Meterse al fondo de la paternidad implica desandar caminos porque la masculinidad hegemónica ha favorecido que las madres se hagan cargo de varias actividades que tienen que ver con los hijos y las hijas, afirmó el Doctor (Dr.) José Luis Caballero Ochoa, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Académico del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México (CDMX).

Como parte de las reflexiones del Centro de Estudios Críticos de Género y Feminismos (Cecrige) de nuestra IBERO, el investigador de nuestra casa de estudios hizo algunas reflexiones sobre los desafíos que significa ejercer una paternidad consciente y afectiva en contextos donde aún impera la masculinidad hegemónica.

Indicó que el patriarcado ha hecho que a los hombres los lance a proveer y a llenar los espacios de la economía familiar, lo que ha impedido que salgan elementos fundamentales en la paternidad, como la ternura y el amor.

"El mandato de la masculinidad es ajeno a la ternura, ajeno a abrazar y a estar cerca. Cuando uno deja salir eso se desestabiliza el mandato de masculinidad tradicional. Es la relación del amor que fluye y eso permite que se desestabilice ese modelo de paternidad hegemónica", señaló.

También apuntó que hay que entender que las hijas y los hijos tienen derechos y cuando los padres lo empiezan a visibilizar, a entender y a redireccionar y se comprende que son sujetos de derechos como niños y niñas, permite desandar la masculinidad hegemónica.

"Esa plenitud de experiencia del cuidado-crianza, el amor en la ternura y entender a los hijos e hijas como sujetos de derecho es lo que puede trastocar dicho modelo de masculinidad hegemónica".

Texto: Luis Reyes/ Foto ilustrativa generada con Firefly

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