Alumnos y profesores hablan sobre masculinidad y violencia de género

Lun, 9 Mar 2020
En el diálogo ‘Mandato de masculinidad. Los hombres y la violencia de género’
Primera actividad de los ‘Diálogos 9 M. Un día sin ellas’
  • Alumnos y profesores IBERO reflexionan sobre EL ‘Mandato de masculinidad. Los hombres y la violencia de género’.
  • Fue la primera actividad de los ‘Diálogos 9 M. Un día sin ellas’.
  • Mtro. Luis Felipe Canudas Orezza, director del Departamento de Letras.
  • Lic. Gonzalo Bustamante, egresado de la Licenciatura en Filosofía.

Alumnos y profesores de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México reflexionaron en torno al tema ‘Mandato de masculinidad. Los hombres y la violencia de género’, primera actividad de los ‘Diálogos 9 M. Un día sin ellas’, que se llevaron a cabo en esta institución académica, en el marco del paro de mujeres #UnDíaSinNosotras.

Este diálogo inicial, llevado a cabo en el Auditorio José Sánchez Villaseñor, fue encabezado por el Lic. Gonzalo Bustamante, egresado de la Licenciatura en Filosofía, y por el Mtro. Luis Felipe Canudas Orezza, director del Departamento de Letras, quien dijo que los ‘Diálogos 9 M. Un día sin ellas’ son un espacio para que los estudiantes pregunten y hablen de sus inquietudes con respecto a lo que está pasando en México, donde cada día desaparecen 10 mujeres, víctimas de feminicidio.

Respecto a ‘Mandato de masculinidad. Los hombres y la violencia de género’, Canudas Orezza mencionó que parte del pensamiento de la socióloga argentina Rita Laura Segato, quien desde diferentes puntos de vista plantea el cuestionarse este mandato de masculinidad; y, añadió Luis Felipe, “cómo respondemos a este mandato de masculinidad nosotros (los hombres), como parte de esta sociedad”.

9 M, un día para reflexionar sobre el patriarcado

Gonzalo Bustamente destacó, al tomar la palabra, que este 9 M es un día para visibilizar la violencia, el espacio de las mujeres y el rol de los hombres en el patriarcado, para entender que un espacio de reflexión sobre la masculinidad obliga a pensar en “quiénes somos, desde dónde hablamos, y que eso influye en cómo operamos”.

Es también para generar una ética de la escucha, para empezar a entender que los hombres “somos ignorantes de ciertas violencias que generamos, que perpetuamos”; y cómo las mujeres ocupan un sitio epistémico que les permite entender esas violencias, esas opresiones, que, en los varones, “es nuestro imperativo ético escuchar, porque nosotros somos ciegos a ciertas cosas”.

Igualmente, es una jornada para “darles un espacio a las mujeres, para que nos hablen, aun cuando ellas no estén presentes”; para entender que las mujeres son autoridades conceptuales, intelectuales y políticas; y para pensar en una política de la solidaridad, de cómo los hombres pueden participar en un movimiento o no, cuáles son los límites de esas alianzas, pero, sobre todo, “cómo nos afecta el patriarcado, cómo somos cómplices de él y cómo podemos trabajar para desmantelarlo”.

Dicho esto, comentó que el contexto del cual deben partir los hombres en este día, es pensar que también les afecta la violencia de género y que son cómplices de ella. O como dice Rita Laura Segato: ‘Los hombres deben entrar en las luchas contra el patriarcado, pero no deben hacerlo por nosotras y para protegernos del sufrimiento que la violencia de género nos inflige, sino por ellos mismos, para liberarse del mandato de masculinidad que los lleva a la muerte prematura y a una dolorosa secuencia de probaciones de por vida’.

El mandato de masculinidad

Sobre la definición de masculinidad, el licenciado dijo que es una posición jerárquica que se basa en la subjetividad e identidad de los hombres; que depende de una capacidad de dominar, generalmente, aunque no sólo, a las mujeres; y de exhibir prestigio y potencia de diferentes tipos (sexual, bélica, política, económica, intelectual y moral), hacia las mujeres o a la feminidad en general, y hacia los demás hombres.

