IBERO brinda educación para la no discriminación

Mié, 6 Sep 2017
La Universidad busca que su alumnado reconozca la diferencia, genere tolerancia y conviva en la diversidad
  • El Rector habló de cómo quiere educar la IBERO sus estudiantes para no discriminar.
'Educación para la no discriminación. Una exigencia ética y política para tener derecho al futuro’
Segunda y última parte
Aunque la discriminación no nace en la escuela, porque es una  conducta socialmente aprendida, muchas veces sí se reproduce, esconde o cobija en los centros educativos, por indiferencia y falta de atención a comportamientos  intolerantes y discriminatorios, consideró el Maestro David Fernández Dávalos S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Frente a esta problemática, la IBERO quiere que sus alumnas y alumnos reciban una educación para la no discriminación, y para ello les ayudará a desarrollar competencias básicas, porque “queremos generar competencias en ustedes (estudiantes), para que ustedes se conviertan en defensores del derecho a la diferencia, de todos los derechos humanos, y que ustedes ejerciten el derecho a  ser diferentes”, destacó el Rector.
En su conferencia ‘Educación para la no discriminación. Una exigencia ética y política para tener derecho al futuro’, que brindó en la octava edición de 'Expo Aru’, el Mtro. Fernández Dávalos dijo que las competencias en las que la Iberoamericana formará a sus estudiantes para que éstos no discriminen son:
1. Reconocer el derecho a la diferencia. Es decir, respetar, no perseguir ni estigmatizar al que es diferente, piensa diferente o se viste diferente; porque tiene derecho a ser y hacerlo así.
2. Generar tolerancia. Aunque no es el ideal, es el mínimo exigible; e implica poder exigir a cualquiera que no agreda o irrespete al otro que es distinto.
3. Convivir en la diversidad. Que es una parte divertida e intrínseca de la vida universitaria, porque abre horizontes al aprender a convivir con quienes son distintos y piensan de manera distinta. 
Tras esas palabras, el Rector animó a los jóvenes universitarios a ejercer su derecho a la diferencia, a la inclusión y a la pluralidad; y afirmó que merecen el respeto de todos, quienes tienen el valor de asumir su diferencia y deciden ejercerla como un derecho; lo que “puede ser criticado, como todos somos criticados por el modo en que nos vestimos, pero no podemos negarle el derecho”.
Por eso, independientemente de que la Universidad Iberoamericana los formará profesionalmente con suficiencia, “el mejor aporte que podemos hacer a ustedes es formarlos con una identidad abierta, plural, gozosa; no confrontada, ni llena de odio por los demás o en actitud de revanchismo de aquellos que no son como tú”.
La identidad y los otros
Amplió que la propuesta educativa para la no discriminación y la igualdad tiene como eje el que haya una relación de complementariedad en las y los estudiantes, o sea, que formen su propia identidad y al mismo tiempo vayan desarrollando la capacidad de empatía. 
“La identidad, lo que ustedes son, es una construcción subjetiva, es decir, la que ustedes hacen relacionándose con el entorno y con otras personas. Yo voy a saber lo que soy solamente si me relaciono con otros que son distintos, o desde la mirada de los otros. No es sólo como me veo yo, sino también como me ven los demás y cómo actúo en el entorno”.
Pero hay un margen de libertad para esa construcción, que no está determinada, pues tiene que ver con lo que uno quiere ser y hacia dónde va. Y otra cuestión interesante, la identidad no es inmutable ni monolítica, porque en la vida las personas van cambiando, por lo que se pueden ir definiendo de distintas maneras.
Y no es monolítica porque las personas son la suma de todos sus rasgos, no uno solo. “Por ejemplo a las personas gays se les desprecia por uno de sus rasgos de personalidad, que es su preferencia u orientación sexual; pero ellos son además muchas otras cosas, son hermanos, son compañeros, son estudiantes, son profesionistas, son voluntarios”. Y justo la absolutización de un solo rasgo, no de toda su personalidad, es lo que se valora negativamente y produce discriminación social. 
