La Universidad Iberoamericana Ciudad de México desea hacer de sus alumnas y alumnos personas sabias que sepan acoger a los demás, “no queremos que se hagan monstruos sabiondos racionalmente, capaces de ejercer sólo una profesión”, dijo el Rector, Mtro. David Fernández Dávalos, S.J.

En la misa ofrecida durante el Día de Bienvenida (Primavera 2017), el Padre Fernández Dávalos explicó que dentro de la IBERO, universidad confiada a la Compañía de Jesús, la sabiduría es entendida como saber: comprender situaciones, ofrecer alternativas, transformar la realidad, acercarse al que sufre.

Así, a los estudiantes que asistieron al Centro Cultural y Deportivo Enrique Torroella, S. J., para escuchar la homilía, el Rector les comentó su gusto por recibirlos en la IBERO, donde se les comparte la espiritualidad y modo de ver el mundo de los jesuitas, para animar a los muchachos y muchachas “a servir a los demás y a cambiar el mundo, para hacerlo mejor, para hacerlo como Dios manda, hacerlo un mundo nuevo”.

Les comentó que están en una universidad que tiene como finalidad principal ayudarlos a que decidan caminar al servicio de los demás, con capacidad profesional suficiente, con una alta calidad humana, “y que nos ayuden a construir el mundo y el país que nosotros necesitamos. En esto nos distinguimos de otras universidades”.

Agregó que la IBERO tiene tres finalidades: una educativa, una apostólica y una social. “Queremos cambiar al mundo, queremos compartir nuestra inspiración y queremos también ayudarlos a que se formen como personas competentes y personas de bien”.

Esa es la aventura a la que la Iberoamericana está invitando a quienes ahora se incorporan a su comunidad. “Queremos que cursen con éxito esta aventura de pasar por nuestra Universidad… queremos que vivan una experiencia gozosa, que vean esto como una oportunidad en la vida… que vean en la llegada a la IBERO una oportunidad de crecer como personas, de ampliar sus conocimientos, de relacionarse con personas que son distintas, de tener experiencias de deportes, o artísticas, o de misiones”.

Por el último, el Padre David Fernández dijo esperar que la Universidad Iberoamericana continúe dando frutos, como lo ha hecho a lo largo de su historia, a través de sus estudiantes, egresadas y egresados. Y a quienes este 6 de enero ingresaron por primera vez a la comunidad IBERO les dijo: “Que ustedes sean dignos, dignas alumnas de esta universidad, y que sean los frutos que arroja; como estoy seguro que son frutos buenos de familias buenas”.

Texto y fotos: Pedro Rendón/ICM