En este momento, México se está jugando de nueva cuenta la oportunidad de tener una alternancia o transición que no sea sólo un cambio de colores y de partido, sino un proceso de transformación institucional del modelo de gobierno, que permita generar un antes y un después en el país, afirmó el maestro Mario Patrón Sánchez, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).

Pero esa transición sólo la podrá haber “si se pone en el centro a las víctimas, si logramos generar procesos de verdad, de justicia y de transformación institucional. Eso es lo que nos estamos jugando hoy en nuestro México ensangrentado, en nuestro México adolorido”, precisó, al participar en la inauguración del diplomado ‘Atención a víctimas de violencias y catástrofes’.

Un México devastado, tomado por la criminalidad, por la institucionalidad del Estado asociado con esa criminalidad y con parcelas de territorio prácticamente perdidas, que ponen a las y los mexicanos a disposición de distintos tipos de violencia, de las que son víctimas miles y millones de personas que han sufrido violaciones graves a sus derechos humanos.

Frente a este país de desesperanza y adolorido, la esperanza la han construido las víctimas, “el gran movimiento emergente de este México”, dijo Patrón a esas víctimas que cursan el diplomado.

Un diplomado al que se debe apostar porque dotará de las herramientas para el acompañamiento a las víctimas de las violencias y de las catástrofes precisamente a ellas, las víctimas, “la reserva moral de este país”.

“Ustedes son quienes nos han enseñado a resistir en este camino, justo porque a pesar de lo árido del camino, ustedes han tenido logros durante estos años frente a este gobierno que se va, ¡y qué bueno que se va! Basta mencionar la Ley de Tortura (Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes), basta mencionar la Ley de Desaparición (Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas); esos fueron logros y empujes gracias al movimiento de víctimas”.

Por eso es la existencia de este diplomado, que no tiene un esquema de acompañamiento psicosocial, sino que ofrecerá a las víctimas herramientas para seguir y fortalecerse en el camino de la búsqueda de la verdad y la justicia, y en el camino de la transformación de México, “en donde ustedes son piezas clave”.

Las y los estudiantes, que vienen de procesos luminosos, y también dolorosos, tendrán el gran reto de poner sus saberes sobre la mesa, en una perspectiva de construcción, pero, sobre todo, en una perspectiva en la que entre todas y todos puedan trascender ese dolor.

Durante el diplomado, les acompañarán mujeres y hombres que trabajan en sociedad civil, en organismos públicos autónomos, en organismos internacionales, en la academia, que dotarán a las y los alumnos de un conjunto de herramientas en distintos temas: desaparición, tortura, derechos de las mujeres frente a la violencia de género, derechos de niñas, niños y adolescentes, temas vinculados con catástrofes y las responsabilidades desde la perspectiva de los derechos y la perspectiva humanitaria del Estado.

“La idea es que puedan ir construyendo ese acervo de herramientas que nutra su experiencia y que nutra su caminar para adelante. Difícilmente este país se va a transformar sin las víctimas. La apuesta de quienes trabajamos de este lado es que se puede transformar, con y para las víctimas; ustedes son el motor, y por eso esa es la apuesta”.

Texto y foto: PEDRO RENDÓN

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