Mejora casas construidas por gente de escasos recursos económicos

Mar, 5 Ene 2016
Arquitecto de la Ibero
Por medio del Centro de Apoyo Mejoremos, organismo ejecutor de obra que ganó el Premio Nacional de Vivienda 2015
  • Arq. Jorge Ballina, académico de la IBERO
  • Boceto

El arquitecto Jorge Ballina Garza, académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, ayuda a mejorar las casas construidas por gente de escasos recursos económicos de la sierra de Puebla, por medio del Centro de Apoyo Mejoremos, organismo ejecutor de obra que ganó el Premio Nacional de Vivienda 2015.

En su calidad de Coordinador del proyecto Autoproducción de Vivienda en Pequeñas Ciudades del Estado de Puebla, Ballina diseña de manera conjunta con los beneficiarios de un subsidio económico otorgado por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) proyectos arquitectónicos para mejorar sus casas y la calidad de vida de sus familias, al ayudarlos a tener un hogar más digno y bello, pero sobre todo que cubra sus necesidades de espacio físico habitable.

Al abundar sobre la atención a la autoproducción social de vivienda brindada por Mejoremos, el docente de la Ibero explicó que este centro de apoyo en vez de sumarse a programas de construcción masiva de conjuntos habitacionales de casas en serie “despersonalizadas, repetitivas e inhumanas”, ha optado por un modelo innovador que involucra al usuario en la edificación de su propio hogar y lo responsabiliza del manejo de los recursos económicos que para tal efecto pone a su disposición la comisión.

Cada proyecto arquitectónico es personalizado porque se diseña de manera conjunta con el dueño de la casa –acreedor del apoyo económico del programa de autoproducción de la Conavi–, quien junto con los arquitectos de campo de Mejoremos define el proyecto idóneo para su hogar, con base en las necesidades habitacionales de él y su familia, que se cubren progresivamente en un proceso de edificación por etapas.

La otra particularidad del programa es diseñar a partir de lo que la familia ya tenga construido; por lo que previamente se hace una visita a la casa para observar si existen cimientos, cuántos muros hay, si se tiene techo de concreto o de lámina, etcétera.

“Más de 80 por ciento de los acreditados tienen algo bien o mal construido, que tras evaluar si es aprovechable, se considera para elaborar el proyecto arquitectónico definitivo”. Una vez conciliado con el usuario, el proyecto se registra formalmente ante la Conavi para que el acreditado reciba el subsidio –que puede alrededor de 67 mil 500 pesos–, que se suma al dinero que haya ahorrado y el del préstamo solicitado a una caja de ahorro popular, que le da financiamiento a un interés bajo.

“Si para una institución bancaria el solicitante no es sujeto de crédito, para Mejoremos y nuestro aliado, la caja de ahorro, sí lo es. Trabajamos conjuntamente para avalar que el futuro acreditado cumpla con los requisitos básicos establecidos por la Comisión Nacional de Vivienda para obtener su subsidio: no ganar más de cinco salarios mínimos, que su terreno esté reglamentado y tenga una superficie mínima de 38 metros cuadrados, en la que se deberán construir al menos cocina, baño, estancia-comedor y dos recámaras”.

Una vez que se conoce a cuánto ascienden los recursos financieros disponibles –usualmente oscilan entre los 80 mil y cien mil pesos– el arquitecto Ballina pregunta a los beneficiarios “¿cuál es tu casa soñada?”, y a partir de sus necesidades de espacio y habitaciones, y sus gustos estéticos, se elabora el proyecto arquitectónico ejecutivo completo, con sus respectivos planos estructurales, de instalaciones y el presupuesto detallado de obra de la edificación.

El subsidio para mejorar la vivienda es otorgado por la Conavi conforme avanza la obra, que se divide por etapas con el fin de que en cada una se respeten los lineamientos del proyecto arquitectónico.

Salvo un donativo único de cinco mil pesos que se destinan a Mejoremos para cubrir sus costos de operación, el resto del dinero de cada proyecto se emplea en la compra de materiales, pues son los propios beneficiarios (habitantes de las casas) quienes se encargan de hacer la construcción, con la supervisión y asesoría de los arquitectos del centro de apoyo, quienes verifican que la construcción de cada etapa se realice en un máximo de tres meses y el dinero se utilice de acuerdo con lo presupuestado.

Mejoremos

En un contexto en el cual el crédito hipotecario para vivienda terminada que se ha privilegiado en México es una oferta a la que sólo puede acceder menos de 20 por ciento de la población, no sorprende que 50 por ciento de la vivienda construida en la última década fuera producida popularmente.

Así, siendo que la demanda potencial para mejoramiento del hogar es mayor que la de vivienda nueva, la maestra Elena Solís, quien fuera académica en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, decidió fundar en 2011 el Centro de Apoyo Mejoremos, para atender a la población de bajos ingresos económicos.

En cuatro años de existencia Mejoremos ha realizado en promedio mil 600 proyectos anuales que satisfacen la necesidad de mejora de vivienda de la gente, con base en su capacidad de pago y sin tener que deshabitar su hogar mientras éste se remodela.

En Mejoremos, el arquitecto Ballina Garza y Elena Tamez, egresada de la Licenciatura en Arquitectura de la Ibero, son los responsables de la producción de los proyectos arquitectónicos ejecutivos y de coordinar y supervisar el trabajo de los arquitectos de campo.

PRL/ ah

 

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