A sólo unas semanas de la celebración de la Guelaguetza y de las vacaciones de verano, el panorama se muestra pesimista para el turismo en Oaxaca, que se verá muy perjudicado, aunque no irremediablemente, señaló el maestro Gerardo Herrera, académico de la Licenciatura en Mercadotecnia de la Universidad Iberoamericana, y creador del Diplomado en Marketing y Redes Sociales de la Ibero.

Tras los desafortunados hechos de Nochixtlán, cualquier turista que busque información sobre el estado se topará con noticias sobre manifestaciones, violencia y bloqueos, lo que indudablemente afectará sus planes de viaje.

Si los hechos de violencia hubieran sucedido en febrero o marzo, las autoridades turísticas de Oaxaca habrían tenido tiempo suficiente para un brandwashing o lavado de marca, pero con tan pocas semanas para el inicio de la temporada vacacional, puede preverse un alto nivel de cancelaciones.

En las últimas horas, Juan Carlos Rivera, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca, declaró que tan sólo el lunes 21 de junio se cancelaron 25 por ciento de las reservaciones de turistas nacionales y extranjeros para las dos semanas de la fiesta de la Guelaguetza, lo que representa una pérdida de aproximadamente 75 millones de pesos, de los 300 millones que se esperaban registrar.

Al respecto, el especialista de la Ibero subrayó que los organismos de promoción turística tendrán que poner en acción una muy fuerte campaña de relaciones públicas y sacar a relucir noticias sobre las actividades que los turistas podrían disfrutar en la entidad, esperando “que el ruido de las buenas noticias vaya apagando el de las malas”.

“Los estados históricos indígenas como Oaxaca son receptáculo de un fuerte turismo extranjero, particularmente europeo”, añadió.

De este modo, será necesario promover todo lo relacionado con festivales, ecología y cultura indígena, señaló Gerardo Herrera, quien destacó que Oaxaca es un lugar “estupendo para promover el turismo ecológico”.

Apuntó que lamentablemente los hechos en Nochixtlán afectan gravemente a la “marca país” de México. Así, mientras que el norte y el centro del territorio nacional son asociados fuera de México con el narcotráfico, ahora el sur, que tenía “cierto blindaje”, será ligado con la violencia de las manifestaciones.

JTGI/ ah