48 equipos en el Mundial, una decisión geopolítica: académico

Lun, 16 Ene 2017
Algunos países han visto al futbol como factor para reactivar economías: Mtro. Miguel Ángel Lara
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Mtro. Miguen Ángel Lara*

Para la FIFA nada escapa a la condición de mercancía-servicio. Así funciona el capitalismo transnacional y transaccional. El cuerpo humano convertido en futbolista y fanático, se convierte en una mercancia para competir en el mercado global, donde se tráfica y se transa con decisiones como la FIFA, con marcas, con televisoras, con contratos de jugadores.

La FIFA actual interpela al individuo, a las confederaciones, a las federaciones y a los patrocinadores, para convercerlos de una supuesta autonomía y libertad. Los 48 equipos en una Copa del Mundo representan ese gran chantaje.

El máximo organismo mundial del futbol y el deporte transforma subjetividades que circulan y se enganchan al entramado de la economía global para seguir manteniendo relaciones geopolíticas para seguir produciendo riqueza.

La decisión de tener 48 equipos en un Mundial, a partir del 2026, puede observarse como un acto político-estructural. Una decisión económicamente colonianista que implica el juego de la geopolítica del poder.

Mario Blasser nos dice que en un conflicto geopolítico algunas decisiones que se toman no tienen una base de convencimiento general, sino de grupos que involucran no solamente intereses económicos sino geopolíticas en términos de dominación.

Si algo tiene el futbol es un sentido ampliamente colonialista, de ahí la construcción global y patrimonialista que tiene. Ha penetrado a prácticamente todo el mundo.

Utilizado como poder político, el futbol ha demostrado su eficacia histórica dominando el mercado deportivo por completo. Ligüisticamente, frases como: “el deporte de deportes”, “la religión laica”, “la religión de religiones”, “el padre de todos lo deportes”, “el absolutista deportivo”, etcétera, han demostrado su efectividad colonialista a lo largo de su historia.

El futbol es el único deporte que se ha convertido en cultura y tradición al mismo tiempo. Su polisemia ha constituido toma de decisiones estratégico-políticas que han pretendido cambiar economías de muchos países, así como también las ha destrozado.

El futbol ha contribuido para cambiar al mundo, desde la amplia perspectiva, moderna y posmoderna. Muchas naciones, ejemplo claro Venezuela, Nicaragua y Nueva Zelanda, entre otras, le han apostado al futbol como moneda de cambio para intentar reactivar economías, luego de practicar el beisbol y el rugby, respectivamente, como modelo deportivo-cultural, y en estos países está dando resultados.

En tiempos donde la derechas, el conservadurismo y el proteccionismo, vuelven al gobernar al mundo, el futbol tiene que tener una respuesta clara si quiere seguir con la hegemonia mundial como el deporte más influyente.

La decisión de tener 48 equipos en una Copa del Mundo no es gratis. Según Infantino no es una decisión económica, sino una decisión futbolística donde la participación de más equipos desencadenará mayores ingresos a federaciones menos favorecidas economicamente y tendrán más desarrollo de su futbol base. Por supuesto que es una decisión geopolítica, veamos la razón.

China es la nueva potencia económica global. El crecimiento sostenido a niveles de 5% del PIB para arriba en los últimos 25 años, le ha permitido invertir clantidades industriales de dinero en el futbol.

Desarrolla una liga económicamente fuerte con estrellas europeas y sudamericanas de renombre. China se ha convertido en un mercado natural para la FIFA pero no es una potencia futbolística. La presencia de China en una Copa del Mundo favorece los intereses del estado chino y del propio organismo.

La India, un país que desarrolla sistemas computacionales, industria para componentes tecnológicos y call centers, al igual que Venezuela, Nicaragua y Nueva Zelanda, está mutando del criquet al futbol.

La FIFA tiene especial interés en que participe en una Copa del Mundo, pues los sistemas de cómputo de la entidad son desarrollados por indios. Las economías del sudeste asiático son para el organismo futbolero claves, sin embargo, tampoco son potencias futbolísticas.

En América el interés para que Canadá y Venezuela jueguen una Copa del Mundo es mucho por énfasis que le están poniendo al futbol en términos políticos y económicos. Ahí el punto y los detalles de una cirugía futbolística, basada en la geopolítica.

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*El Mtro. Miguel Ángel Lara es académico del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y especialista en temas deportivos.

 

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