Ingenieros egresados de la IBERO crean fertilizante orgánico

Mié, 27 Dic 2017
Sara Landa Lizarralde y Gonzalo Méndez Sahagún ganan el 2° lugar del ‘Premio Citibanamex a la empresa con mayor impacto social’
  • Ing. Sara Landa Lizarralde e Ing. Gonzalo Méndez Sahagún (Pedro Rendón/IBERO).
Por: 
Ing. Sara Landa Lizarralde e Ing. Gonzalo Méndez Sahagún, egresados de Ingeniería Química de la IBERO

Se estima que para el 2050 seremos 9 mil millones de personas en el mundo, hecho que incrementará la demanda alimenticia, misma que se piensa sostener con una agricultura intensiva en fertilizantes químicos.

La manera tradicional de fertilizar los campos es con los nutrientes: nitrógeno, potasio y fósforo. Nitrógeno y potasio tienen ciclos renovables; no así el fósforo. Si continuamos con este modelo de consumo, la oferta de fósforo no podrá abastecer la demanda.   

El fósforo no se puede suplir y es un elemento esencial para la vida. La base de nuestro ADN es de fósforo; las membranas de nuestras células están hechas de fosfolípidos; la energía de todo ser vivo, la adenosina trifosfato (atp), está hecha de fósforo. Acabarse el fósforo no es una opción; es inevitable, la forma de fertilizar va a cambiar.

Del ciento por ciento del fósforo que se le agrega a las plantas, éstas sólo pueden absorber el fósforo hidratado, que representa 15 % del fósforo total. Es por eso que nosotros nos dimos a la tarea de desarrollar ‘Nicolasa’, fertilizante orgánico para aguacate, que al contener micorriza (simbiosis entre un hongo y las raíces de una planta) puede absorber de 85 a 90 % el fósforo total; por lo cual se necesita aplicar 80% menos fósforo en el fertilizante.

Nuestros insumos trabajan en mancuerna como un equipo de futbol. El chiste es que cada uno tiene una función específica. La micorriza es nuestro volante, absorbe a los nutrientes del suelo y los canaliza a la planta; los macronutrientes son nuestros delanteros; las algas y bacterias son nuestros laterales, nadie les toma mucha importancia pero son esenciales para completar el equipo. La materia orgánica es la cancha es donde se está jugando. La idea es observar, replicar y potencializar el trabajo que hace la naturaleza.

‘Nicolasa’ es uno de los productos creados en SIMBIÓTICA, empresa que fundamos como socios el año pasado, y cuyo enfoque radica en la creación y subsecuente producción masiva y distribución de fertilizantes orgánicos tecnificados para el campo mexicano.

Con ‘Nicolasa’, nuestro fertilizante orgánico artesanal, ofrecemos una solución integral a la nutrición del cultivo. Nuestro fertilizante, además de tener macro y micro nutrientes, tiene materia orgánica, microorganismos y algas que trabajan en mancuerna para maximizar la absorción de nutrientes por parte del árbol. Todos los insumos y sus cantidades han sido específicamente elegidos para que en su conjunto aporten al cultivo las condiciones óptimas para desarrollarse, mejorar su productividad al mismo tiempo que se regenera el ecosistema de las raíces.

Uno de los problemas más grandes de la fertilización química es que intoxica a las tierras, dejándolas inservibles después de unos años de uso. Esto hace que los agricultores tengan que dejar a sus tierras, talar montes y empezar otra vez. Con nuestro fertilizante podemos revertir los daños causados por este fenómeno. Le regresamos a la tierra las propiedades físicas y químicas y junto con los microorganismos, la dejamos fértil. El objetivo es que las tierras no tengan fecha de caducidad.

En nuestro proceso de producción no generamos ningún desecho. El agua utilizada se consume en su totalidad y en lo que trata de nuestros consumos energéticos, son despreciables. Le damos seguimiento a los sacos donde envasamos el producto para poderlos reutilizar y así tener un balance de cero desechos.

Con ‘Nicolasa’ ganamos el segundo lugar del ‘Premio Citibanamex a la empresa con mayor impacto social’, donde registramos nuestro proyecto con el nombre ‘Fertilizante orgánico para aguacate, a base de emulsiones de diferentes fuentes orgánicas junto con promotores de crecimiento, bacterias y hongos; de calidad homogénea y proceso industrializado’.

 

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