Hoy en día, en tanto más opciones quirúrgicas existen menos tolerancia hay a la diferencia, dijo la doctora Teresa Forcades, médica y monja benedictina, al dar a conocer su opinión sobre los cuerpos mutilados de personas intersexuales, durante una conferencia que impartió en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

“Hasta hace poco todo mundo sabía que había mujeres con pechos muy grandes, con pechos pequeñitos, en forma de pera, en forma de manzana, en todas las formas posibles. Esto hoy en día se tolera menos porque se está estandarizando, porque hay la posibilidad quirúrgica; como con las narices”, mencionó.

Pero esas posibilidades quirúrgicas (como algunas en los genitales) son realidades existentes que conviene vigilar porque en lugar de ampliar lo que están haciendo es disminuir, añadió la religiosa catalana, quien como teóloga consideró a la diversidad (sexual) algo bueno para las personas que la viven en una sociedad que es homofóbica y transfóbica.

Para esta mujer, el símbolo de la comunidad lésbico-gay, la bandera arcoíris, es una invitación a abrir la mirada sin tener que perder para nada el criterio moral, pues éste debe aplicarse donde corresponde, que es en preguntarse si estas relaciones homosexuales de intimidad son o no de violencia, de manipulación del otro, de instrumentalización o si son superficiales.

“Creo que hay mucho para que desde una visión creyente, cristiana, hablemos de la homosexualidad en nuestra sociedad. Este mucho para mí no tiene que ver con que intentemos cerrar los ojos a una diversidad cromosómica, gonadal, genital, subjetiva y de deseo que existe y que por sí misma yo creo que no es negativa; todo lo contrario, es algo positivo para que ampliemos y no perdamos del foco qué es lo que caracteriza el carácter moral de la sexualidad”.

Producción y reproducción

Tras ser cuestionada sobre el neoliberalismo capitalista y la teología feminista respondió que ella considera al feminismo contrario al neoliberalismo y al capitalismo porque éstos dos se basan en algo que es tradicional pero aún existe en nuestra sociedad contemporánea, la división entre la producción y la reproducción.

A modo de ejemplo, comentó que en el año 2000 en Barcelona, España, un estudio sobre cuántas horas dedicaban al trabajo doméstico las mujeres y cuántas los varones arrojó como resultado que ellas destinaron 15 horas o más a la semana a las labores del hogar (incluido el cuidado de las personas dependientes, que a lo mejor no viven en la propia casa y hasta pueden ser los padres de sus parejas masculinas), mientras los hombres le dedicaron siete o menos horas semanales.

Agregó que de media, las mujeres con empleo cobraron un sueldo 50 por ciento menor que los hombres, es decir, que ellas trabajaron el doble y cobraron la mitad que los varones.

Lo anterior tiene como consecuencia que hay una feminización de la pobreza. De ahí que el último informe de Cáritas en España, según Forcades, ubicó como los hogares más pobres a los de las mujeres solas con hijos y donde ellas son cabeza de familia.

La teología feminista en la historia fue el título de la conferencia magistral y presentación del libro de Teresa Forcades. La ponencia fue organizada por la IBERO a través de su Dirección General del Medio Universitario, Programa de Asuntos de Género y Centro Universitario Ignaciano.

Previo a la disertación de la monja benedictina, María Concepción Flores Calderón hizo comentarios a la obra que la doctora Forcades publicó en el año 2007, texto que desde entonces le solicitan presentar en diversos países.

Pedro Rendón/ICM