Contrario a lo que se pensaba en 2013, este momento es el peor para trabajar en la industria energética, pero el mejor para los investigadores, ya que México experimenta “una tasa de declinación cada vez más pronunciada en la exportación de petróleo, con una empresa estatal en graves problemas financieros, mientras trata de sortear la turbulencia internacional al mismo tiempo que se intenta implementar un modelo muy complejo en el país".

Así lo señaló la doctora Miriam Grunstein, académica del Departamento de Derecho de la Ibero, en el Panel "Una evaluación inicial de la reforma energética", organizado en la Universidad Iberoamericana por los departamentos de Derecho, Economía, y Ciencias Sociales y Políticas.

Además, dijo que la reforma va "demasiado rápido", pues no atiende a un mercado comercial sino a uno político, ya que está más interesada en buscar la satisfacción política. Esto se refleja en el poco tiempo, espacio, independencia y autonomía técnica que han padecido actores como la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos para tomar decisiones adecuadas, lo que es muy riesgoso.

Por su parte, el director de Análisis y Vigilancia del Mercado Eléctrico de la Subsecretaria de Electricidad, César Alejandro Hernández Alva, dijo que tras la reforma energética, la injerencia del Estado, los políticos y los sindicatos en la toma de decisiones, es mucho menor que antes debido a todas las restricciones existentes, lo que se traducirá en una ganancia “infinita” de bienestar para los mexicanos. 

“Una reforma que tarda muchos años y que no se implementa, no genera beneficios, y produce una serie de cuestionamientos sobre si el modelo es o no el correcto”, apuntó el funcionario en su breve mensaje.

Subyacente al debate de carácter legal y económico en torno al petróleo mexicano, existió uno de tipo simbólico, donde el peso histórico del tema petrolero se hizo evidente, pues los actores políticos que participaron no sólo basaron sus propuestas en lo técnico, sino en un imaginario social del petróleo, que incluye conceptos como el nacionalismo y la soberanía nacional.

Lo anterior fue expuesto por el maestro Josafat Morales, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Ibero, quien subrayó la importancia de la Expropiación Petrolera como factor de unión social y opinó que el sentido de nación se está perdiendo.

“No quiero decir que la reforma energética va a terminar con la nación mexicana, pero lo que me parece claro es que debemos valorar nuevamente los elementos que unen a los mexicanos”, finalizó.

JTGI/ ah