Tortura a mujeres durante arrestos arbitrarios es común en México: AI

Lun, 26 Sep 2016
Investigadora de Aministía Internacional presenta en la IBERO el informe “Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México”
El estudio recabó el testimonio de 100 mujeres presas acusadas de delitos graves
  • "Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México", informe de AI

En México es algo rutinario que durante arrestos arbitrarios las mujeres sean víctimas de tortura, caracterizada ésta por ser altamente sexualizada, es decir, que el cuerpo de las mujeres es perjudicado durante la detención, dijo Madeleine Penman, investigadora para México de Amnistía Internacional (AI).

Al presentar el informe Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México, en el II Seminario sobre Tortura y Género: Rompiendo el Silencio, realizado en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Penman agregó que al realizar esta investigación, AI observó que la tortura de mujeres se da en todos los niveles y órdenes de cuerpos de seguridad, al ser provocada por policías federales, estatales y municipales, elementos de la Marina y del Ejército.

El contexto del informe es la lucha contra el narcotráfico en la que AI sostiene que la tortura está generalizada. Penman añadió que en México los reportes de casos de tortura aumentaron a partir de 2006 como resultado de la “guerra contra las drogas” del gobierno; que según  la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en 2013, el número de quejas por tortura fue 600 por ciento mayor que en 2003; y que de acuerdo con una reciente encuesta 64 por ciento de los mexicanos tienen miedo de ser torturados si son detenidos.

El informe, que analiza las historias de 100 mujeres que denunciaron tortura y otras formas de violencia durante su arresto e interrogatorio a manos de la policía y las fuerzas armadas, todas ellas en prisión acusadas de delitos graves, revela que durante su detención recibieron golpes o palizas el 93 por ciento; y que el tipo de violencia sufrida fue: verbal o psicológica en el ciento por ciento, física, en 97 por ciento, y sexual, en 72 por ciento.

En otro rubro, los tres principales estados donde incurrieron las presuntas torturas o malos tratos fueron: Ciudad de México, 19; Estado de México, 15; y San Luis Potosí, 10.

“Con mi familia, me decían que iban a dañarlos si no les decía dónde estaba la persona que ellos buscaban. Me decían que me lastimarían físicamente y sexualmente” (testimonio de una mujer que participó en el informe).

La investigación precisa que algunas de esas formas de violencia infligidas a las mujeres, en muchos casos con la intención de hacerles confesar delitos graves, son: palizas brutales, amenazas de violación a ellas y a sus familiares, semiasfixia, descargas eléctricas en los genitales, manoseo de pechos y pellizcos en los pezones; violación.

De las 100 mujeres entrevistadas para elaborar este informe, 33 denunciaron haber sido violadas durante el arresto. 

Al separar por cuerpos de seguridad el porcentaje de arrestos en los que hubo violación, los datos arrojados son: Marina, 80 por ciento; Policía Municipal, 60 por ciento; Policía Estatal, 50 por ciento; Ejército, 50 por ciento; y Policía Federal, 19 por ciento. “Diez de las cien mujeres dijeron que fueron embarazadas durante su arresto y ocho perdieron al bebé por la tortura”, agregó Penman.

Madeleine Penman afirma que se resta importancia o se ignora en gran medida el impacto de la tortura en las mujeres, que no se puede separar del tema de la discriminación, pues la tortura tiene mayor impacto en madres solteras y mujeres sin pareja masculina. Además, las jóvenes (27 años era el promedio de edad de las mujeres del estudio al ser detenidas), de bajo nivel educativo y con escasos ingresos corren especial peligro de ser detenidas por la policía o el Ejército.

El ingreso mensual de las mujeres, antes de ser detenidas era (en dólares americanos): 5 a 20, en el 4 por ciento de ellas; 25 a 50, 22 por ciento; 50 a 260, 32 por ciento; 260 a 800, 20 por ciento; de 800 a 2000, 4 por ciento; más de 2000, 1 por ciento; y sin respuesta, 17 por ciento. Esto quiere decir que la mayoría de las mujeres del informe tenían un ingreso menor a cinco mil pesos al mes.

