Al ser la carpeta asfáltica únicamente la capa superior de un pavimento, la reparación de baches en urbes como la Ciudad de México requiere más que tapones superficiales, y debe realizarse a través de procesos profundos que tomen en cuenta las otras capas del suelo, garantizando un buen arreglo que perdure a lo largo del tiempo, señaló el Mtro. Agustín Ortega García, docente adscrito al Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil de la Universidad Iberoamericana, en donde también coordina la Maestría en Ingeniería con Especialidad en Administración de la Construcción.

 

Acompañado del laboratorista Joaquín Chávez Martínez, el especialista presentó a PRENSA IBERO el Laboratorio de Suelos y Pavimientos de esta institución, el cual está equipado con equipos de primer nivel que, a diferencia de otras universidades en las que sólo especialistas interactúan con los aparatos, están al alcance de las y los alumnos para contribuir a su preparación.

 

El laboratorio de suelos es un espacio especializado en el uso de equipo para realizar la caracterización del suelo para entender su comportamiento y diseñar de manera eficiente y segura elementos de cimentación y contención. En el laboratorio de pavimentos se realiza la caracterización de materiales para el diseño de mezclas asfálticas y terraplenes, con el objetivo de garantizar la seguridad, durabilidad y sostenibilidad de los proyectos de infraestructura de transporte.

 

En entrevista, el especialista de la IBERO lamentó acciones de autoridades que para presuntamente reparar baches realizan tapones superficiales en la carpeta asfáltica sin hacer estudios que comprueben o descarten que los daños se presenten en la capa base (que se compone generalmente de piedra triturada, recibe los esfuerzos de la carpeta asfáltica y los transmite a las capas inferiores), en la capa sub base (cuya función es reforzar la estructura), o en el subrasante (el terreno natural o suelo en el que se asienta la estructura completa del pavimiento).

 

“Si los baches se repararan de manera correcta, no sólo se harían tapones; se abriría, se sacaría todo lo que hay en el agujero, y se volverían a colocar todos los materiales para tener la estructura completa una vez más”, señaló el profesor.

 

 

Para el profesor, estos baches no se reparan de manera adecuada debido a los tiempos políticos y de duración de las administraciones: "y es que muchas veces los políticos no quieren aventarse el ‘tiro’ de abrir toda la calle para arreglar el pavimento porque lo que realmente desean es terminar con sus encargos y tareas lo menos golpeados políticamente”.

 

El experto llamó al gremio de la Ingeniería Civil, a través de organismos colegiados, colegios, y asociaciones, a recordarle a los gobiernos que desde la Academia hay interés y apertura para colaborar y mejorar la vida de la ciudadanía. Por otro lado, pidió a la gente a informarse sobre estos temas: “no tienen que aprenderse ecuaciones ni hacerse especialistas, pero sí tener noción de en qué están viajando y sobre qué están caminando, y así tener mayor noción por qué se dan ciertos eventos.

 

 

Uno de los aparatos que el alumnado de la IBERO, principalmente el de Ingeniería Civil, utiliza para analizar la calidad de asfaltos es la Rueda de Hamburgo, un equipo para la determinación de la susceptibilidad a la deformación permanente y el daño por humedad de mezclas asfálticas que mandó a construirse especialmente para la docencia.

 

“En la universidad estamos muy preocupados de formar ingenieras e ingenieros civiles responsables. De hecho, nuestro plan de estudios tiene un eje temático especializado en transportes”, señaló el profesor.

 

Con el eje temático de transportes, las alumnas y alumnos de Ingeniería Civil conocen de lo general a lo específico, como el tipo de pavimentos o cómo funciona la infraestructura de transporte: “porque al final del día, lo que todos queremos es ir de nuestra casa al trabajo, al cine, al partido de futbol, o a donde sea que vayamos, con caminos seguros y sin tener que preocuparnos de que algo malo nos pase”.

 

“Todas y todos viajamos en auto particular, en autobús, en tren, en avión; las y los ingenieros civiles pueden contribuir a que lo hagamos sin miedo, añadió el entrevistado: “Estos laboratorios son el resultado de un trabajo de 70 años; en la IBERO nos hemos preocupado por equiparnos, prepararnos, y traer a los mejores perfiles en cada tema”.

 

Finalmente, en torno a las preocupaciones de la ciudadanía que en redes sociales percibe mayores daños al pavimento en los últimos años, el Mtro. Agustín Ortega García señaló que en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes existe normatividad para evaluar pavimentos y sus diseños, que podrían otorgar indicadores del estado real del suelo: “si se llevaran  a cabo este tipo de evaluaciones de manera regular podríamos saber en dónde falla el pavimento y por qué; pero son actividades de mantenimiento y conservación que requieren tiempo, dinero, recursos y personal capacitado, y todo se traduce en dinero; una gran pregunta sería ‘¿dónde está el dinero y que se está haciendo con él?’, ojalá que mantenimiento, conservación y mejoramiento constante, que sería en beneficio de todas y todos”.  

 

Ingeniería Civil en la IBERO busca formar profesionales que impacten en el desarrollo social y en la calidad de vida de las comunidades a través de la planeación, diseño, construcción y operación de proyectos de infraestructura. 

 

La Maestría en Ingeniería con Especialidad en Administración de la Construcción de la IBERO te prepara para liderar obras con eficiencia, sostenibilidad y alto impacto competitivo. Es ideal para ingenieros e ingenieras que buscan asumir posiciones de liderazgo dentro del sector de la construcción, mejorando procesos y optimizando resultados.

 

Los laboratorios y talleres IBERO impulsan la creatividad y la colaboración interdisciplinar, ofreciendo a la Comunidad Universitaria diferentes espacios especializados para explorar y descubrir, utilizando tecnologías de vanguardia.