Durante las IV Jornadas Académicas de la Sociedad de Alumnos de Historia, dedicada a la Resistencia civil y laboral en México, se brindó la conferencia Marginados y revoltosos, donde la académica Cristina Vázquez Carpizo hizo un recuento de la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). A partir de un análisis de la Sexta declaración de la selva lacandona y la otra campaña en el escenario político nacional actual, Vázquez dijo que en este manifiesto, dado a conocer en junio de 2005 y ligado completamente al mundo indígena, se hace un resumen del EZLN en 12 años de vida pública nacional, bajo un complicado escenario preelectoral, donde el zapatismo se deslinda de todos los partidos, sobre todo del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Previamente, el vocero del EZLN, el Subcomandante Marcos, publicó un texto llamado La imposible geometría del poder político en México, que “habla sólo de partidos de derecha y muestra una mayor dureza contra Andrés Manuel López Obrador”.

Al retomar la sexta declaración, la historiadora indicó que ahí se define la postura del EZLN, nuevamente de acercamiento a la sociedad civil, de la que resultan las juntas del buen gobierno, conocidas como los caracoles.

Tras una reflexión sobre los gobiernos autónomos, se plantean reuniones con individuos de la sociedad civil y miembros de poblaciones indígenas, para iniciar un recorrido por todo el país y proponer una reconstrucción de la izquierda, desde abajo.

Autodenominado Delegado Zero, Sebastián Guillén (Marcos), recorre México desde la península de Yucatán hasta Tijuana en la otra campaña, “para recoger la voz de los de abajo, las sexo servidoras, los niños de la calle, los presos y los obreros, a quienes el EZLN ofrece un foro y una voz”.

Breve recuento del EZLN

En un rápido recuento de 12 años, Vázquez Carpizo recordó que el EZLN surgió como un movimiento de resistencia, guerrillero y armado, que tras ver agotadas todas las vías del diálogo se levanta en armas el uno de enero de 1994, una fecha simbólica por ser el día de entrada del Tratado de Libre Comercio.

Desde su nacimiento se vio que era una guerrilla mal armada –menos de 200 milicianos contaban con armas–, pero bien organizada, con una buena base de apoyos localizados en todas las zonas indígenas de Chiapas.

Antes de concluir su mandato, Carlos Salinas de Gortari mostró dos posturas: sentarse a dialogar con ellos y formar cuerpos de choque, que posteriormente estarían ligados a la matanza de Acteal del 2 de enero de 1997.

Durante las negociaciones se llevan a cabo siete mesas para tratar los temas prioritarios demandados por el EZLN, que culmina con la firma de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar. Después toca a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) elaborar una iniciativa de ley a partir de estos acuerdos, que termina por realizarse, pero que Ernesto Zedillo Ponce de León no deja pasar.

Los tratos con los legisladores se reanudan en el gobierno de Vicente Fox. Y en 2001 se inicia la marcha del color de la tierra –el zapatour–, para exigir que se acepte la iniciativa de la comisión, pues lo que terminaron por aprobar los legisladores no coincidía en nada con lo acordado en la Cocopa.

Si bien desde 1994 los zapatistas crean canales de comunicación con otras organizaciones indígenas y las ONG, es con Marcos con quien dan a conocer la palabra –el arma más beligerante del EZLN–, de los indígenas marginados del diálogo nacional e incluso a otros movimientos no indígenas que los ven como un medio de reivindicar su propia lucha.