La decisión del Senado de México de otorgar la medalla Belisario Domínguez al ingeniero Gonzalo Rivas Cámara tiene dos mensajes: el cívico, que alienta a la sociedad a buscar acciones en favor de la sociedad, y el político, cuyo manejo busca desacreditar a los normalistas, afirmaron académicas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

La Comisión de la presea determinó este lunes que fuera para Rivas Cámara, trabajador de una gasolinera en Chilpancingo, Guerrero, quien impidió que el incendio provocado durante una manifestación de estudiantes se extendiera, con la posibilidad de una explosión de dimensiones mayúsculas.

Aseguraron que es un héroe de dimensiones civiles de la multitud silenciosa, pero de firmes convicciones, que mostró la solidaridad, el valor, la entrega y el amor de los mexicanos para darle sentido a la nación, como lo hacen quienes ayudan y dan consuelo a los migrantes o los que comparten sus conocimientos para dar futuro a los infantes.

“De esa altura es la acción de Gonzalo Rivas Cámara, el trabajador de una gasolinera en Chilpancingo, Guerrero, quien responsable y humanamente solidario impidió que el 12 de diciembre de 2011 las llamas producidas por el incendio de una bomba se extendieran a los depósitos de los combustibles, cuya explosión hubiera significado cientos de muertos y heridos”.

Tras ver el siniestro, cerró las válvulas de seguridad, tomó un extinguidor y apagó el fuego. Sin embargo, quedó bañado en gasolina ardiendo. Tras agonizar 20 días, falleció el 1 de enero de 2012, a los 48 años de edad.

Este martes, el pleno senatorial hizo oficial la decisión con 70 votos a favor, tres en contra y ocho abstenciones.

Doble lectura: académicas

Para la Dra. Anne W. Johnson, del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO, “Gonzalo Rivas claramente perdió la vida en un acto de valentía, intentando poner a salvo a otras personas”, sin embargo, afirmó, creer que se entrega la Belisario Domínguez sólo por reconocer su labor, “es en el mejor de los casos, ingenuo”.

Prosiguió: “Más bien obedece a una intención cínica de parte del gobierno de reforzar la categorización de los normalistas de Ayotzinapa como criminales y asesinos.  No es nada claro lo que pasó hace cinco años en la gasolinera, donde también murieron dos estudiantes. Es imposible separar este nombramiento de su contexto político”.

La misma directriz sigue el comentario de la Dra. Ivonne Acuña Murillo, catedrática de la misma área académica de la IBERO, pues “se está dando un manejo político a un asunto que, en otro contexto, habla de la acción valiente de un ciudadano cualquiera”. 

Desde su óptica,  “es un intento de construcción de la figura del héroe para luego anteponerla a la del antihéroe, que sería ocupada por los normalistas, a quienes desde los principales medios se han presentado como violentos y revoltosos y no como personas que forman parte de los sectores olvidados por el gobierno y sus políticas públicas”. 

Afirmó que es importante que se reconozca a un ciudadano de a pie. “Siempre será bueno cuando detrás no haya un interés político para manipular a la opinión pública, como todo parece indicar es este caso”.

El galardón será entregado post mortem el 24 de noviembre, a las 12:30 horas, en la antigua casona de Xicoténcatl.

Iván Cabrera