fortuna, desde mi punto de vista, el mundo que nos circunda se encuentra inmerso en una profunda crisis de pensamiento, en el que cada día queremos pensar menos y obtener más. No cabe duda que el proceso de globalización y la llegada de instrumentos como las redes sociales, el internet en su máximo apogeo y los diversos aparatos tecnológicos que nos rodean, nos han convertido en presas de un ambiente en el que cada día nos idiotizamos de mayor forma.

Hemos dejado de querer saber por saber, convirtiéndonos en seres lacónicos y sórdidos, intelectualmente hablando, e inundados de desconocimiento. Cada día se escucha con mayor frecuencia en lugares comunes, como en los salones de clase, aseveraciones como la siguiente:“¿Y esto de qué me va a servir?”

Pareciera que los alumnos se han convertido en “semisabios” que creen saberlo todo y que con expresiones como la anterior sólo nos demuestran de manera recalcitrante la profunda desolación intelectual que los acoge. No me resulta comprensible cómo a pesar de que nuestro planeta se encuentra atravesando una crisis importante, con muy poca frecuencia la gente se cuestiona acerca de los multicitados problemas.

Como bien ha sido establecido por diversos autores (así como tratado en clase), mientras existan problemas, la filosofía continuará existiendo. Derivado de lo anterior, se demuestra que el problema no es la subsistencia de esta ciencia, sino la importancia que como humanidad le estamos otorgando.

La mayor parte del tiempo, preferimos hacer uso de las bondades que el avance tecnológico y técnico nos han brindado, queriéndonos alejar de la búsqueda de la verdad en sí misma, evadiendo darle explicación a todos y cada uno de los fenómenos que día con día nos vislumbran y asombran. Pareciera que vivimos en una época en que si los sofistas continuasen existiendo, muy probablemente serían una especie de secta mucho más que recurrida y solicitada.

Es momento de hacer un alto en el camino y realizar una valoración acerca de la importancia de este “amor al saber en su forma más elevada” y de las externalidades positivas que pudiese generar en nuestro mundo.

Debemos de tomar en cuenta que este saber ABSOLUTO es cualidad exclusiva de Dios, sin embargo por burdo que pudiese resultar esta especie de pensamiento deductivo, entre más podamos saber, más podremos comprender las bendiciones y maravillas que ÉL nos ha preparado. Si la herramienta se encuentra a nuestro alcance, si nuestra capacidad se adecua a la filosofía, ¿por qué alejarnos de ella? 

JPSC

prl/ICM

 

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