El Observatorio de Arte y Cultura presentó su primer informe sobre la situación que impera en el país respecto a estos dos ámbitos, así como las problemáticas y recomendaciones de cara al cambio de gobierno el próximo año, en evento celebrado en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

El Informe 2017 se compone de cuatro ejes temáticos en los que se concentran 11 investigaciones que abordan diferentes campos del quehacer artístico y cultural en México. Al carecer de un ejercicio similar, el grupo de trabajo decidió crear su propia metodología para el análisis de políticas culturales  en nuestro país.

Una de las críticas del texto es que los principios e ideas de los inicios de nuestras políticas culturales ya no responden a las necesidades actuales. A principios del siglo XX, se generalizaron las particularidades de cada comunidad y gran parte de la población quedó desatendida, todo con el fin político de cohesionar nuestra identidad como mexicanos.

Esto significó que “las políticas culturales no estuvieran diseñadas a partir de las necesidades específicas de cada sector, sino que las actividades se homologaron. Esta desigualdad en la práctica ha ocasionado desigualdad en el acceso, gestión e implementación de las políticas culturales”.

En este sentido, la cultura es un derecho, refiere el informe, y no sólo debe entenderse como la garantía de tener acceso a un recurso, a un inmueble o a participar en alguna actividad, sino que cumple la función de ayudar en el desarrollo de los individuos y las comunidades, y en el impacto sobre la calidad de vida de los ciudadanos.

Giannelli Ysasi, una de las plumas de este compendio de investigaciones, afirma que la cultura es un sector transversal que puede generar crecimiento, desarrollo y sobre todo bienestar social, además de que puede funcionar como un eje de reconciliación nacional.

“La falta de visión de las altas esferas políticas ha condenado a la cultura a un segundo plano, las posibilidades socioeconómicas del sector han sido ignoradas, las posibilidades de crecimiento y desarrollo en diferentes ámbitos han sido mermadas”, detalla la autora.

Por su parte, el Dr. Alberto Soto, coordinador de la Maestría en Estudios de Arte de la IBERO, señala que la propuesta del Estado se centra en colocar a la cultura como productos de consumo a nivel nacional e internacional.

“El Estado se convierte en el proveedor primordial de servicios culturales, en el contratista principal y, por lo tanto, controla en gran medida la oferta de bienes culturales mexicanos, tanto en el territorio nacional como en el extranjero”.

Durante este año de actividades, el Observatorio decidió realizar dos actividades centrales: la primera, el Informe 2017, que concentra las problemáticas más relevantes en el sector artístico y cultural; y la creación del Foro de Revisión de Políticas Culturales 2017, en las que sumarán a otras voces y personajes del sector para discutir más ampliamente estos temas.

Para 2018, las investigaciones se enfocarán en los temas de presupuesto y el análisis de contextos estatales. El próximo año “implica un relevo político, por lo que exploraremos cómo se encuentran los contextos reales y cómo éstos son considerados en las nuevas planeaciones de gobierno, en sus niveles estatal y federal”.

En la presentación, agradecieron a la IBERO, el MUAC y el Museo Franz Mayer, lugar donde se realizará el Foro el próximo 10 de noviembre.

Sobre el Observatorio de Arte y Cultura

El Observatorio es iniciativa de alumnas y alumnos del posgrado de Estudios de Arte de la IBERO. Esta formado por 14 integrantes, en su mayoría estudiantes, investigadores, académicos y asistentes de investigación.

La propuesta nació de la coincidencia de que para articular las políticas culturales del país se debía hacer algo más que la revisión de las mismas, como sumar actores y difundir lo que estaban encontrando como problemáticas y, al tiempo, hacer recomendaciones.

El grupo de trabajo está conformado por Anel Jiménez, Alberto Soto, Alejandra Petersen, Alejandro Hernández, Azucena Meza, Gianella Ysasi, María José Gutiérrez, Marisol Rojas, Michelle Aanderud, Mireya Morales, Patricia Gaytán, Sicarú Vásquez, Susana Castañeda y Thalía Larriva.

Durante este primer año de existencia, el grupo se ha autogestionado y sigue una línea apartidista. Sin embargo, a mediano plaza se contempla la vinculación con otras universidades, distintos sectores gubernamentales y actores fuera del ámbito académico. 

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Iván Cabrera