Esas mujeres, personas en situación de vulnerabilidad, es contra quienes se dirige la estrategia del gobierno (en la guerra contra el narcotráfico), por lo que no se puede separar el tema de la tortura del de la discriminación, mencionó Penman.

“Mi novia me abrazó y nos volvió a pegar y dijo pinches lesbianas (una detenida por marinos en 2001)

Agregó que recibían una mayor humillación las mujeres que no cumplían o transgredían los roles de género esperados, por ejemplo ser lesbianas. “Sin duda es una cuestión de patrones culturales que se reproducen desafortunadamente incluso desde las mismas autoridades que supuestamente deberían estar protegiendo a los ciudadanos, es decir, los policías mismos y las policías mismas, (porque) no tiene que ser hombre para ejercer violencia contra la mujer, tienden a reproducir los estigmas, los estereotipos dañinos de género que enjaulan mujeres”.

En cuanto a las detenciones, la investigadora comentó que una proporción bastante alta de las mismas se llevó a cabo en los mismos domicilios de las mujeres. “Estamos hablando de allanamientos arbitrarios sin órdenes de cateo, detenciones que se hacen sin órdenes de aprehensión. Estamos hablando de mujeres que en un primer momento pensaban que se trataba de un robo en su casa y luego se dan cuenta que están siendo llevadas a la fuerza por policías o marinos”.

De las 100 mujeres entrevistadas: 82 por ciento habían sido detenidas a partir de 2011. En cuanto al número de detenciones: 59 fueron hechas por la policía federal, 16 por la policía estatal, 14 por el Ejército, 10 por la Marina y cinco por la policía municipal

De esas mismas cien mujeres, 33 por ciento fueron acusadas de formar parte de grupos de delincuencia organizada, 23 por ciento de delitos de narcotráfico, 22 por ciento de secuestro y 14 por ciento de posesión ilegal de armas de fuego.

“A final de cuentas, las autoridades terminan imputándolas de un delito; en muchas ocasiones parece ser que son delitos fabricados y la tortura se usa para fabricar los delitos, es decir, en muchos de los casos que hemos documentado las mujeres son sujetas de detenciones arbitrarias con el fin de incluirlas en una acusación en contra de una o varias personas diciendo que son parte de una banda de secuestradores o una banda de delincuencia organizada”.

La investigadora de AI aseveró que entre las mujeres del informe hubo quienes sufrieron 15, 20, 30 horas de tortura; una práctica fomentada por la tolerancia a la misma y la cultura de encubrimiento existente en México. Del total de casos, en el 33 por ciento no hay una investigación abierta por violencia, malos tratos y tortura; y 37 por ciento desconoce si la hay.

“Cuando me iban a poner a disposición dijeron que si decía que ellos me torturaron iban a ir con mis hijos y se los llevarían” (testimonio de una mujer que participó en el informe).

“La tortura es un método ineficaz de investigación. Cuando se usa en un sistema de justicia penal quiere decir que ese sistema es incapaz de investigar, que hay impunidad y no sirve para las víctimas de delito, para los procesados, ni para la sociedad… la tortura no se puede permitir en ninguna circunstancia, en contra de ninguna persona y simplemente termina con personas inocentes en la cárcel”.

Entre algunas de las recomendaciones que el informe de Amnistía Internacional hace destacan:

  • Al Congreso. Adoptar sin demora la Ley General contra la Tortura, y que ésta garantice la penalización de la tortura y malos tratos; que todas las declaraciones y pruebas obtenidas bajo tortura, otros malos tratos u otras formas de coacción queden excluidas sin demora de las actuaciones judiciales.
  • Al Presidente de la República. Ordenar la retirada sin demora de las fuerzas armadas de las tareas relativas a la seguridad pública, reconocer públicamente la magnitud del problema de la tortura y los malos tratos en México, en concreto el uso de la violencia sexual contra las mujeres.

El informe también emite recomendaciones a la Secretaría de Gobernación, a la Policía Federal, Ejército, Marina, Consejo de la Judicatura Federal, Procuraduría General de la República y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Para consultar completo el informe "Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México”, visite:
http://amnistia.org.mx/nuevo/wp-content/uploads/2016/06/AMR4142372016SPANISH.pdf

Pedro Rendón/ICM

 

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