¿Cómo la Arquitectura puede mitigar los daños de inundaciones y aprovechar el agua de la lluvia?

Mar, 10 Sep 2024
Conocer el terreno en el que se edifica puede marcar la diferencia, señala el Dr. Víctor Arvizu, académico de la IBERO
  • Foto: Especial

Aunque su responsabilidad y sus oportunidades de apoyo no son exclusivas, una correcta aplicación de la Arquitectura puede evitar graves afectaciones causadas por las inundaciones y los encharcamientos que derivan de las lluvias, compartió el Dr. Víctor Arvizu, coordinador de la Especialidad en Energía en la Edificación Sustentable de la Universidad Iberoamericana, para quien una mejor comunicación entre la Academia y los gobiernos podría derivar en el mejoramiento de la vida de las y los ciudadanos al implementarse políticas públicas basadas en conocimiento científico.  

Un conocimiento adecuado del terreno en el que se construye, añadió el profesor adscrito al Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil de la IBERO, puede aminorar los efectos de un encharcamiento o inundación.  

“Como profesionistas que nos dedicamos a la Arquitectura, a la construcción o al Diseño, lo primero que tendríamos que hacer es revisar los Atlas de Riesgo; toda ciudad, o al menos las grandes ciudades, cuentan con Atlas de Riesgo”, declaró el Dr. Arvizu en entrevista con PRENSA IBERO.  

Los Atlas de Riesgo, generalmente presentados a través de mapas, recolectan y comparten información sobre amenazas que pueden afectar a una comunidad. La Ciudad de México, por ejemplo, cuenta con Atlas de Riesgo que pueden consultarse vía web en www.atlas.cdmx.gob.mx. En una entrevista previa, el Dr. José Alberto Lara, Director de nuestro Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus), ya había explicado cómo el consultar estos datos puede ayudar a elaborar planes de prevención ante los daños causados por fenómenos naturales.  

En el tema de las inundaciones y desde el punto de vista del Dr. Víctor Arvizu, cuando con un Atlas de Riesgo se identifican las zonas más propensas a inundaciones, debería prohibirse la construcción en estos lugares; no obstante, dijo, las disciplinas deben no sólo considerar los aspectos técnicos y también evaluar los factores humanos y sociales a la hora de desarrollar un proyecto. El dilema es que los problemas vinculados a la naturaleza que afectan a México conviven con una necesidad importante por construir y habitar hogares.  

“Es complicado porque tenemos una realidad técnica pero también una realidad social; teóricamente, no se tendría que construir en estas zonas, pero atendiendo a la realidad mexicana, y si es imperativo edificar, vale la pena valerse de conocimiento y técnicas que nos permitan, entre varias cosas y, por ejemplo, utilizar materiales resistentes al agua, captar el agua y reutilizarse, e impermeabilizar adecuadamente”.  

El coordinador de la Especialidad en Energía en la Edificación Sustentable  enlistó una serie de medidas que pueden ayudar a las y los ciudadanos, a los gobiernos y a las compañías a edificar con miras a resistir los embates de las lluvias.  

“Cuando ya tenemos el terreno o el lugar en donde vamos a construir, es necesario buscar las zonas más altas del terreno, lo que resulta más fácil cuando el lugar cuenta con desniveles considerables, pero cuando no es posible o el terreno es muy plano, podemos recurrir a construcciones elevadas”, sugirió Arvizu, quien señaló que mientras más elevado sea un proyecto, mayor su resiliencia a los encharcamientos, sin embargo, incluso unos cuantos escalones podrían marcar la diferencia

“Es muy importante también construir con materiales adecuados, resistentes al agua, especialmente en las zonas bajas como cimentaciones y plantas bajas, que deben estar correctamente impermeabilizadas y selladas”, declaró el entrevistado.  

El profesor universitario también recordó la importancia del mantenimiento que requiere cualquier construcción, particularmente con el tema del agua: “dependerá de los materiales y productos la vida útil que tengan, pero hay que estar atentos y atentas a cuando necesiten ser reforzados”. 

Para Arvizu, también es una buena idea considerar proyectos que incluyan elementos que permitan aprovechar el agua de las lluvias. El académico lamentó que como ciudadanía estemos acostumbrados y acostumbradas a no darle utilidad al agua que cae en calles, azoteas y terrazas: “en el mejor de los casos, entubamos y ‘pum’, cae el agua al drenaje”.  

