Ante más de mil egresados de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui, destacó lo orgullosa que está de la formación que recibió en esta institución educativa, ya que le proporcionó los fundamentos del desempeño profesional, ámbito en el que ha alcanzado el sueño de todo diplomático de carrera en México: representar a nuestro país en la Unión Americana, quizá, en el momento más complejo de las relaciones bilaterales de los últimos 40 años.

La embajadora, quien fungió como oradora invitada durante la 'Ceremonia de Egresados de Licenciatura' de la IBERO, reconoció, al inicio de su mensaje, al Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., como un rector excepcional, un hombre comprometido con la defensa de los derechos humanos y como un verdadero guía para los jóvenes.

La diplomática recordó que representar por primera vez a México en un país que, tal vez, sólo había visitado como turista, como fue el caso de Turquía, requiere de gran capacidad de adaptación. Pero, sobre todo, de un enorme deseo de entender al otro y establecer una comunicación significativa.

Por esta razón, la egresada de la Licenciatura en Comunicación de la IBERO, con mención honorífica, compartió ante los cientos de invitados reunidos en la explanada central de la Universidad que antes de llegar a un país ‘devora’ toda clase de lecturas que llegan a ella, para entender a la sociedad, la economía, el gobierno, las tradiciones y cultura de la nación en la que estará.

Invitó a los egresados a nunca dejar de leer y a prepararse para entender lo que están haciendo; así como a acercarse a la cultura de otros países, leer su literatura y a encantarse con su poesía, pues los llevará a entender mejor el alma de la nación en la que vivirán.  

“Hay que salir a la calle, convivir con la gente, con los barrios, las clases sociales, con todos los grupos. Interactuar y aprender a entender a esas personas con las que convives día a día y con las que se quiere construir relaciones cordiales: es el mandato que tenemos todos los diplomáticos”, aseveró.

La también licenciada en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma señaló que la retroalimentación es un concepto central porque permite escuchar al otro, aprender de él, comprenderlo, decodificar sus mensajes verbales y no verbales; es la base para elaborar los mensajes que se desean enviar como diplomático y representante de México, pero también de lo que se quiere transmitir como ser humano.

“Sólo si conoces bien a la otra sociedad y la entiendes, les puedes decir: vengan a mi país y conózcanlo. No se dejen ganar por una mala imagen, vean la grandeza de un país y la riqueza de su cultura e invertir porque les damos estabilidad. Vengan porque encontrarán gente joven llena de preparación y entusiasmo por crear un México mejor”, dijo la maestra en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomática de España.

Cultura en los momentos difíciles

La embajadora abundó en que la cultura es fundamental como marco de referencia y proyección internacional de México.  “En los momentos más difíciles para nuestro país, ante las imágenes de violencia e inseguridad que se propagan a veces por el mundo, lo que distingue a México, lo que nos salva es nuestra grandeza y fortaleza cultural. Lo que nos salva siempre es nuestra gente. Somos nosotros, son ustedes”.  

La exalumna de la maestría en Filosofía en esta casa de estudios también habló de la necesidad de conocer la historia de los otros países para establecer una comunicación confiable y relaciones fructíferas.

“No podrá haber confianza, concepto clave en sociedades exitosas y en relaciones bilaterales duraderas, si no hay una comunicación confiable. Si no hay confianza, las relaciones se agotan en meras transacciones, fotografías y firmas de documentos, cuya vida será efímera, sin mayores consecuencias. La confianza es fundamental para las relaciones interpersonales, pero también para las internacionales”, resaltó.

Creyente del multilateralismo

Bárcena, quien ha representado a México ante entidades internacionales como la Organización de la Naciones Unidas (ONU), recordó que enseñar la materia de Organismos Internacionales en la IBERO fue su pasión porque es una una ferviente defensora y creyente del multilateralismo.

“La defensa del multilateralismo es pilar esencial de la política exterior de México, de su acción internacional. El Sistema de Naciones Unidas es fundamental para la construcción de regímenes internacionales de cooperación que permiten avanzar en el logro de las metas nacionales, en áreas como el medio ambiente, la seguridad marítima y aérea. Además, la presencia de México en organismos internacionales permite evitar confrontaciones y equilibrar la relación bilateral más compleja y complicada que tiene México: la relación con Estados Unidos”, explicó.

La diplomática dijo que la política exterior de México es un instrumento para trasformar y anclar cambios en el país. A la vez de que busca incidir en las negociaciones internacionales en temas que afectan y afectarán el desarrollo futuro de nuestro país.

En ese sentido, señaló la ratificación de los pactos de derechos humanos que ahora son referencia ineludible para la política interna de México, aunque a veces no se pueda hacer con cabalidad. Con base en estos documentos, Mexico se ha sometido voluntariamente a la supervisión internacional en la materia.

Rector pide a jóvenes ser agradecidos  

Por su parte, el Rector de la IBERO, Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., quien encabezó este evento, pidió a los jóvenes ser agradecidos toda la vida con quienes hicieron posible que cursaran una licenciatura en esta casa de estudios: con su familia, profesores y amigos. Pero también con la sociedad y el país, ya que han contribuido en la construcción de nuestra casa de estudios.

Asimismo, llamó a los egresados a respetar y apreciar a los demás, pues recordó que los más terribles conflictos que se viven en el mundo tienen su origen en el deseo de aprovecharse del 'otro' en beneficio propio.

El Padre jesuita dijo a los asistentes que los sectores sociales marginados no merecen su lastima ni su caridad, sino que requieren de espacios sociales para desarrollarse cabalmente, así como de apoyos inteligentes, aliados en sus reivindicaciones porque son actores sociales de pleno derecho.

“En esta Universidad, hemos trabajado para que ustedes combatan el mal social en donde lo encuentren y no para que pasen de largo frente al herido. La vida requiere de un continuo aprendizaje, existen desafíos que demandan de nuevos y mejores conocimientos”, enfatizó.  

Valentina González/ICM