Exalumna IBERO, primera mexicana en ser CEO de BMW en el país

Jue, 17 Ene 2019
Maru Escobedo, economista, considera que ocupar ese puesto no es una cuestión de género, sino de capacidad
Su nombramiento, enfatiza, es una señal de confianza por parte de la automotriz alemana hacia un mexicano
  • Maru Escobedo, exalumna de la IBERO y CEO para BMW Group México.
  • Antes de ser la CEO de BMW, Maru fue Gerente de MINI para los mercados del sur de Europa y Directora de MINI México.

Maru Escobedo Caraza, exalumna de la Licenciatura en Economía de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (generación 1990-1995), se convirtió desde julio del año pasado en la primera mexicana, y mexicano, en ser designada CEO para BMW Group México.

Luego de 19 años en la automotriz alemana Maru asumió la máxima posición para un ejecutivo en BMW México; por su capacidad, aptitud y actitud, no por una cuestión de género. Por eso para ella, más que ser la primera mujer CEO en BMW, lo que le importa es ser el primer mexicano; una gran señal de confianza en los mexicanos por parte del Grupo, que en nuestro país había tenido sólo directores extranjeros.

Entrevistada en su oficina del corporativo, ubicada en Bosques de las Lomas, muy cerca de la IBERO, Maru dirige su mirada al pasado y recuerda que entró a esta Universidad “un poco por herencia”, pues aquí estudiaron su papá y hermanos, estos últimos con los que convivió en el campus en Santa Fe.

—¿Por qué decidiste estudiar economía?

Yo quería estudiar Ingeniería Biomédica, carrera que también tienen en la IBERO, pero cuando me enteré que como parte de ciertas materias debería entrar al quirófano para ver cómo se manejan los aparatos de los hospitales en las operaciones, la verdad me dio miedo y mejor pensé ingresar a una carrera donde no tuviera que mirar sangre, y elegí economía.

La carrera me gustó bastante, sobre todo porque teníamos muy buenos maestros, uno de ellos el Padre Jesús, un jesuita que me daba una materia llamada El pan y el hambre en la sociedad mexicana, una de las clases que nunca voy a olvidar porque fue de las que más valores me dejó, además de ser de las más divertidas.

También recuerdo la clase de Teoría monetaria que, aunque me generaba muchos dolores de cabeza, en ella aprendí de los profesores que me la impartieron a no quedarme con la primera respuesta, sino siempre investigar más.

Por otro lado, antes yo estaba acostumbrada a ir a escuelas pequeñas, con pocos alumnos y atención muy personalizada, que además eran relativamente sencillas para mí; pero en la Universidad descubrí que la carrera no era tan fácil y tenía que dedicarle mucho tiempo a estudiar. La IBERO me enseñó a tolerar y a superar la frustración, a no a quedarme estancada.

Una economista en una planta automotriz

Todavía no culminaba la Universidad y Maru empezó a buscar trabajo. Aunque su interés era ingresar a la Bolsa Mexicana de Valores había aplicado en bancos e instituciones financieras, como J.P. Morgan. Mas se le dio la oportunidad de entrar a BMW, donde pensó estar un tiempo en tanto conseguía empleo “en algo de mi carrera. Pero me encantó la industria automotriz, y ya no me quise salir”.

—¿Qué te enganchó de este sector?

La tecnología. Toda la tecnología que se requiere para ensamblar un auto y la tecnología que tienen los autos para la seguridad de los pasajeros. La automotriz es una de las industrias que más invierte en tecnología, no nada más en los automóviles, también en cuestiones ecológicas y de movilidad.

—Tecnología que conociste a fondo cuando te obligaron a ir a la planta de producción.

Sí. El Director Técnico de la planta que teníamos en Lerma, Estado de México, donde se ensamblaban nuestros vehículos, me decía: “baja a aprenderte la línea de producción y con eso podrás saber de qué estamos hablando”. Y aunque mi trabajo de asistente de ese Director Técnico no me exigía saber eso, él me obligó a que me metiera al detalle.

La gente en la línea de producción tenía mucha paciencia conmigo, me explicaban qué estaban ensamblando en cada etapa; ensamble que era muy interesante ver porque era bastante artesanal, ya que en ese entonces la planta no estaba automatizada, todo se hacía de forma manual.

—Llevas en BMW 19 de los casi 25 años que la automotriz tiene en México, ¿has marcado a BMW o BMW ha dejado huella en ti?

Creo que es mutuo, recíproco. Sinceramente me parece que he aportado mucho para el crecimiento de la empresa, porque siempre tengo la convicción de hacer las cosas bien. Obvio, BMW me ha marcado mucho, aquí he conocido a la industria automotriz, especialmente la de México, muy ligada al desarrollo de la economía del país.

—Antes de ocupar la silla de CEO tuviste tres puestos directivos. ¿Cuáles fueron tus mejores logros como gerente de MINI para los mercados del sur de Europa (2012), como directora de MINI México (2014) y como directora de Ventas, Planeación y Operaciones (hasta 2018)?

Como gerente de MINI para los mercados del sur de Europa estuve trabajando en Alemania, en una época en que la crisis económica estaba bastante fuerte, con las ventas en la industria automotriz decreciendo entre un 30 y 40 por ciento en mercados como Italia, España y Portugal.

