En la IBERO, nos complace apoyar a las y los científicos cuyas iniciativas tienen como objetivo tener un impacto sostenible y que aporten bienestar a la sociedad, es por ello, que a través de ENACTUS, en colaboración con la Cátedra Contruir para el Bien Común y el Desarrollo Sostenible de nuestra casa de estudios, se llevó a cabo la premiación a los equipos “NAMA” y "Vida y equilibrio", los 2 equipos ganadores del “3er Reto Iniciativas con Impacto Sostenible”.

Para el evento, la empresa de biotecnología CELAL-MEX, la cual se enfoca en el desarrollo de materias primas sostenibles a partir de residuos agrícolas, procesándolos en forma de celulosa y almidón para su comercialización de forma industrial, fue invitada para dar una ponencia a las y los ganadores, así como a los asistentes.

Durante la premiación estuvieron presentes el Ing. Nicolás Mariscal Torroella, Presidente del Consejo Marhnos y Fundador de la Cátedra; Mtro. Javier Cervantes González, Director del Departamento de Estudios Empresariales de la IBERO; Adolfo Martin Vidal Ruiz, CEO de CELAL-MEX y Eduardo Méndez Loranca, Director de Operaciones.

Los directivos de CELAL-MEX compartieron sus experiencias a través de los casi tres años que tiene su empresa, la cual fue fundada en febrero de 2021, y adelantaron que, con todas las vivencias que han tenido hasta el momento, pueden asegurar que el nuevo oro verde mexicano son los residuos agrícolas, ya que se pueden obtener muchos beneficios de ellos.

Explicaron que, usando la tecnología adecuada, producen materias primas ecológicas de celulosa, almidón, plásticos y farmacéuticas a partir de residuos agrícolas como la piña, haciendo que cada kilo de residuos que se transforma, sea un ingreso extra para los agricultores.

“Durante la pandemia conocimos a un agricultor mientras tomábamos nuestras clases en línea, el cual nos dijo que tenía muchos problemas con los residuos que quedaban, ya que le generaban un gasto extra, eso nos hizo cuestionar si podíamos ingeniar algo para solucionar ese problema”, señalaron para luego mencionar, con gran orgullo, que ellos son los únicos productores de almidón de piña en el mundo y que ya están en proceso de patentarlo, “es un ingenio 100% mexicano y que creemos que va a poner en alto el nombre de nuestro país”, aseguraron.

Explicaron que, después de un tiempo procesando los residuos de piña, y con ayuda de otros doctores investigadores, "descubrimos algo que no teníamos ni idea que nos iba a pasar. Nos dimos cuenta que había componentes especiales en nuestros residuos, como, anticancerígenos, antioxidantes y sobre todo componentes para hacer placas para carros ecológicas. Y es algo que de verdad nos vuela la cabeza”, indicaron.

Instaron a las y los investigadores a perder ese miedo, el cual les impide realizar sus proyectos e iniciativas por temor a fracasar. Los emprendedores recordaron que en Celal-Mex comenzaron con un “laboratorio casero” en una cocina, y que sus primeros productos a pesar de no verse muy estéticos, cumplían su objetivo. Destacaron que lo importante es comenzar y saber que siempre habrá obstáculos, no importa si el proyecto está iniciando o ya se encuentra en una fase adelantada, el riesgo siempre va a estar ahí.

El Ing. Nicolás Mariscal Torroella, agradeció a las y los investigadores que tienen como objetivo contribuir a la sociedad con iniciativas sostenibles, ya que consideró que el mundo vive en un constante cambio, generando desafíos sin precedentes, haciendo más importante que nunca cultivar ideas que no solo sean creativas, sino que también contribuyan al diseño de un futuro más sostenible.

“Recordemos que la innovación es un acto de valentía, de desafiar lo convencional, de pensar más allá de los límites. Hoy no solo celebramos a los ganadores, sino a todos los participantes que han contribuido con su visión y dedicación. Cada uno de ustedes es un agente de cambio y su compromiso con la innovación sostenible es la fuerza que necesitamos para poder transformar lo que está a nuestro alcance”, indicó.

Para terminar la premiación, se otorgaron reconocimientos a los dos equipos ganadores, cuyos proyectos fueron catalogados por los ponentes como, “propuestas de alto valor”.

Diego Tlacuatl y Noe Vicens, estudiantes en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), presentaron el proyecto “Vida y Equilibrio”, que  trata sobre no sobreexplotar los recursos para la agricultura, ya sea usando otros tipos de fertilizantes menos contaminantes, o dejar de realizar prácticas tradicionales como el uso de agentes sintéticos.

Agradecieron a la IBERO por los talleres de marketing y diseño de modelos de negocios, que les ofrecieron, pues aseguraron que gracias a ellos tuvieron la capacidad de expresar de forma adecuada su proyecto.

El otro equipo, NAMA, estuvo conformado por Mónica Nosti y Paulina Colin, estudiantes de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental, de séptimo semestre en la IBERO. Ambas trabajaron en temas específicos de la conservación y sustentabilidad de los alimentos.

“Queríamos ver qué onda, qué podíamos hacer con ello, además de brindarle a esa parte de la industria un enfoque mucho más circular, nos hemos dado cuenta que nosotras no somos las únicas que se preocupan por tratar de reducir agentes contaminantes en los alimentos”.

Texto y fotos:Alberto Elihú Cortés Hernández

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