El especialista pidió a sus pares que, al desarrollar edificaciones, se manejen las pendientes de terrazas y cubiertas y que el agua que se entube, en lugar de ser conducida a la alcantarilla, lleve a una red municipal o cisterna en donde se pueda almacenar.  

En el mejor de los casos, y sobre todo en grandes construcciones y en donde haya poder adquisitivo suficiente, una cisterna iría acompañada de un sistema o planta de tratamiento.  

Se puede también manejar las pendientes de las terrazas, entubar el agua que ahí se colecta y, en vez de llevarla a la alcantarilla, guiarla a una red municipal. 

El tratamiento no necesariamente es para potabilizar porque luego se tiene esa idea de que tratamiento es igual a potabilizar, pero hay diferentes maneras de tratar el agua; podemos, por ejemplo, limpiarla y quitarle la basura, las hojitas, las piedritas y reutilizarla en muebles de baño y áreas verdes de edificios residenciales, departamentos, oficinas, comercios, etcétera, y es un ganar-ganar para todas y todos”, declaró el experto. 

El profesor de la Universidad Iberoamericana también comentó que hay que respetar los cauces naturales de las aguas y reconsiderar edificar en donde históricamente haya habido canales, arroyos o ríos, porque “el agua siempre encuentra su camino, como dicen, el agua tiene memoria”.  

El papel del gobierno y la ciudadanía  

El Dr. Víctor Arvizu señaló como importante recordar a las personas el impacto negativo o positivo de sus acciones e insistió en el llamado a no tirar basura en las calles, ya que esto tapa las coladeras y provoca problemas.  

Sin embargo, insistió en la responsabilidad del gobierno al mantener las calles limpias y una infraestructura adecuada.  

Una medida que quienes gobiernan las ciudades pueden adoptar, desde el punto de vista del especialista, es considerar la utilización de pavimentos permeables en las calles para permitir el paso del agua hacia abajo, y decir adiós a las “planchas enormes de concreto o asfalto” que acumulan el líquido en la parte de arriba, dando paso a inundaciones.  

Los pavimentos permeables y otros mecanismos como las trampas de agua, compartió Arvizu, también traen consigo nuevas posibilidades como la de dirigir el agua a camellones y parques.  

El papel de la Academia  

El coordinador de la Especialidad en Energía en la Edificación Sustentable  señaló que, en México, el conocimiento generado en las universidades sigue siendo importante para diseñar políticas públicas, no obstante, llamó a crear más puentes de comunicación, y a fortalecer los existentes: “tal vez desde el gobierno acercarse un poco más a las universidades y ver qué están haciendo las y los investigadores, también acercarse a las autoridades y decir ‘mira, estamos desarrollando esto’”.  

El docente indicó que entre los canales de comunicación ya existentes se cuentan las convocatorias de investigación con las que los gobiernos buscan conocer proyectos vinculados a sus áreas estratégicas, “pero con los fondos que existen, son muy limitadas las ideas que se desarrollan; creo que se tendrían que ensanchar esas oportunidades para académicos, académicas y estudiantes, y que los productos desarrollados representen áreas de oportunidad para el gobierno”.   

Sobre la iniciativa privada y las grandes compañías que construyen en México, el experto del Departamento de Arquitectura, Urbanismo e Ingeniería Civil afirmó que cada vez hay una mayor aceptación y adaptación a la sustentabilidad, dadas las normativas que se van generando “que podrían ser más estrictas, pero marcan un punto de partida”, y las demandas de la propia sociedad”.  

La Especialidad en Energía en la Edificación Sustentable de la IBERO forma especialistas capaces de profundizar en el análisis del desempeño energético de los espacios habitables, mediante los principios del diseño bioclimático para la evaluación de propuestas que contribuyan a disminuir el impacto ambiental en el hábitat en el que vivimos, a través de una visión crítica de la sustentabilidad en la edificación.  

“Invito a todas y todos los profesionistas interesados en temas de sustentabilidad, de medio ambiente y de eficiencia energética a que conozcan el programa profesionalizante de un año de duración, donde aplicamos todos los conocimientos en un caso de estudio o en varios que traigan las y los estudiantes y aspirantes”, compartió el Dr.Víctor Arvizu y confirmó que ya está abierta la convocatoria para integrarse al posgrado en enero de 2025.  

Texto: Jorge Luis Cortés  

Notas de interés:  

 

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