Por otra parte, “cada rasgo es una posibilidad de encuentro con los demás”, con otros que tienen ese mismo rasgo. Y aunque hay rasgos inmutables, que no se pueden cambiar, como el color de piel, “sí se puede cambiar la mirada con la que vivimos, podemos cambiar la experiencia con la que vivimos. Una orientación sexual se puede vivir con angustia, con culpa, con sentimiento de inferioridad, con ganas de agradar a todo mundo; o se puede vivir con gozo, con orgullo, con libertad, con plenitud”.
Y también se puede cambiar la experiencia ajena frente a los rasgos. “En la medida en que el afroamericano sale a la calle y dice: black lives matter, en esa medida será respetado y llamará la atención de la sociedad y cambiará el modo de ver a las comunidades marginadas”.
“Queremos promover la construcción de identidades plurales, elegidas  en libertad y elegidas en convivencia armónica con otras identidades. Por eso hablamos de que la IBERO quiere ser plural, diversa, inclusiva; porque eso nos ayuda a todos y todas”.
Además de libres, esta Universidad también quiere que sus alumnos (as) sean autónomos moralmente, “para que resistan las presiones del entorno y de quienes quieren limitar la esfera de nuestra libertad”.
“Cuando somos adolescentes le tenemos que pegar al que es raro, es gordo o está bizco, porque con eso nos hacemos aceptar, porque no tenemos todavía autonomía moral y somos muy frágiles a la presión social. Lo que queremos es que ustedes la resistan (la presión social) y sepan tener esa autonomía moral para tener sus propios juicios, independientemente de los juicios que hagan las mayorías bien pensantes, o los grupos conservadores, o las Iglesias, sean cuales estás sean”.
“Queremos que tengan juicio crítico y capacidad de discernir, como medios para superar interpretaciones maniqueas o simplistas de los hechos”; como la de afirmar que los pobres son pobres porque no quieren trabajar o son flojos. “Esa es una interpretación simplista y maniquea de una realidad social bastante más compleja”.
A favor de la igualdad
El Rector agregó que la IBERO también quiere que sus estudiantes puedan deliberar públicamente y tengan capacidad de poner argumentos y razones, con vistas a convencer a los demás de su postura no discriminatoria y a favor de la igualdad. 
“Queremos que desarrollen ustedes un sentido de justicia a partir del cual reconozcan a los otros y otras como sujetos de derechos, y asuman un compromiso con la promoción del principio de igualdad en derecho, igualdad de trato, igualdad de oportunidades para todos y todas”.
Asimismo que cultiven el respeto y la tolerancia pluralista, o sea, la disposición a aceptar y convivir con cualquier forma de ser, de pensar y de actuar. Y que desarrollen capacidades para salir de sí mismos, “ver las cosas con los ojos de la otra o del otro que es excluido, discriminado o empobrecido, para que puedan generar empatía y solidaridad; como vía para superar ese individualismo egocéntrico y estar en condiciones de comprender e interactuar con el otro o con la otra”.
Destacó que la valoración de la diversidad pasa por la solidaridad y la empatía; y ésta última es la capacidad de ver al otro o a la otra como una persona con derechos, y por lo tanto como una persona igual. O como dicen los zapatistas: "Tenemos derecho a ser diferentes porque somos iguales"; o como dice Boaventura de Sousa: "Yo tengo derecho a ser igual cuando la diferencia me disminuye, pero tengo derecho a ser diferente cuando la igualdad borra mis rasgos particulares"; refirió el Padre David.
“Se requiere desarrollar conocimiento y genuino interés por lo que son los otros y por la interacción creativa con ellos y ellas. Conozcan a los que son distintos, acérquense o los que son distintos e interactúen, muchos prejuicios se les van a caer y se van a dar cuenta que ese, esa, son exactamente igual que uno, con las mismas limitaciones y problemas, y angustias e ideales que los que tiene uno”.
“La mejor educación en derechos humanos que pueden recibir los niños,  niñas y jóvenes es ver plenamente respetados sus derechos. Y esa es otra cosa que queremos hacer caer en la cuenta a todos los que formamos parte de la Comunidad Universitaria de la IBERO, que nos vamos a formar si nuestros derechos son respetados incondicionalmente. Tú tienes derecho a ser diferente, pero también respeta a quien quiere serlo de otra manera distinta a como tú lo eres”.
De esta manera, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México pretende ayudar a formar en el amor, la tolerancia, en el no a la exclusión, el no al racismo, el no al clasismo, el no a la misoginia y el no al sexismo.
Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM
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