Científico: Escepticismo, un problema común de pandemia y cambio climático

Vie, 19 Nov 2021
Especialista del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente dictó la conferencia ‘Anticiencia, posverdad, cambio climático y pandemia’
Su conferencia magistral tuvo lugar en el ‘2o Simposio de Divulgación de la Ciencia: Una emergencia climática’, organizado por la IBERO, El Colegio Nacional y la SOMEDICYT
  • La pandemia no es un simple proceso epidemiológico y el cambio climático no es un simple efecto termodinámico producido por los gases de efecto invernadero, por lo que es necesario entender estos problemas.
  • Dr. Fernando Tudela Abad, miembro del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (CeiBA).

La pandemia de COVID-19 y el cambio climático tienen un problema común, el escepticismo y negación de su existencia, dijo el Dr. Fernando Tudela Abad, miembro del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (CeiBA), en su ponencia Anticiencia, posverdad, cambio climático y pandemia.

En esta conferencia magistral que dictó en el 2o Simposio de Divulgación de la Ciencia: Una emergencia climática, mencionó que casi se puede apostar a que quien esté en contra de la existencia del cambio climático también “va a tener problemas para ponerse una mascarilla (tapabocas), va a tener problemas para mantener una sana distancia y no va a querer vacunarse”.

Esto es posible porque hay una manipulación de la información, es decir, hay gente interesada en que no llegue la información adecuada, en que no lleguen los mecanismos de comprensión adecuados sobre el cambio climático y la pandemia.

En torno al cambio climático, Tudela comentó que ha visto una transición muy clara en los negacionistas. Al principio, simplemente negaban la existencia del cambio climático; luego reconocieron que sí existe, pero que no necesariamente es malo; posteriormente aceptaron que sí existe y sí es malo, pero no se puede hacer nada para contrarrestarlo; y, por último, han reconocido que sí existe, es malo y sí se puede hacer algo, pero es muy caro y la humanidad no puede dejar de desarrollarse.

Y en ambos casos, el cambio climático y la pandemia, los negacionistas pelean contra su carácter global y pelean contra la intervención multilateral, pese a que los dos problemas profundizan las inequidades, las brechas de género y de ingreso, “que constituyen las lacras sociales que lastran nuestro desarrollo”.

Agregó que, la pandemia no es un simple proceso epidemiológico y el cambio climático no es un simple efecto termodinámico producido por los gases de efecto invernadero, por lo que es necesario entender estos problemas en toda la extensión de la complejidad que representan, utilizando un enfoque interdisciplinario basado en sistemas complejos.

Pero, por ejemplo, algunos negacionistas de la pandemia han llenado las calles de Madrid, España, con manifestaciones donde han proclamado que la pandemia es una farsa, que es inventada, que no hay que confinarse, ni usar mascarillas, ni hay que vacunarse, porque eso atenta contra la libertad.

Y en Bucarest, Rumania, una diputada encabezó una manifestación contra las vacunas contra el COVID-19, con tal repercusión en la sociedad que el gobierno de ese país necesitó lanzar una campaña provacuna. Vacunas que son útiles porque previenen hospitalizaciones y muertes, dijo el Dr. Fernando Tudela.

Mas el negacionismo no es un problema de simple falta de entendimiento, sino que es un problema práctico, político y económico, “porque el negacionismo de la pandemia, el no querer entrarle al tapabocas o a la vacuna, a todos nos retrasa la superación del COVID-19. Y, además, determina un montón de muertes adicionales, millones, que no dependen de la decisión del fallecido, sino dependen de que mucha gente de fuera, teniendo posibilidades, optó por no vacunarse u optó por no usar el tapabocas, porque (dicen) es contrario a la libertad personal”.

Éste, señaló Tudela Abad, es un problema grave de desinterés por la situación, de los impactos de lo que uno hace sobre los demás. Y es que los tapabocas son para protegerse uno mismo y para proteger a los demás si uno está contagiado. Y la vacuna, además de protegerlo a uno mismo, “contribuye a que el virus ya no tenga posibilidades de encontrar por ahí víctimas”.

Lo mismo pasa con el cambio climático, negarlo retrasa su mitigación y no se cumplen los objetivos multilaterales porque no hay suficiente presión callejera, ciudadana y, si se quiere, electoral. Además, hay una utilización perversa de lo que es la ciencia para luchar contra la ciencia. Sobre esto último, el doctor explicó que la ciencia implica duda, pluralidad, crítica y tolerancia; y algunos invocan esto para decir que son anticiencia, que aplican la duda y la crítica, y piden tolerancia.

Esas ideas de libertad del individuo, de soberanía del país, se interpretan como que cada quien hace lo que quiere, sin reconocer el derecho ajeno. No obstante, la libertad propia no es absoluta, uno -individuo o país- no tiene derecho a hacer lo que quiera si está afectando los intereses de otros. Luego entonces, hay que hacer constructos sociales y políticos, arreglos y acuerdos, que sean en beneficio de todos.

Y aunque el doctor reconoció que la ciencia no tiene respuestas a todos los problemas, porque siempre hay un área de incertidumbre, esto no puede tomarse para adoptar posiciones anticientíficas, pues hacerlo así es una perversión.

El simposio

El 2o Simposio de Divulgación de la Ciencia: Una emergencia climática fue organizado por El Colegio Nacional, la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (SOMEDICYT) y la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a través de su Departamento de Física y Matemáticas y su Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus).

PEDRO RENDÓN/ICM

 

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