Con "rebelión" underground, científicos combaten muro informativo de Trump
David Lobell es un investigador de la Universidad de Stanford que estudia los efectos del cambio climático sobre la agricultura de los Estados Unidos. Sus estudios incluyen la posibilidad de adaptación de diversos cultivos ante el fenómeno, de manera que las comunidades puedan tomar decisiones apropiadas que garanticen su alimentación a partir de la elección apropiada de los vegetales a sembrar.
Lobell es uno de los miles de científicos estadounidenses que se oponen con firmeza a la reciente prohibición emitida al personal adscrito a varias agencias federales estadounidenses para compartir las implicaciones sociales de su saber profesional ante medios masivos de comunicación1.
La comunicación de hallazgos científicos de alto impacto social es semejante a una carrera de relevos 4x100. El investigador es el corredor de arranque, al obtener lo que a su juicio son evidencias sobre hechos de importancia previamente ignorados.
La estafeta pasa entonces a un conjunto de árbitros expertos y rigurosos que en caso de dictaminar positivamente confía el proceso al tercer relevo, el cual corresponde a un cuerpo editorial con especialistas de la comunicación escrita que llevan el producto académico terminado ante el pleno de la comunidad científica internacional. En esta etapa, el hallazgo original aparece en forma de artículo publicado en alguna revista internacional especializada, con arbitraje estricto. Existen cientos de revistas de este tipo. Algunos ejemplos son: Nature, Astrophysical Journal y Physical Review Letters.
El cuarto relevo es decisivo para garantizar que un descubrimiento de alta relevancia pueda ser conocido y comprendido por el público en general. Los medios de comunicación masiva con mayor capacidad de manejo de información especializada (por ejemplo, la BBC de Londres y diarios como el Washington Post o el New York Times) identifican la información de las revistas especializadas y la adaptan con lenguaje no técnico para que forme parte del acervo cultural de las sociedades.
Las notas de estos medios inclusive llegan a ser comentadas por los locutores de moda en las estaciones de radio. Es en esta etapa en donde la administración Trump ha entorpecido este importante proceso.
A pesar de que los investigadores científicos de las agencias federales pueden publicar sus resultados sin problema en las revistas técnicas, la disposición de la administración Trump prohíbe a los especialistas realizar entrevistas o declaraciones a los medios sobre las implicaciones de sus resultados sobre políticas públicas o gastos presupuestales2.
La medida restrictiva incluye las cuentas oficiales activas en redes sociales como Twitter y Facebook. Es algo semejante a evitar que una declaración importante emitida en lengua extranjera sea traducida y utilizada para un proceso de toma de decisiones de carácter social. La gravedad de la medida es evidente si se considera que la humanidad requiere información clara y transparente sobre problemas tales como el cambio climático y sus consecuencias para la vida en el planeta.
Ante esta situación, numerosos científicos en los Estados Unidos se han movilizado de formas muy ingeniosas para evadir el muro informativo derivado de esta orden ejecutiva de Trump. Numerosas cuentas alternas ‘no oficiales’ han surgido por parte de académicos con el hasthag #resist, y desde la misma Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) los investigadores más veteranos han evitado que se supriman del sitio web las referencias sobre las consecuencias de la acción humana sobre el cambio climático3.
Finalmente, los talleres de difusión de la ciencia han comenzado a generar un nuevo tipo de diálogo entre los especialistas y la sociedad en general4. Dado que el proceso tradicional de comunicación de la ciencia dista mucho de ser perfecto, numerosos investigadores han salido de su “torre de cristal” para transmitir a sus comunidades los elementos de mayor relevancia social referentes a la ciencia contemporánea de manera directa.
Un movimiento underground de transparencia científica se está gestando en los Estados Unidos como respuesta a las medidas limitantes de una administración que actualmente está muy lejos de ubicar el lugar que el conocimiento científico debe ocupar en toda sociedad. En este sentido, la turbulencia generada por la imposición de barreras constituye una gran oportunidad de renovación del diálogo entre ciencia y sociedad.
*Coordinador del Servicio Departamental de Física del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI nivel II)
Referencias
1 D. Fine Maron, “La administración de Trump restringe comunicación con la prensa de científicos en USDA y EPA“, Scientific American en Español, 25 de enero de 2017. El artículo completo puede consultarse en la dirección electrónica:
https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/la-administracion-de-trump-restringe-comunicacion-con-la-prensa-de-cientificos-en-usda-y-epa/
2 D. Fine Maron, “USDA Calls Scientist Gag Order a Misunderstanding, but some scientists still say an unprecedented clampdown may be underway”, Scientific American, , 25 de enero de 2017. El artículo completo puede consultarse en la dirección electrónica:
https://www.scientificamerican.com/article/usda-calls-scientist-gag-order-a-ldquo-misunderstanding-rdquo/
3 R. Bravender, “Trump officials suspend plan to delete EPA climate web pages”, E&E News, 25 de enero de 2017.
http://www.sciencemag.org/news/2017/01/trump-officials-suspend-plan-delete-epa-climate-web-page
4 A. Sandoval-Villalbazo, Necesario, reformular términos de diálogo entre ciencia y sociedad, Prensa Ibero, 9 de diciembre de 2016.
http://ibero.mx/prensa/necesario-reformular-t-rminos-de-di-logo-entre-ciencia-y-sociedad
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