Luna negra, ¿presagio del fin del mundo? La explicación religiosa

Vie, 30 Sep 2016
En el libro de Mateo se detalla: “Después de la tribulación, el Sol se oscurecerá, la Luna no irradiará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y los ejércitos celestes temblarán, entonces aparecerá en el cielo la señal del hijo del Hombre”.
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En la concepción religiosa, el fin del mundo representa un momento de esperanza y está vinculado con el final de las penurias y el sufrimiento de las sociedades, más que por eventos físicos o astronómicos como el de la “luna negra”.

El Dr. Gonzalo Balderas Vega, profesor del Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, advirtió que quien no tiene una formación correcta y teológica de los textos religiosos “los toma en sentido literal y se alarma. Una lectura fundamentalista, acrítica”.

La “luna negra” es un fenómeno natural que ocurrirá este viernes 30 de septiembre en el hemisferio occidental y que por un efecto óptico quedará prácticamente “invisible”. El 1 de septiembre, en África, se observó el “anillo de fuego”, un evento en el que la Luna no cubre en su totalidad al Sol y deja una circunferencia radiante. Estos dos acontecimientos han alarmado por su aparente relación bíblica.

En el libro de Mateo, capítulo 24, versículo 29, se detalla: “Inmediatamente después de la tribulación, el Sol se oscurecerá, la Luna no irradiará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y los ejércitos celestes temblarán, entonces aparecerá en el cielo la señal del hijo del Hombre”.

Para muchos, estos fenómenos naturales marcan el inicio del apocalipsis. 

Sin embargo, el catedrático de la IBERO afirmó que se debe hacer un análisis completo para entender que se habla más bien de la segunda venida de Cristo a la Tierra, que marca el fin de las injusticias y el establecimiento del Reino de Dios, es decir, un momento de esperanza y no de miedo.

“Quién no tiene una formación religiosa, teológica, no va a entender de qué está hablando el autor, hay que tener muy claro que el autor apocalíptico o los apocalipsis de los evangelios no son para atemorizar sino para fortalecer la esperanza de una comunidad cristiana. No son esas cuestiones astronómicas, mal leídas que no tienen que ver nada con lo que el texto (bíblico) dice”.

Afirmó que la “literatura apocalíptica une los fenómenos sociales y los cósmicos para hablar del fin, no del mundo (en su totalidad), sino de un mundo que es gobernado por los injustos” y que una vez acabado  será gobernado por Dios. 

Este final, comentó, está anunciado dentro de los documentos religiosos por catástrofes de tipo social (guerras, revoluciones, hambruna) y cósmico (fenómenos naturales), pero al final siempre con la idea esperanzadora de que todo mejorará. “El apocalipsis no es para dar temor sino para decir: cristianos, el fin de lo que les produce tanto sufrimiento está a punto de llegar”.

Incluso, en tono irónico, el Dr. Gonzalo Balderas Vega dijo que si un mexicano católico hace una lectura apocalíptica a partir de los versículos bíblicos puede ver los signos del fin: el narco, la delincuencia, la violencia de Estado, sobre todo a partir de que en el libro de Mateo se habla de que antes de la llegada de Cristo habrá mucho dolor.

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Iván Cabrera

 

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