Rumbo al Informe de Gobierno: retos, amenazas y logros

Jue, 1 Sep 2016
Análisis del maestro Abraham Vergara, coordinador de la Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial de la IBERO
A más de la mitad del sexenio se vislumbran más retos, por no decir amenazas, que logros
Un acierto, la reforma financiera. En entredicho, la educativa

Con motivo del Cuarto Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, el maestro Abraham Isaac Vergara Contreras, coordinador de la Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial de la Universidad Iberoamericana, comparte el siguiente análisis sobre los retos pendientes de la actual administración:

Casi se cumplen cuatro años de que la palabra alternancia se inscribió en la incipiente y muy costosa democracia de México. A Los Pinos regresó el PRI, con un hombre que se veía fuerte, con salud, con entusiasmo y con una cantidad de promesas ("te lo firmo") que hicieron que cierto sector de la población tuviera esperanzas de que las cosas irían por un mejor camino.

Tras un sexenio de guerra contra el narcotráfico y la tan promocionada estabilidad económica, que data desde finales del sexenio del doctor Zedillo; dio paso al establecimiento de las buenas voluntades de un gabinete de trabajo con altos estándares de formación y experiencia que pretendieron respaldar el proyecto del actual presidente.

A la distancia de estos casi cuatro años parece que la fórmula de la mercadotecnia política se ha desgastado y que la figura presidencial ya no es valorada por la población en general, a más de la mitad del sexenio se vislumbran más retos, por no decir amenazas, que logros.

Es difícil encontrar las cosas buenas que nos dicen que cuentan mucho. ¿No será más bien que se cuentan muy pocas y no se pueden contar? Destacan problemas en varios ámbitos, el más obvio, del que ya se ha escrito mucho y expertos han externado sus opiniones: las reformas estructurales y su implementación.

La gran apuesta de esta administración por cimentar el crecimiento económico en la reforma energética no ha sucedido, no se observa que detone un importante cambio en la situación económica del país, no se puede negar que ha dado algunos pasitos para adelante, el principal, el compartir el riesgo de inversión entre el gobierno y la iniciativa privada en los proyectos de inversión de extracción.

Sin embargo, las finanzas públicas siguen teniendo un componente altamente correlacionado con el petróleo; Pemex sigue siendo una “empresa” ineficiente y dista mucho de ser autosustentable, a la víspera del Cuarto Informe de Gobierno seguramente se hablará de las rondas, mismas que no han generado aún la prosperidad esperada.

La reforma educativa está en entredicho: por un lado, un grupo de maestros que logran la mayoría de las veces imponer su "ley" y por el otro lado un gobierno sin una definición clara y contundente en los hechos que la misma estableció; todo ha quedado en discursos y pareciera que es de su interés heredar el problema magisterial a la administración que viene. Bueno, no sería la primera vez, pues de esto existe una buena cantidad de eslabones a través de los últimos periodos presidenciales. 

En este tema, pareciera que el mayor logro fue detener y confiscar (tal vez no he leído con detenimiento para saber su paradero) recursos y poder a los líderes del gremio, pero de ahí no ha pasado, pues los maestros siguen poniendo en jaque a nuestras autoridades tanto en el ámbito social como en la opacidad del manejo de los recursos financieros de los sindicatos.

Sin ser un experto en temas laborales, esta reforma no ha generado la cantidad de empleos que se requieren en el país, principalmente para los jóvenes, ya que existe una brecha entre los empleos que se han generado ("palomita" para este gobierno, que ha creado una cantidad mayor que los anteriores) y los que realmente se requieren. 

La informalidad sigue en aumento, se habla, sin contar al sector agropecuario que de cada centenar de puestos de trabajo, 52 se consideran informales. Esta situación tiene una repercusión en dos sentidos: por un lado, en la recaudación de contribución fiscal (aunque ha mejorado) y la previsión de seguridad social y pensiones, que empieza a espantar y llamar fuertemente la atención.

Soy un convencido que una de las reformas que tendrían que haberse realizado al inicio de la presente administración es la de pensiones, que por años se ha evitado y únicamente se ha parchado, sin tener una estrategia clara al respecto; sin embargo hoy se vuelve imprescindible realizarla, ya que simplemente la edad se está invirtiendo, no sólo en México sino en el mundo. Hay menos jóvenes y más adultos, por lo que esta burbuja podría estallar de no aplicarse políticas públicas adecuadas y prontas.

Un acierto, la reforma financiera: el buró de crédito de instituciones ha aportado un mecanismo de apoyo a la toma de decisión de los usuarios;  el reto más importante es generar las políticas públicas más adecuadas que promuevan la inclusión financiera y los procesos de supervisión para evitar que los índices de morosidad de la banca e intermediarios financieros (hoy en su mayoría sanos) se disparen por el uso indebido del crédito, en específico, al consumo, de nómina y de tarjeta de crédito.

La banca de desarrollo tampoco ha detonado el impulso que requiere la economía, algunos destellos, pero insuficientes para aumentar el trabajo formal y adecuada remuneración; los programas como Tu primer crédito son loables pero limitados para la generación de los  frutos esperados.

La situación económica también presenta más retos que logros, con la reciente disminución de la calificación de S&P, que ratifica la del mes de marzo de Moody’s y las constantes disminuciones en la previsión de crecimiento anual en lo que va de la administración, con una deuda por encima del producto interno bruto, por los reiterados recortes al presupuesto (la austeridad debería aplicarse en el gasto corriente) que pueden afectar a la inversión productiva, genera un panorama de incertidumbre y de desconfianza entre el sector empresarial y la población en general.

Tal vez sea momento de ajustar al “gabinetazo” y encausar el rumbo hacia un camino que permita, si no el tan deseado 7 por ciento del PIB, por lo menos dejar el letargo o estancamiento del 2 por ciento, para con ello generar más y mejor empleo, en beneficio de los más.

Para otra ocasión hablamos de la corrupción.

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219