El mandato de masculinidad es esa exigencia, implícita y explícita, de mostrar y evidenciar esa potencia, sobre todo ante los pares o cómplices, es decir, ante los demás hombres. Segato –refiere Bustamente-, dice que ese mandato relaciona la conquista de ese estatus masculino, o sea, el ser hombre, con la dominación y agresión hacia quien muestra signos o gestos de feminidad.

Por eso, Rita Laura dice que los niños, los varones pequeños, son las primeras víctimas del patriarcado; porque si un niño da gestos de feminidad, de cierta sensibilidad que no se ajusta a ese mandato de masculinidad, va a recibir violencia de sus pares (masculinos). Asimismo, no sólo las mujeres son víctimas de la violencia de género, también lo son los homosexuales, las personas no binarias o trans, al ser cuerpos e identidades que tienen una performatividad femenina.

De ahí que actos que resultan de ese mandato de masculinidad, como la violación y el feminicidio, tienen el fin de disciplinar y de dominar lo femenino. Feminicidios que para Segato -quien ha pasado mucho tiempo analizándolos en Ciudad Juárez, Chihuahua- son espectaculares, porque hay un show, algo que se tiene que mostrar, y por eso aumentan en el momento en que también inician las redes sociales, porque viralizan el crimen.

Viralización, que explica el filósofo, no es casualidad, ni sólo es morbo, sino que tiene que ver con la expresión de la violencia vertical hacia la víctima, tanto real como potencial. “Un mensaje a las mujeres de, si te portas mal, esto te va a pasar, porque eres un objeto, no vales nada, no vales tanto como yo (hombre)”.

Otra cuestión que sostiene Segato, continúa Bustamante, es que la violencia de género no es un hecho individual separado de la cultura de masas, de la cultura de consumo; por lo que Rita Laura dice que un contexto neoliberal como el actual es el lugar perfecto para que el mandato de masculinidad florezca como nunca, porque el mensaje como hombre puede llegar a muchos más hombres, lo que lo convierte en un mensaje de violencia transnacional, a nivel mundial.

Entonces, para desmantelar la masculinidad, la subjetividad de los hombres no debe estar ligada a destruir, a dominar, a imponer condiciones violentas de pertenecer; y tampoco se debe mostrar a la mujer como una extensión de la propiedad.

En torno a qué se puede hacer, Gonzalo indica que Segato propone cuatro cosas:

  1. Contraponernos al poder. Negarse a participar, y luchar activamente, contra los elementos distintivos del patriarcado, como el mandato de masculinidad, la baja empatía, el racismo, el imperialismo, el capitalismo, es decir, los sistemas de dominación que cosifican a la gente, que las vuelven objetos, que por eso pueden desechar.
  2. Apoyar una política en clave femenina. Para sentar otra manera de actuar, otra manera de pensar. Es apoyar una política en clave feminista, y también una filosofía en clave feminista, un vocabulario feminista en general.
  3. Reconocernos como víctimas que hemos sido violentados por este pacto a la cofradía de los hombres, por este mandato de masculinidad. Es que los hombres entiendan cómo, en sus conductas, participan de una cofradía que expulsa a las mujeres, a las personas que tienen gestos de feminidad, una sexualidad no heteronormada, un cuerpo que no se ajusta a lo que el patriarcado ha dicho que es lo normal. Es retirarse de ese pacto y decirle no a la dominación de ese femenino, al entender que el pacto está ahí y que genera violencia. Eso no significa que los hombres tengan que adoptar otras formas de ser; pero sí otras maneras de actuar.
  4. Impulsar una contrapedagogía de la crueldad. Que esté en contra de esa enseñanza de que hay que destruir a las mujeres y a lo femenino, y contra esa ideología de que las personas son objetos. Si se quiere desmantelar el patriarcado se tienen que cambiar los hábitos, el sistema económico, el sistema de relación.

Diálogos 9 M. Un día sin ellas

Además del ‘Mandato de masculinidad. Los hombres y la violencia de género’, en los ‘Diálogos 9 M. Un día sin ellas’ se abordaron estos otros temas: Feminicidios y creación escénica en México; Taller de masculinidades y deconstrucción; Techo de cristal, brecha salarial, discriminación laboral y trabajo no remunerado; Importancia de las mujeres en el crecimiento económico mexicano; Transversalidades; Claves para deconstruir la masculinidad; Equidad de género en cargos públicos representativos en México: reglas oscilantes y avances; e Importancia de la preservación del tipo penal del feminicidio en México.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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