Semana de Letras 2017: ¿Por qué los lectores infantiles son tan difíciles?

Mar, 21 Feb 2017
El escritor Jaime Alfonso Sandoval desmenuza la esencia de este público 'exigente y agradecido'
  • Jaime Alfonso Sandoval (Foto: Alberto Hernández/IBERO)
  • Los escritores Jaime Alfonso Sandoval, Alberto Chimal y Raquel Castro participaron en la Semana de Letras 2017 en la IBERO (Foto: Alberto Hernández)

El proceso creativo no es fácil y si agrega que el público al que está dirigida la propuesta es exigente y sin empacho en gritar a la cara que es pésimo el trabajo, la labor se vuelve todo un reto, expresó el escritor Jaime Alfonso Sandoval durante su participación en la Semana de Letras 2017.

Organizada por Elipsis, Sociedad de Alumnos de la Licenciatura en Letras Latinoamericanas de la Universidad Iberoamericana, del 20 al 24 de febrero se reflexionará sobre el impacto de la literatura, sus obstáculos y posibilidades.

Durante su conferencia “Escribir para niños: del papel a la pantalla”, Jaime Alfonso reconoció que los lectores infantiles y juveniles son más complicados que los adultos. “A un niño o a una niña no les importa si salió tu crítica o una crítica elogiosa de ti en Letras Libres, si quedaste finalista en el Premio Tusquets de Novela”.

Agregó que a este público no le importa la hoja de vida de los escritores, pues simplemente “se ciñen a la historia y a las ilustraciones, si las hay. Son exigentes y son infalibles para detectar historias malas y aburridas, las moralejas ramplonas y lo que huele a tarea”.

Frente a decenas de asistentes al Auditorio Ángel Palerm Vich de la IBERO, comentó que siempre se debe dar lo mejor y no menospreciar jamás al lector infantil. “Tal vez el libro parezca más simple, pero no es sinónimo de sencillez, se puede tratar cualquier tema por complejo y profundo que sea, el reto es tener la sensibilidad para hacerlo accesible a la edad del lector”.

Comentó que los libros infantiles tienen un grado de dificultad adicional: “Se debe poseer un agudo sentido poético. Cada palabra es un engrane de una maquinaria”, y enfatizó que la literatura infantil y juvenil es algo más que moralejas y lecciones ecológicas, pues puede entrar en casi cualquier terreno.

“También es cierto que el lector infantil y juvenil es un hueso duro de roer, pero cuando lo conquistas con una historia no tendrás a alguien tan entusiasta, sincero y agradecido”.

Ivan Cabrera

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