Orgullo IBERO: Saskia Niño de Rivera y su apoyo a reclusos

Sáb, 12 Nov 2016
Egresada de la Licenciatura en Psicología de la IBERO es cofundadora de Reinserta un Mexicano, A.C.
Recibió la mención honorífica del Premio IBERO Compromiso Social 2016
  • Egresada de la Licenciatura en Psicología de la IBERO, es cofundadora de Reinserta un Mexicano, A.C.

Tras realizar sus prácticas estudiantiles en los reclusorios Oriente, Femenil y de Menores, Saskia Niño de Rivera, egresada de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Iberoamericana, se dio cuenta del cambio que podía lograr en la vida de los internos, por lo cual cofundó Reinserta un Mexicano, A.C., con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de mujeres con hijos en prisión y defender a personas inocentes que se encuentran tras las rejas.

La revista C+IBERO, publicación quincenal de esta casa de estudios, tuvo la oportunidad de conversar con la destacada egresada, quien recibió la mención honorífica del Premio IBERO Compromiso Social 2016 y fue nominada al premio Nelson Mandela-Graça Machel 2016.

¿Cuándo te diste cuenta de que podías poner manos a la obra, aprovechar lo que aprendías en la IBERO?

Prácticamente desde primer semestre. Antes estudié Derecho en el ITAM, sabiendo que quería dedicarme a lo penal. Mientras cursaba Psicología en la IBERO, trabajé en el Gobierno federal en el área de antisecuestro. Aunque ahí tuve mucha práctica, la Universidad me acercó al lado más humano y me hizo entender que, para lograr cambios reales, debía trabajar desde la sociedad civil.

En tus visitas a los reclusorios, ¿qué experiencias te impulsaron a seguir por este camino?

Al trabajar el tema de antisecuestros, me tocaba mucho ver la parte de las víctimas, y cuando tuve oportunidad de entrar a reclusorios por parte de la IBERO, pude conocer las historias que hay detrás.

En mi primer semestre de prácticas en un reclusorio, me tocó trabajar con el perfil de una persona encarcelada por secuestro: era un menor de edad, eso no se me va a olvidar. Recuerdo que jugamos un juego de mesa llamado LIFE, lo cual fue una experiencia muy proyectiva. Fue la primera vez que me senté con alguien acusado de secuestro y que pude ver el otro lado de la moneda. Ahí entendí que la prevención del delito tiene todo que ver con la parte del victimario.

¿En qué momento fundaste Reinserta? ¿Fue complicado arrancar el proyecto?

La fundé en 2013 con mi socia Mercedes Castañeda, quien también es egresada de la IBERO e imparte clases en la Universidad. Creamos la fundación por nuestra inquietud de trabajar con los victimarios, al notar la falta de oportunidad que existe para hacerlo desde el gobierno. Nos frustraba la corrupción y la falta de funcionamiento en los penales, así que decidimos crear una organización que posicionara el tema penitenciario al nivel de la sociedad civil.

Estamos convencidas de que si no vemos al sistema penitenciario como un eslabón de nuestra seguridad a nivel nacional, nunca va a mejorar la situación de México.

¿Cuáles han sido tus principales satisfacciones en estos años de actividad con Reinserta?

Cuando constituimos la fundación nos dijeron que el 80 por ciento no lograba funcionar, por lo que me da mucho gusto que a casi cuatro años hayamos creado algo estable económicamente, algo que ha crecido, pues ya somos 30 personas en la organización. Además, los beneficios los vemos todos los días, desde ayudar a una persona, a todo un grupo, crear programas y espacios dentro de prisión… todos los días son un gran logro. También somos una fundación apoyada por USAID, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que brinda su respaldo a organizaciones muy específicas.

En 2015 publicamos El anuario de los niños invisibles, un libro que nos llevó a ser invitados al Senado para participar en la creación de la ley que tratará el tema de la maternidad en prisión, un tópico que antes no estaba en la agenda legislativa ni en la social. Son muchos logros y vienen más, porque seguiremos trabajando en este proyecto.

¿En qué metas trabajas actualmente? 

Por parte del Gobierno federal nos pidieron realizar un estudio sobre maternidad en prisión a nivel nacional. Visitamos diez reclusorios, en los que trabajamos con alrededor de 300 mujeres privadas de su libertad. Justo acabamos de regresar de un reclusorio en Chiapas. Esta investigación se publicará en noviembre. A mediano plazo nos gustaría seguir creciendo, pues buscamos que Reinserta sea la fundación pionera base en temas penitenciarios a nivel nacional. 

¿Qué influencia tuvo tu paso por la IBERO?

Indudablemente la Universidad me formó no sólo en profesional sino en lo individual, me acercó a la realidad y le dio un sentido muy distinto a lo que debería ser una carrera. En la IBERO conocí a Mercedes y allí se me abrieron las puertas para trabajar, gracias a la flexibilidad de los maestros, que me permitieron llevar mis estudios de la mano de mi vida laboral.

Creo que una de las grandes maravillas que tiene el programa humanista de la IBERO es estar tan cerca de la realidad, lo que te permite entender mucho más de lo teórico, de lo académico. Es muy fácil decir muchas cosas desde un salón de clases, pero hasta que no lo vives no lo puedes entender.

JTGI/ICM

 

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