Deporte, una opción de vida: Ismael Hernández, medallista en Río al visitar la IBERO

Lun, 19 Sep 2016
Afirma el pentatleta que el alto rendimiento no está peleado con la escuela; él estudio licenciatura en Economía y va por el posgrado
Sus ídolos y héroes en el pentatlón mexicano formaron parte de su logro en los recientes Juegos Olímpicos
  • Ismael Hernández, medallista mexicano en los Juegos Olímpicos Río 2016

El mexicano Ismael Hernández Uscanga, ganador de la medalla de bronce en pentatlón moderno en los Juegos Olímpicos Río 2016, visitó la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, donde sostuvo una charla amena con alumnos y miembros de la Coordinación de Deportes y Promoción de la Salud.

Las gradas de cemento frente a los carriles de atletismo fueron el lugar ideal para que el pentatleta platicara, en lo que parecía más una reunión entre amigos, con un pequeño grupo de atletas y personal del área de deportes que escucharon el relato de la gloria olímpica e historia deportiva de este joven de 26 años y economista de profesión, quien probablemente le dio a México su presea más inesperada en la justa veraniega recientemente celebrada en Río de Janeiro, Brasil.

Con el fin de compartir con el resto de la Comunidad IBERO parte de lo que Ismael habló en la Universidad, el pentatleta concedió una entrevista en la que dijo que Río fue para él la culminación de una carrera deportiva, su recompensa a todo eso que él le ha dado al deporte durante 17 años de práctica. “Yo me iba a divertir (en Río), iba a hacer la competencia de mi vida; y así fue como lo trabajé, así fue como llegué al día de la competencia, y poco a poco fui construyendo esa medalla”.

Inolvidable su presea, como también su rostro de sorpresa e incredulidad al terminar la última prueba del pentatlón (los 1.500 metros de carrera campo traviesa) y en ese momento saber que había alcanzado el podio. “¿Incredulidad? Sí. Porque cuántas veces en tu vida puedes hacer realidad un sueño de este calibre. Entonces por esa parte incredulidad sí, sí la había”.

Pero el bronce no fue algo inesperado. “Yo ya venía planeando esta medalla… la iba construyendo día a día durante cuatro años. Y sobre todo más tangible después del 15 de julio de 2015, fecha en la cual consigo la calificación a Juegos Olímpicos. Yo ya sabía que el 20 de agosto de 2016 iba a hacer la competencia de mi vida. Y me planeé, me programé para ese día”. 

Sus ídolos y héroes fueron parte de su medalla

Ese día de agosto, Ismael logró lo que años anteriormente se les había escapado a otros grandes pentatletas mexicanos, como Horacio de la Vega, actual dirigente del deporte en la Ciudad de México; e Ivar Sisniega, expresidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y creador de la Olimpiada Infantil y Juvenil (hoy Olimpiada Nacional), el principal semillero deportivo en México.

Sin embargo, Hernández no se siente superior a ninguno y con sincera humildad reconoció: “Soy un fiel defensor de que todas las generaciones tienen que irse superando… a mí simplemente me tocó consagrar, poner la cereza al pastel, a todo el esfuerzo que habían realizado esas generaciones”.

“Me tocó un camino más o menos allanado por el hecho de que muchas de las cosas las aprendí allá (en Río), no solamente de mis instructores y entrenadores, sino también de boca de mis compañeros de entrenamiento, de boca de mis ídolos, de mis héroes, como lo fueron Horacio (De la Vega), como lo fueron Ivar (Sisniega), como lo es Sergio Salazar, como lo es Óscar Soto, como lo es Samuel Félix; todos ellos al final me dieron parte de su historia y formaron parte de este logro”.

Punto aparte es Ivar, quien al acudir a Brasil como comentarista para un canal de televisión tuvo la oportunidad de estar cerca de Ismael cuando ganó el bronce, que hizo a Sisniega “llorar de la emoción, de la alegría, de conseguir lo que el pentatlón mexicano llevaba años y décadas tratando de lograr, y que al fin ese día, 20 de agosto, se conseguía”, recordó Hernández.

Deporte y estudios no están peleados

Ahora que está bajo la luz de los reflectores mediáticos al pentatleta le gustaría que más jóvenes, niñas y niños encuentren en su logro la motivación para iniciarse en la práctica de su disciplina, pero no sólo en ésta, sino que también se acerquen a cualquier otra del alto rendimiento, que no está peleado con la escuela.

“El deporte de alto rendimiento, si bien  a veces tiene ese pequeño detalle de que llega un momento de la vida en el cual tienes que escoger entre estudiar o dedicarte al deporte, también es posible hacer las dos cosas. En mi caso, yo tengo una licenciatura en Economía, estoy buscando estudiar un posgrado y tengo una medalla olímpica. Entonces yo no veo en qué momento la escuela está peleada con el deporte. Yo sí los invitaría a todos a que se acerquen al deporte, y que lo analicen también como una opción de vida”.

En este sentido, cuestionado sobre cómo podría propiciarse que las universidades mexicanas sean cuna de atletas de alto rendimiento, opinó: “Los semilleros tienen que ser para los más jóvenes. Se necesitan programas de búsqueda de talento a temprana edad, de 8 a 12 años, para entonces desarrollarlos; porque ese es el momento en cual crecen más las personas, los niños y las niñas se desarrollan y crean esa base sobre la cual van después a construir su vida deportiva”.

En el caso de Ismael, él se inició a los nueve años en el pentatlón moderno, deporte en el que “hay mil y un retos. Yo creo que el más grande es que nunca terminas de perfeccionar una prueba cuando ya tienes que estar atendiendo las demás”.

Afirmó: “No hay un solo pentatleta que gane todas las disciplinas, eso es, no digo imposible, porque nunca me ha gustado hablar de absolutos, pero sí es muy difícil, a tal grado que las personas que ganan las competencias no son las que son mejores en todo, sino las que tienen un mejor balance. Eso al final pues también te habla un poquito de la vida, te habla un  poquito de lo que hay afuera del deporte”.

A pesar de que quizá en Río 2016 alcanzó el pináculo de su carrera deportiva, Ismael, como buen economista, recurre a la objetividad de las cifras para hablar de su futuro.

“El ganador de la medalla de oro de estos Juegos Olímpicos (Río) tiene 29 años, el ganador de la medalla de plata tiene 28 años y yo tengo 26 años; lo que significa que a Tokio llegaría con 30 años, y no lo veo descabellado. Yo no veo que mi carrera deportiva haya llegado a un final, sino creo que estoy ahora en una muy buena etapa de desarrollo, académico, personal y deportivo, entonces voy a seguir aprovechando eso, y tratando de hacer siempre lo mejor en cualquier aspecto de mi vida”, concluyó.

Pedro Rendón/ICM

 

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