La obesidad no sólo representa un problema de salud para las personas que la padecen, también es motivo de discriminación, advirtió la coordinadora de la Clínica de Nutrición de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Alicia Parra Carriedo.

Durante la Conferencia "Prevención de trastornos en la conducta alimentaria", la doctora en nutrición comentó que la medicalización de las prácticas alimentarias no corresponde tan sólo a la necesidad biológica de dar energía sino a la demanda social de ser delgado para evitar ser presa del bullying o del aislamiento social.

Las personas con sobrepeso son consideradas perezosas, carentes de disciplina y sin disposición para cumplir normas; además son vistas como un problema económico para las dependencias de salud, que destinan grandes cantidades de recursos para sus tratamientos.

Los estereotipos que dominan los medios de comunicación y los valores culturales sobre la belleza han causado que la sociedad esté constantemente preocupada por su imagen corporal, lo cual crea insatisfacción con su cuerpo.

La posmodernidad ha traído consigo la obsesión por la delgadez, la salud, la edad, la higiene y los rituales de control. Estas conductas únicamente han beneficiado a las industrias relacionadas con este propósito, tales como la de cosméticos, cirugías plásticas, dietas, clubes deportivos, libros de remedios, suplementos alimenticios y fajas.

Muchas personas que se encuentran dentro de su peso e índice de masa corporal ideal se sienten con sobrepeso y buscan ayuda para estar por debajo del límite, por lo que hizo un llamado a los nutriólogos a no ser partícipes en la propagación de las conductas riesgosas alimentarias al dar una dieta cuando no es necesario.

Comer saludable no es sinónimo de dejar de consumir carnes o grasas, sino hacerlo de manera equilibrada. "El hecho de que te comas unos tacos al pastor no debería satanizarse a menos que tengas una enfermedad cardiovascular".

Existe la creencia de que las personas que padecen obesidad no pueden controlar sus apetitos, sin embargo, poco se ha estudiado la relación que la ansiedad podría tener en el problema del sobrepeso.

"La gente come por ansiedad, es una respuesta que da a una sociedad que demanda mucho. Muchos de los comedores son emocionales y lo hacen para no sentirse solos. Lo ideal sería acompañar la dieta con un proceso terapéutico".

Ante la propagación de prácticas alimenticias de riesgo entre los jóvenes, la Clínica de Nutrición de la Ibero promueve hábitos de alimentación y actividad física saludable para los miembros de la comunidad universitaria.

Además es un centro de investigación donde los estudiantes de nutrición realizan prácticas y proyectos liderados por los académicos del Departamento de Salud.

AA/ ah