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Académico de la Ibero destacó la urgencia de cambiar las políticas de calidad del aire debido a que atentan contra el derecho a la salud de los ciudadanos. Tan sólo en la Ciudad de México mueren dos mil personas al año por causas asociadas a la contaminación atmosférica, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública.

El Mtro. Javier Riojas, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, especializado en Desarrollo y Medio Ambiente, subrayó: “Es paradójico que se activen medidas de emergencia cuando los contaminantes están tan altos, cuando el daño ya está hecho… Se tienen que bajar los niveles en los cuales se activa la precontingencia y contingencia”.

Dijo que actualmente una precontingencia se decreta cuando los niveles de ozono alcanzan los 160 puntos IMECA; mientras que la contingencia se activa cuando éstos rebasan los 190. Sin embargo, insistió en que los daños a la salud se registran cuando se llega a los 100 puntos. 

Detalló que las personas pueden ayudar a bajar los niveles de ozono disminuyendo el uso del automóvil y la calefacción.

Comentó que el ozono produce irritación de las mucosas, principalmente la de los ojos y nariz, aunque también afecta al tracto respiratorio.

“El ozono es un contaminante que produce irritación de las mucosas principalmente de los ojos, nariz, tracto respiratorio y esta irritación lo que produce es que se puedan desarrollar enfermedades infecciosas”, dijo.

Rioja consideró como un error la flexibilización del programa Hoy No Circula, ya que muchos automóviles cuentan con permiso para circular, pero emiten muchos contaminantes.

Reconoció que los contaminantes precursores del ozono no sólo se producen en la Ciudad de México sino que vienen de otros estados o municipios:  “Buena parte de los contaminantes que después se convierten en ozono vienen de otros municipios y entidades; por ejemplo la refinería de Tula, Hidalgo, que genera contaminantes por la dirección de los vientos que vienen y se establecen en la cuenca de la Ciudad de México”. 

La Ibero está comprometida con el medio ambiente, por lo que ha adoptado medidas para disminuir su huella ecológica, que consisten en la reducción del consumo de energía no renovable a través de la eficiencia energética y la adopción de fuentes de energías alternas.

Uno de los programas que más han ayudado al medio ambiente son el del Iberobus, que ha permitido que alumnos y profesores lleguen a la escuela en un solo camión, con lo que se ha disminuido el número de automóviles que circulan y con ellos los contaminantes que emiten.

AA