ANÁLISIS: Copa del Mundo se convertirá en un verdadero evento global

Mié, 11 Ene 2017
El Dr. Erasmo Zarazúa afirma que el futbol está en evolución y seguirán los torneos regionales multisede
  • Aficionados alemanes festejan el triunfo de su selección en la Copa del Mundo Brasil 2014 (Foto: El Norte de Castilla)
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Dr. Erasmo Zarazúa*

Ahora es claro por qué fue electo Infantino como nuevo presidente de la FIFA: prometió una Copa Mundial con 16 participantes más y esa será la realidad. Cada federación, con su voto a favor, vio la oportunidad de asegurar un lugar en el campeonato, o bien, de por fin poder calificar a la fiesta del futbol.

La Copa Mundial de futbol nació como una competencia entre Europa y América, principalmente en el Cono Sur. Tenía el adjetivo de mundial, pero no era así. Es hasta que África y Asia participaron que pudimos hablar de un verdadero certamen mundial, y estos consiguieron sus lugares o bien las sedes dando sus votos a quienes aspiraban al cargo de presidente.  

Podemos decir que los presidentes de FIFA hacen los cambios para los que fueron electos: Blatter mantuvo la presidencia dando el torneo a África. Havelange obtuvo el poder para romper la directiva europea del balompié.

Ahora, las federaciones buscan reducir el poder de Europa y América, y la mayoría de ellas quieren más equipos participantes porque así el pastel de ganancias se hace más grande (35%); además que se divide en más rebanadas y todos salen ganando.

Recordemos que las ganancias obtenidas a nivel internacional se reparten entre todas las federaciones, es decir, aunque las pequeñas islas del Caribe o del Pacifico nunca hayan participado han recaudado ganancias de los últimos mundiales.

El reto será para los países sede, ya que deben tener aún más capacidad organizativa, así como los recursos económicos. Además, se pueden obtener más patrocinadores, tanto internacionales como locales. Por lo cual es viable pensar que se romperá con el formato tradicional de un país una sede.

En 2002 se llevó a cabo el Mundial en dos países: Corea del Sur y Japón. La FIFA no pudo decir que no a ninguno de los dos que tenían argumentos válidos para ser sede, así como su capacidad económica y organizativa, pero hubo problemas de comunicación: demasiadas quejas de la prensa que tuvieron que enviar a más personal y que los aficionados tuvieron que padecer la frontera cuando sus equipos cambiaron de país

A estos obstáculos se unió el recelo y competencia de cuál de los dos países hacía mejor las cosas. Por los efectos,  se dijo nunca más hacer un Mundial en dos naciones.

Pero la nueva realidad es que hay más federaciones de futbol que países en la ONU y todos quieren ir a la fiesta. El Mundial debe ser más representativo, me atrevo a decir que esta competencia llega a su etapa global, dejando atrás su carácter internacional, con mayor participación y, esperemos, un mayor equilibrio entre continentes.

El pasado Brasil 2014 dejó muchas dudas y reclamos sobre la organización del megaevento. Ahora, al ver que se incrementa el número de participantes a 48, con cuatro partidos por día, parece que no se están pensado bien las cosas, pero lo que se está haciendo es abrir el torneo a la mutiorganización, que sean bloques de países o regiones.

Para 2026, que será cuando ya opere este nuevo modelo, el candidato para sede es México, país que ante esta nueva realidad no deberá realizar el Mundial en solitario o deberá replantearse la candidatura. Lo más viable es que Estados Unidos y México compartan la sede, como es el objetivo de la FIFA, aunque por ahora las políticas de Donald Trump hacen pensar que la Unión Americana no compartiría la fiesta con nuestro país.

La FIFA está avisando con casi una década de anticipación cómo será el nuevo formato para que la CONCACAF se prepare para realizar el Mundial como confederación, o bien sea un país quien a la voz de ya atienda este nuevo formato.

Otro escenario es que Europa reclame nuevamente la organización y lo haga con el formato multisede de la Eurocopa, que apenas será usado en 2020, o que alguna región del planeta de países medianos o pequeños, que por sí solos no pudieran organizar lo que ahora llamo gigaevento, y así Norteamérica se quede cuatro años más sin Mundial, es decir, más de 30 años sin la gran fiesta en la región.

No se requieren más estadios, que son carísimos, pero sí más hoteles, más instalaciones para entrenamiento y albergue de equipos, más seguridad, mas organización, mejores y mayores aeropuertos, trenes, Metro, carreteras, plataformas e internet, señal de televisión, alimentos, salud y un largo etcétera.

Después de 2014, se pedía se redujeran las exigencias de la FIFA pero salió todo lo contrario: se incrementaron, dando paso al gigaevento, cuya organización será regional, o si es un solo país lo llamo gigasede.

*El Dr. Erasmo Zarazúa es docente en el Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO y especialista en temas deportivos.

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