Docente IBERO presenta modelo para 'reconstruir familias' tras un suicidio

Mar, 15 Sep 2020
La Dra. Marian Cerna Trujillo, académica del área de Reflexión Universitaria de la IBERO, señala que la prevención del suicidio exige un enfoque innovador, integral y multisectorial
  • El coloquio 'Prevención del Suicidio' fue organizado por el Departamento de Reflexión Interdisciplinaria de la IBERO.
  • La Dra. Marian Cerna Trujillo, académica del Área de Reflexión Universitaria de la IBERO.

Un suicidio va a desestructurar y desorganizar a una familia. Es un golpe que craquela la estructura familiar, que altera su equilibrio y que puede afectar las funciones o los roles y los efectos de sus integrantes. Por esta razón, la Dra. Marian Cerna Trujillo, académica del Área de Reflexión Universitaria de la IBERO, presentó un modelo de intervención para tratar a las familias que han vivido un evento de suicidio.

Para la especialista, la reconstrucción de la familia a partir de un suicidio implica un trabajo afectivo muy fuerte que requiere de un esquema de intervención, de lo contrario se puede condicionar una posible expresión patológica por parte de los integrantes que se dará en función de la estructura preexistente antes del evento.

Por ejemplo, explicó, si hubo un intento de suicidio previo y después la persona lo vuelve a intentar y lo logra es un factor que puede generar mucho dolor y sentimientos de culpa. Aquí, predomina el riesgo de un duelo patológico ante la negación de la familia al reconocer el hecho, entrar a trabajar el evento o un encapsulamiento del suceso. 

Durante su participación en el coloquio Prevención del Suicidio, organizado por el Departamento de Reflexión Interdisciplinaria de la IBERO, la académica señaló que el suicidio es un problema complejo en donde intervienen factores sociales, biológicos, psicológicos, culturales y ambientales.

En ese sentido, habló de la necesidad de construir una aproximación interdisciplinaria y que la prevención del suicidio exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, en donde participen el sector salud, la justicia y la política.

Explicó que una enfermedad incurable o terminal, crisis familiares y de pareja, económicas y sociales puede condicionar un suicidio. La pandemia, por ejemplo, ha traído enfermedad, muertes, así como pérdidas de distintos tipos: trabajo, casa-habitación, de posibilidades de conseguir alimentos, lo cual  acarrea depresión y una gran incertidumbre. Estos condicionantes pueden llevar a una persona a considerar la posibilidad de suicidio.

Hay tres posibles intervenciones cuando hay un suicidio familiar: apoyo por parte de la familia extensa y amigos cercanos; apoyo social, es decir, legal, financiero y de grupos de apoyo; y de intervención psiquiátrica, psicoterapéutica o tanatológica.

Modelo de intervención terapéutico tanatológico

1. Reacciones familiares frente al suicidio

  • Estado de shock (la muerte es incomprensible para ellos).
  • Dolor y vacío emocional.
  • Él o ella no deberían haber muerto y menos de esa forma.
  • Recuerdan expectativas que se tenían del fallecido.
  • Conservan sus cosas como tesoros.
  • Dudas sobre la capacidad de protección de los miembros que están vivos.
  • Se alteran los roles porque hijos asumen funciones de los padres. Tienen que resolver trámites legales, el velorio y el entierro.
  • Empiezan a valorar el rol de la persona difunta.
  • Tendencia a evitar hablar del tema por temor al desbordamiento emocional, lo cual complica el fenómeno del duelo.

 

2. Afectos

  • La manifestación afectiva de la familia depende de la psicodinámica de la familia, es decir, la forma en la que la persona funciona a nivel emocional.
  • Hablar de quien se murió, padre, madre, hijo, hermano. 
  • Hay dolor que después se vuelve  sufrimiento y puede condicionar estados depresivos, así como la pérdida del sentido de la vida.
  • Culpa: fracaso de evitar la muerte. Se incrementa si había conflictos.
  • Culpa reactiva: aparece en un sobreviviente en conflicto con el difunto.
  • La rabia puede aparecer entre miembros de la familia, médicos, terapeutas y hacia sí mismos. También, hacia el difunto porque no pensó en el daño que iba a hacer.
  • Aparece el miedo, ansiedad, angustia a la propia muerte. Esto tortura mucho a los sobrevivientes.
  • El suicidio siempre ha sido rechazado; creencias religiosas lo censuran. Esto conlleva a aislamiento social por ser juzgados y esto dificulta el duelo.
  • Esta situación puede desarrollar un secreto familiar que se oculta por 'vergüenza', lo cual impide pedir ayuda, lleva a desconectarse de la realidad y vivir una historia propia que puede devenir en una alteración de la salud mental.

3. Duelo y familia, tres aspectos básicos:

  • Reconocimiento de la pérdida por parte de todos los miembros de la familia.
  • Experiencia compartida de la pérdida.
  • Reorganización del sistema familiar y establecimiento de nuevas relaciones.

Fases de intervención familiar de urgencia inicial después del suicidio de uno de sus miembros:

  1. Reconocer la realidad de la pérdida.
  2. Evaluar la pérdida individual y la familiar.
  3. Revisión del mundo de significados.
  4. Reconstrucción de la relación con la persona fallecida.
  5. Reinventarnos como familia después del suicidio. Readaptarnos y superar la pérdida.
  6. Cuidar las idealizaciones, los aspectos culpabilizantes y los juicios de valor.
  7. Valorar comportamientos de cada uno de los miembros como las formas habituales de afrontar las crisis personales y las tendencias autoagresivas de cada uno de ellos.
  8. Cuestionar el cómo retomarán sus actividades habituales; incluso, continuar con actividades que realizaban con la persona que falleció.
  9. Tomar en cuenta los recursos familiares, personales y sociales.

Modelo de intervención para la reconstrucción de la familia a partir de una perspectiva psicotanatológica:

  1. Valoración del estado mental de los miembros de la familia después del evento del suicidio.
  2. Evaluación de alteraciones en las funciones vitales tales como el sueño, la alimentación, funciones excretoras, entre otras.
  3. Que la familia hable del evento, catarsis de manera clara.
  4. Explorar las fantasías del futuro, es decir, como les afectará la muerte del fallecido.
  5. Trabajar el enojo, la tristeza y sentimientos de abandono.

La fuerza familiar para superar un suicidio:

  • La aceptación de que siguen vivos y pueden superar el duelo.
  • Nuevo sentido a la vida, por ejemplo: mejorar la comunicación familiar, coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, reconocer, respetar y valorar las fortalezas de cada uno.
  • Desarrollo de una mayor cohesión, conexión y apoyo mutuo. Crecimiento a partir del evento.

Notas relacionadas: 

Alerta académica: COVID-19 podría incrementar 20% riesgo de suicidio

Experta explica por qué los hombres se suicidan más que las mujeres

Académico explica por qué el suicidio tiene un componente social y personal

Valentina González/ICM

 

Las opiniones y puntos de vista vertidos en este comunicado son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten
y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de la Universidad Iberoamericana.

Para mayor información sobre este comunicado llamar a los teléfonos: (55) 59 50 40 00, Ext. 7594, 7759
Comunicación Institucional de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Prol. Paseo de la Reforma 880, edificio F, 1er piso, Col. Lomas de Santa Fe, C.P. 01219