México tiene el primer lugar en abandono escolar en alumnos de 15 a 18 años, y el tercero en jóvenes que no estudian ni trabajan, entre los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, señaló la maestra Martha Patricia Gutiérrez Tapia, alumna de posgrado de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Asimismo, según cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP) citadas por Gutiérrez, estudiante del Doctorado en Investigación Psicológica, la deserción en preparatorianos en el año 2011 en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) fue de 15.6 por ciento, y de 23 por ciento a nivel nacional en 2013.

Además de formar parte de los llamados ninis, otra consecuencia del abandono escolar es que algunos jóvenes son atraídos por prácticas sociales perniciosas como el vandalismo, la drogadicción o el alcoholismo. Ante esta situación, y con el fin de entender por qué se da el abandono de los estudios y cómo podría evitarse, la alumna de la Ibero inició la investigación El ausentismo escolar y su relación con las condiciones: escolares, familiares y personales, en la educación media superior.

En la fase exploratoria de su trabajo, Martha Patricia encontró que el ausentismo escolar es un fenómeno que tiene muchos factores, principalmente tres: uno familiar, otro escolar y uno personal (propio del alumno).

En el primero el abandono escolar está ligado a situaciones de violencia familiar, falta de afecto y poca atención de los padres hacia los estudios de sus hijos. En el escolar se presentan acciones de violencia y exclusión en la relación maestro-alumno, por medio de mensajes desacreditadores y despectivos como decir: eres un burro, tú no vas a pasar el semestre, pon tu cerebro a trabajar o agita tus neuronas; que desalientan, bajan la autoestima y el autoconcepto de los estudiantes. Y en el personal se encuentran la falta de identidad y de planes futuros.

Prevención contra el abandono

Al ser docente en una institución pública de educación media superior, Gutiérrez Tapia orientará su investigación a encontrar por qué los maestros denuestan a sus estudiantes, y qué otras cosas ocurren en las aulas de las preparatorias que los alumnos se ausentan de sus clases, algunos hasta llegar al abandono.

“Algo está pasando en el aula en esta diferencia de papeles que existen. Entre los maestros, los hay apapachadores, paternalistas, amenazadores o estructurados. Y en sus alumnos, algunos son víctimas, otros violentos o silenciosos, lo que combinado genera que ciertos estudiantes no quieran entrar a clases”.

La observación servirá para obtener perfiles de las características personales de los estudiantes que los conducen al ausentismo escolar, y a partir de esa información desarrollar un programa de prevención del abandono de los estudios, “que no es una decisión unilateral del alumno, sino una combinación de lo que pasa en su casa, su escuela y su propensión a ser más vulnerable”.

Maestra en Desarrollo Humano por la Ibero, Martha Patricia considera que una manera de atacar el problema de la deserción escolar en bachillerato podría ser la intervención psicosocial en los alumnos, para ayudarlos en cuestiones de autoestima y autoconcepto, para que aprendan a conocerse a sí mismos, a descubrir sus habilidades, capacidades y valores; y también sus debilidades, para no engañarse con falsas expectativas que pudieran derivar en frustración y abandono escolar.

Con los profesores se podría trabajar en la autoevaluación de su labor docente, y sobre todo en su adaptación a las nuevas generaciones de estudiantes, que ahora participan, cuestionan, contradicen; son más demandantes.
 
“Como parte de mi tesis doctoral me gustaría hacer un programa general de prevención para alumnos ausentistas por medio de la figura de tutorías en cualquier plantel escolar, público o privado, pues lo que se espera de una investigación académica es que erradique un problema y así cambie la situación actual en beneficio de la sociedad”.

Pedro Rendón

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