En el ideal estético actual, Marilyn Monroe sería obesa

Vie, 26 Ago 2016
Evolución posmoderna quiere quitar la feminidad a los cuerpos de las mujeres, explicó nutrióloga de la IBERO
  • Dra. Alicia Parra (Foto: Pedro Rendón/IBERO)
  • Marilyn Monroe.

En el ideal estético actual Marilyn Monroe (ícono de la belleza en los años 50) tendría sobrepeso, pues vivimos en una época en la cual se ha magnificado una fantasía corporal con productos para bajar de peso, dijo la doctora Alicia Parra Carriedo, académica de la Especialidad en Obesidad y Comorbilidades, y la Maestría en Nutriología Aplicada, de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

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Hoy en día, Marilyn sería considerada obesa porque en los ideales estéticos construidos en los últimos 30 años los cuerpos femeninos se han hecho más delgados, cuando en la época de Monroe el discurso era diferente: la figura femenina era más voluptuosa y sinuosa y resaltaba las características femeninas.

Sin embargo, la evolución de la posmodernidad pareciera ha hecho que la mujer quiera quitar las huellas de la feminidad de su cuerpo, ahora mucho más delgado; en tanto que su rostro se vuelve más anónimo, neutro, andrógino.

Parra explicó que este ideal de delgadez tiene que ver con un discurso de la mujer de salir de las prisiones domiciliarias y los roles maternos que la confinaban al hogar y a las labores familiares y la alejaban de la movilidad social y laboral.

Y si bien en el siglo XX hubo grandes triunfos para la mujer, con la revolución feminista, los anticonceptivos, el derecho al voto, “lo pierde al confinarse a este ideal estético de delgadez”. Hecho que recompone el orden social al confinar a la mujer otra vez al papel secundario que tiene en la sociedad, de acuerdo con el sociólogo francés Gilles Lipovetsky, dijo la académica de la IBERO.

Borrar el rastro de feminidad con la delgadez, es decir, quitar las caderas y senos redondos, a decir de la académica del Departamento de Salud de la IBERO, tiene en ellas que ver con un discurso de autocontrol, de poder y de éxito, en un proyecto gerencial de construir su cuerpo.

Asimismo, el cuerpo delgado se ha interiorizado como un ideal que tiene unos costos muy fuertes a nivel humano y social; al generar estigma y discriminación hacia las personas con sobrepeso y obesidad. “Y alienta mucho, da un terreno muy fértil a los trastornos de la conducta alimentaria y a conductas alimentarias de riesgo y a una insatisfacción continua, perpetua, que además alienta el campo comercial de todos estos productos del mercado del adelgazamiento”.

Curiosamente aunque se ha puesto a la delgadez el carácter de aspiracional en esta época, también hay una coexistencia entre personas muy delgadas y otras obesas, lo que Parra llama "el binomio del cuerpo en la modernidad", tema de su participación en la mesa de reflexión "Más sanos, más felices", llevada a cabo en la 7ª Expo ARU 2016. Comprometidos con la realidad social.

La obesidad es igualmente algo construido a través de la oferta de comida rápida cada vez más barata y que compramos en máquinas expendedoras o las sopas instantáneas que conseguimos en cualquier tienda de conveniencia, por ejemplo.

Por otra parte, el hedonismo es un valor a la alza en la posmodernidad en la que la gente no se prohíbe comer lo que quiera, como pasteles y dulces, o difícilmente hace sacrificios y restricciones en su alimentación. “Son esfuerzos muy incompletos. Lo vemos nosotros, los profesionales de la nutrición, los pacientes sí van con voluntad, pero hacen esfuerzos incompletos”.

Plato del bien comer

Respecto a una correcta alimentación la maestra Maricarmen Díaz Gutiérrez, nutrióloga adscrita a la Clínica de Nutrición de la IBERO, habló del plato del bien comer en la misma mesa de reflexión en la cual estuvo Parra.

Mencionó que una dieta correcta debe ser: completa, que incluya todos los grupos de alimentos; suficiente, para la necesidad de energía de cada persona (en consideración de su peso, estatura, edad y actividad física); variada, que incluya diferentes alimentos, platillos y preparación; equilibrada, que los nutrimentos guarden las proporciones adecuadas entre sí;  e inocua, porque su consumo habitual no implica riesgos para la salud.

Salud integral

Por su parte, la maestra Laura Rivera Botello comentó que la definición del pasado de salud, entendida como la ausencia de enfermedades, debe ampliarse ahora a una condición de desarrollo humano; pues la salud, al impulsar nuestras habilidades y capacidades, es básica para que nos desarrollemos como personas.

Afirmó que la salud es un valor para las personas y la sociedad, y como tal, nos habla de una adaptación al medio ambiente y de una vitalidad del individuo. En ese sentido, la salud integral es un conjunto de factores biológicos, emocionales, espirituales y ambientales que contribuyen a la salud del individuo.

Esta salud integral está conformada por diversas dimensiones: una salud física/biológica, donde ser saludable se refiere al nivel de susceptibilidad a las enfermedades que tenemos; una salud emocional/mental, que es la capacidad para mantener relaciones armoniosas con los demás y está determinada por factores como el control de las emociones, evitar el estrés, la tolerancia a las frustraciones y hacia los demás, aprender a tomar decisiones y actuar en consecuencia. “Si tenemos una adecuada salud emocional vamos a vivir satisfechos con nosotros mismos”.

Una salud espiritual, que es la adhesión a valores, creencias y prácticas colectivas. “Si tenemos una salud espiritual estaremos en la búsqueda de un propósito en la vida, daremos y recibiremos amor, tendremos una buena actitud hacia los demás, reconoceremos la disposición al servicio; todos estos puntos nos llevarán a la autorrealización”.

La salud social, entendida como la habilidad para interactuar con nuestro medio social y con el medio ambiente. Está determinada por factores como: dónde nos tocó vivir, los servicios públicos, el tipo de vivienda y empleo que tenemos, nuestro poder adquisitivo y acceso a la salud.

Una salud ambiental, proceso mediante el cual se evalúan, corrigen y controlan factores ambientales que pueden influir negativamente en la salud, como la pobreza y la economía no sustentable.

Dijo que afectan nuestra salud integral: las enfermedades, la falta de ejercicio y actividad física, la violencia, el bulllyng, las adicciones, la descomposición del tejido social, vivir en lugares inseguros y violentos.

Finalmente, comentó: “Si tenemos salud vamos a tener autoconfianza, optimismo, productividad, creatividad, energía, pasión. Esto nos llevará a tener un desarrollo pleno de nuestras capacidades y nuestro ser humano”.

Pedro Rendón/ICM

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