Fueron momentos de retos bastante interesantes, me di cuenta que no siempre se crece, también hay épocas de decrecimiento. Aun así, debíamos mantener la operación y a nuestros empleados de las diferentes subsidiarias trabajando motivados, ante al riesgo de que migraran a otra industria. Que hoy en día siga allí mucha gente laborando me da mucha satisfacción, así como saber que las estrategias que hicimos funcionaron.

Como MINI, que es una marca súper divertida, que la gente quiere y adopta, mi faceta de directora de MINI México fue muy divertida; pero también tuvo sus retos. Cuando lanzamos la tercera generación del MINI la industria no iba tan bien y en algunos momentos tuvimos falta de producción, por lo que mantener las agencias con autos fue un desafío. La marca se mantuvo y sigue creciendo, actualmente arriba del 10%.

Haber sido directora de Ventas, Planeación y Operaciones fue lo más retador, por ser un puesto que combina lo local con lo regional. Yo venía de estar muy enfocada a México y de un día para otro tuve que entender cómo funcionaban otros mercados en la región de Latinoamérica, cómo se maneja el negocio con importadores y cómo son los diferentes impuestos en los distintos países; porque si bien la planeación la hacíamos desde México, era para toda la región.

Asimismo, tuvimos que meter toda una estrategia de ventas corporativas, de autos usados, de híbridos y eléctricos. Al hacerlo no sólo para México, sino para diferentes mercados, cada uno con condiciones diferentes, te vuelves más flexible porque no te queda otra más que tratar de entender las necesidades de cada país y buscar soluciones para cada uno.

—¿Y en la actualidad cuáles son tus retos como CEO para BMW México?

La verdad es que la compañía va muy bien siempre. Lo difícil es mantener nuestros niveles de ventas, en el servicio y de satisfacción de nuestros clientes. Hoy el reto más grande que tenemos es mantener la preferencia de nuestros clientes, porque la oferta en la industria automotriz en México es muy grande, entonces yo tengo que buscar estrategias para que siempre nuestros clientes estén contentos con nosotros.

Compromiso social

BMW cuenta con varios programas a nivel internacional de desarrollo de nuevos talentos. En su planta de San Luis Potosí opera un programa de educación dual que forma en México y en Alemania a generaciones de técnicos que tendrán la oportunidad de trabajar en esa planta.

Y con el fin de estar a la vanguardia tecnológica, BMW invierte gran parte de sus ganancias económicas en la investigación y el desarrollo, lo que en parte hace con el apoyo de universidades.

Por ejemplo, en la IBERO BMW instaló, junto con Schneider Electric, una estación de carga de autos eléctricos, como parte del compromiso de las tres con el medio ambiente y las energías sustentables.

—¿De qué otra manera cuida BMW al medioambiente?

A nivel mundial el Grupo invierte desde hace 20 años en desarrollo de tecnología limpia, uno de los grandes pasos que hemos dado en nuestro compromiso con el medioambiente. En México fuimos la empresa automotriz del segmento de lujo que trajo primero los autos híbridos y eléctricos, que comercializamos desde 2014, y que representan el 10% del total de nuestras ventas.

Lo interesante es que todo el proceso de producción de un auto híbrido o eléctrico de BMW es muy sustentable. Por ejemplo, el BMW i3 tiene un 90% de componentes reciclables, y se hace en una planta con procesos limpios; con plantas de tratamiento de agua y que se abastece de electricidad generada en parques eólicos.

A futuro, nuestro plan al 2025 es tener 25 modelos de autos híbridos como parte de nuestra gama. Y entre nuestros autos que sólo cuentan con motores de combustión seguiremos cumpliendo con todas las normas de regulación de emisiones.

—¿Y cómo fomenta BMW el desarrollo de las Pymes mexicanas?

La Oficina de Compras de la planta en San Luis tiene un programa especial para las Pymes, entre quienes busca a proveedores de autopartes y así mismo desarrollarlos para que surtan a nuestras armadoras en México, con la posibilidad de enviar sus productos a plantas nuestras en otros países.

—¿Tiene BMW iniciativas para fomentar la conducción responsable?

Sí, una de ellas fue precisamente en la IBERO, donde en 2014, cuando inauguramos la estación de carga de autos eléctricos, además de llevar algunos modelos de nuestra gama de híbridos y eléctricos estuvimos dando a conocer a la comunidad universitaria el reglamento de tránsito y dando consejos para un buen manejo.

A nivel mundial, como estamos desarrollando mucha tecnología para el manejo autónomo, colaboramos con los gobiernos en la creación de reglamentaciones y señalamientos viales adecuados.

—Finalmente, Maru, como CEO de BMW y exalumna de la IBERO que eres, ¿qué características crees deben distinguir a una líder IBERO?

A una líder en cualquier lado; y creo que es la actitud. A la gente que tiene buena actitud, actitud positiva, le va bien en la vida, porque enfrenta los retos y la adversidad.

Unos de los valores que la IBERO me dejó, porque los aplicábamos de forma natural, fue buscar siempre soluciones de manera colectiva, y trabajar en equipo y sin conflicto. Y hoy en día a mí no me cuesta trabajo actuar así.

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Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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