Economía solidaria, una propuesta para el México actual: Euclides Mance en la Ibero

Mar, 24 Feb 2015
Economía solidaria puede encaminar a un país a la construcción de un poder público no estatal: Mance
Educación liberadora, crítica y proactiva permitirá romper con los modelos económicos opresivos
  • El reconocido filósofo brasileño consideró que en México existen grandes ejemplos de economía solidaria, pero tienen que sistematizarse si se quiere romper con el sistema dominante

México cuenta con muy buenos ejemplos de economía solidaria, pero estas prácticas deben sistematizarse si se quieren reproducir para romper con el sistema económico dominante, advirtió Euclides André Mance, reconocido filósofo brasileño y uno de los principales teóricos de la economía solidaria y de la filosofía de la liberación, en la Universidad Iberoamericana.

Invitado por la Dirección General de Vinculación Universitaria de la Ibero y el Centro Internacional de la Investigación de la Economía Social y Solidaria en México (CIIESS), el filósofo brasileño dijo que la economía solidaria ha sido considerada como una alternativa viable para el desarrollo socioeconómico, que se contrapone a la lógica dominante en el mercado que privilegia la producción y la competencia. Se manifiesta por medio de aspectos como la participación colectiva, autogestión, democracia, autosuficiencia y la promoción del desarrollo humano.

La propuesta podría encaminarse a la construcción de un poder público no estatal, expresó el autor de La revolución de las redes.

De igual manera, Mance tocó el tema de la tecnología al servicio de la producción: de acuerdo con sus postulados, los avances tecnológicos también pueden servir a una ecología solidaria si están pensados en términos de sustentabilidad y no necesariamente de productividad. 

Las cooperativas son un ejemplo de la manera en la que opera la economía solidaria: se calcula que en México existen 15 mil de ellas, dedicadas al consumo y producción de bienes, según datos del Fondo de Desarrollo Social del Distrito Federal.

Sin embargo, la economía solidaria, aseguró el pensador, debe pasar de una economía de supervivencia o de resistencia a una economía de liberación. Esta propuesta, continuó, implica la supresión de las estructuras de opresión y dominación económica, política y cultural existentes.

El papel de la educación

Para que la economía de liberación se consolide, se requiere de una acción educativa liberadora: la educación, aclaró, debe incidir en todos los aspectos.

Sin embargo, esta educación no deberá entenderse bajo su significado convencional, sino desde la pedagogía de la liberación, formulada originalmente por el reconocido educador y pedagogo brasileño Paulo Freire.

Esto quiere decir, aclaró el ponente, que la educación debe alejarse de un modelo impositivo, que responde a semióticas hegemónicas y opresivas, para incluir componentes de interpretación de signos de tipo emocionales, mentales y energéticos. Con respecto a este punto, abundó Mance, la educación para la liberación, además de promover el pensamiento crítico y el análisis de la realidad, debe contar con un profundo componente ético y de empatía hacia los demás, de ahí la importancia de incluir la parte emocional.

De acuerdo con Mance, “las semióticas del capital y otros regímenes de signos modelan largamente las emociones, deseos, miedos y los canalizan a determinadas acciones prácticas, según objetivos económicos, políticos y de otras órdenes”, y lo ejemplificó con la manipulación de las emociones para la venta de productos y la pasividad ante imágenes crudas o sangrientas.

La educación para la liberación busca recuperar la sensibilidad humana, con lo que neutraliza las semióticas hegemónicas.

Un punto importante en la conferencia de Mance fue la importancia del desmantelamiento de los flujos (ecológicos, económicos, de poder, de conocimiento) para cambiar el sistema prevalente por medio de los valores que promueve la educación liberadora.

“Una red sólo puede destruirse por medio de sus flujos de valor, no mediante sus elementos aislados. Si se es capaz de trabar estos flujos, la red no tiene cómo prosperar más”, señaló el académico.

Por ejemplo, con respecto a los flujos de conocimiento, advirtió que se deben analizar con profundidad: recordó que existen organizaciones que financian investigaciones en pro de sus propios intereses, o existen programas académicos universitarios que dan prevalencia a algunas teorías económicas sobre otras.

A partir del análisis, se pueden formular estrategias capaces de crear nuevos flujos, que den origen a nuevas estructuras, precisó Mance, quien también destacó la importancia de la acción ante lo aprendido: no tiene sentido un agente pasivo, advirtió. 

LLCh/ ah

 

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