México en Río 2016: los Juegos Olímpicos de la ira y la búsqueda de un modelo deportivo

Mar, 23 Ago 2016
Investigadores de la IBERO afirman que es necesario buscar un modelo deportivo 'en casa' y no fuera
La crítica se debe basar en fundamentos y no en el descrédito y la agresión
Hubo una "guerra irracional" en redes sociales sobre la participación de México
  • Germán Sánchez celebra la medalla de plata, luego de la final de plataforma 10 metros en los Juegos Olímpicos de Río 2016 (Conade)

Lo que parecía un panorama sombrío para la delegación mexicana que participó en los Juegos Olímpicos de Río 2016, terminó como una participación ”destacada” al sumar cinco medallas, sin embargo, mostró la falta de coordinación entre autoridades de esta cartera y la frustración que se convirtió en reclamo virulento desde las redes sociales.

Si bien es cierto que México no superó las siete medallas conseguidas en la justa olímpica de Londres 2012, la mejor cosecha desde México 1968 cuando se ganaron nueve metales, la participación en tierras brasileñas fue mejor a la de Atenas 2004, con cuatro, y de Beijing 2008, con tres.

Investigadores de la Universidad Iberoamericana analizaron los diferentes panoramas que dejó Río, entre los que destacan la participación activa de la comunidad a través de los dispositivos móviles, la crítica a las autoridades y a la falta de cultura deportiva de la sociedad, así como la búsqueda de un nuevo modelo mexicano en este rubro.

“El único modelo (a seguir) debe ser el mexicano. Hay ciencia, hay actores de la sociedad civil, universidades que deben estructurar un nuevo modelo deportivo. Sí podemos pensar en un modelo mexicano con el actuar de toda la sociedad civil”, dijo el maestro Miguel Ángel Lara del Departamento de Comunicación de esta Universidad.

Explicó que en este momento, “el modelo no existe, es una estructura caduca, desactualizada, alejada de la educación, de la ciencia y de la investigación. Los estándares del deporte mexicano son reflejo de un país que no educa, que no investiga. Que no tiene claro su futuro”. 

Bajo el mismo tenor se manifestó el doctor Erasmo Zarazúa, docente en el Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO, respecto a que los cambios deben venir de ‘casa’: “No necesitamos copiar ningún modelo sino hacer una investigación, una evaluación, de cómo llegamos a las medallas” que obtuvimos en ciclos pasados. 

Agregó que el buen sabor de boca durante los Juegos Olímpicos de Londres fue en parte por la participación del Estado y la iniciativa privada para apoyar a los atletas de alto rendimiento, estrategia que finalmente se dejó de hacer. “Las empresas tomaron distancia; el Estado ya no pudo con todo y los atletas ya no pudieron hacer más”.

Por su parte, el maestro Octavio Contreras del Departamento de Historia afirmó que el problema no está en los proyectos, sino en su ejecución y seguimiento, pues en el papel suenan “bonito” pero se complican con la politización y los planes de gobierno, que responden a quien detenta el poder en turno.

“El problema no es la falta de proyectos sino que se monitoree la continuidad de los mismos y que mantengan una constante, para que haya recursos para que se pueda desarrollar (los atletas)” y de esta forma, los deportistas sólo se dediquen a “procesar su propia curva en la Olimpiada (el ciclo de cuatro años entre Juegos Olímpicos) y no se tenga que estar preocupando por otra serie de cosas”.

Mala estructura deportiva y la crítica en redes

Durante los primeros días de la justa olímpica, usuarios de redes sociales expresaron su malestar contra dos actores: el titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo, y los atletas mexicanos, a quienes insultaron, como en el caso de la gimnasta Alexa Moreno, y amenazados, como al arquero Ernesto Boardman.

Octavio Contreras afirmó que a partir de Beijing 2008, el uso de dispositivos móviles creció y se convirtieron en herramienta para que “la gente común y corriente exprese sus opiniones, que en muchas ocasiones no tienen fundamento más allá de ‘yo quiero ver muchas medallas’, sin conocer las dificultades y problemas que tienen los participantes. La gente no valora el esfuerzo, el ciclo olímpico, como tal.

Agregó: “Desgraciadamente los medios personalizados, las tablets, los smartphones, le han dado un poder a la gente, un poder de opinión. Uno lo ve desde fuera y dice ‘qué bueno que la gente tenga derecho de opinar’, nada más que para hacerlo hay que tener fundamento. Como espectadores, todavía nos falta mucho para eso”.

Por su parte, Zarazúa manifestó que se le debe enseñar al público que no tiene conocimientos vastos sobre deporte, las peripecias que tienen los atletas para llegar a una justa veraniega, que hay logros personales que deben ser resaltados y no sólo quedarnos con el brillo de los metales.

Estimó que, posiblemente, “estos juegos de Río 2016 lo que le van a dar al deporte mexicano es que haya una fiscalización, una mayor observación en cuanto lo que está haciendo la Conade y las federaciones”.

Miguel Ángel Lara afirmó que “cinco medallas no salvan la pobre estructura que tiene el deporte mexicano. Estos logros son individuales, no le deben nada a la Conade ni al Comité Olímpico Mexicano (COM). Sin embargo muchos deportistas mexicanos quedaron entre el cuarto y el 12vo lugar, mejoraron récords personales, panamericanos y centroamericanos, eso nos habla del alto nivel de competencia que hay en ellos. Esos mismos logros también son de ellos”. 

Enfatizó que la participación a través de las redes sociales fue bastante, pues hubo una “guerra irracional” que fue de lo lastimoso a enaltecer a los atletas por sus medallas. “México en las redes sociales se dedicó a burlarse de sí mismo, a amenazarse de muerte con respecto a los atletas y también a defenderlos. Fue una guerra irracional que espanta verla. Pero también enaltecieron las cinco medallas que se obtuvieron de manera individual”. 

Falta la base social

Erasmo Zarazúa señaló que hay una arista que se toca poco en el análisis de la estructura deportiva mexicana: la cultura deportiva de las familias. Apuntó que es verdad la crisis por la que atraviesa el deporte es de las autoridades mexicanas, pero mucho se debe a la poca formación de atletas desde la cuna.

“(Para mejorar) necesitamos una base más amplia. El problema de México es que a veces podemos decir que es el Estado el que no participa, pero además es poca la base de deportistas, los que lo hacen desde la casa, la escuela, que la familia se lo inculca. Si la población hiciera deporte entonces habría más tela de donde cortar para crear deportistas de élite; mejorar instalaciones, las federaciones tienen que ponerse a trabajar, pero repito, tienen una base muy pequeña”, dijo.

ICM

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219