El sabor de la demanda de las ‘berries’ y los costos socioambientales de los agronegocios
Por Nahum E. Orocio Alcántara, Asistente del Programa Universitario para la Sustentabilidad, y Juan C. Orozco Bushbeck, alumno de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental (LiSA) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
En los últimos años, se ha observado una tendencia global a procurar un estado general de bienestar y fortaleza física de las personas, lo que ha conducido a que un sector de la población cuide su alimentación e introduzca alimentos ricos, nutritivos y funcionales en sus dietas, benéficos para su salud. Entre éstos, se encuentran las berries, un conjunto de frutos dulces acidulados, jugosos y de colores brillantes, como las fresas, los arándanos, las zarzamoras, las moras azules y las frambuesas, que han ganado popularidad por su potencial antioxidante, contenido vitamínico y aporte de fibra (González et at., 2019).
La fuerte demanda de estos frutos, aunada a su alta rentabilidad y potencial exportador, dio lugar a un crecimiento acelerado en su producción y comercialización a nivel mundial (Sagarpa, 2017), y México se convirtió en uno de los principales cultivadores. Tan sólo en 2022, las berries se posicionaron como el segundo producto agrícola de mayor valor en las exportaciones nacionales, con 4,700 millones de dólares, y una generación de más de 450 mil empleos (Sader, 2023). Como ejemplo, México produce 10% de las fresas a nivel mundial (Broom, 2022).
No obstante, el cultivo de estos apetecibles frutos conlleva un conjunto de factores sociales y ambientales que demandan una mirada más integral y sistémica. La producción de berries responde a un modelo de desarrollo extractivo caracterizado por la explotación intensiva de recursos naturales, destinados sobre todo a la exportación, que aprovecha la fuerza de trabajo de bajo costo, en la que participan empresas en su mayoría ligadas al capital transnacional.
El Observatorio de Conflictos Socioambientales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (OCSA) contribuye al análisis de los proyectos extractivos en México y de la conflictividad socioambiental que se origina en su implementación: aquellos destinados a la producción, la industrialización y la comercialización de productos agropecuarios, como los monocultivos, la industria ganadera, así como la explotación forestal y de otros recursos bióticos, los cuales se engloban en el extractivismo agroindustrial.
El OCSA ha documentado un total de cincuenta proyectos de esta naturaleza en México,[1] cuya instalación y operación provoca severos impactos ecológicos tales como la contaminación del agua y el suelo por agroquímicos y la pérdida de la biodiversidad, lo que a su vez afecta la salud de las comunidades con infecciones gastrointestinales, intoxicación, problemas respiratorios y trastornos en la piel por la exposición a pesticidas, entre otras consecuencias.
Los proyectos de extractivismo agroindustrial, además, generan diversas repercusiones sociales como conflictos por el uso de la tierra, desplazamiento de comunidades, deterioro de los medios de vida locales, divisiones o tensiones dentro y fuera de las comunidades, y un menoscabo en la prestación de servicios públicos, como el acceso al agua.
El OCSA ha documentado las diversas reacciones de inconformidad en las comunidades por este tipo de proyectos, ya sean movilizaciones o denuncias públicas, lo que en algunas ocasiones ha desembocado en represiones a protestas, daños a la integridad física y al patrimonio de los agricultores locales.
En lo que respecta a la producción de berries, el OCSA tiene registro de dos casos en el Valle de San Quintín, al noroeste de Baja California, región que se ha destacado como centro de producción de estos frutos debido a su clima mediterráneo, además de que cuenta con un suministro constante de agua proveniente de acuíferos (Riemann, 2015; Vázquez, 2015). En este territorio existe una gran oferta de mano de obra, principalmente de personas migrantes de diversas regiones del país y el extranjero, que se desplazan en busca de empleo (Garrapa, 2019), lo que conlleva a que las empresas contraten personas jornaleras con salarios injustos y sin derechos laborales (Garrapa, 2020).
En marzo de 2015, un grupo de trabajadores y trabajadoras del Valle de San Quintín se manifestó en contra de los bajos salarios, las largas jornadas de trabajo, el riesgo por el contacto con agroquímicos y la falta de contratos, lo que dio pie a una violenta represión en la que muchos trabajadores fueron heridos y cerca de doscientas personas fueron detenidas (La Jornada, 2017).
El problema no termina aquí, ya que la sobreexplotación del acuífero del Valle de San Quintín está provocando un desabasto del líquido a las poblaciones locales (Velasco et al., 2018; Escobar et al., 2021), así como la intrusión de agua marina al subsuelo, lo que obligará en el corto plazo a buscar otras fuentes para mantener la producción agrícola de la zona, entre las que desalinizar el agua de mar parece ser la alternativa más considerada (Sánchez, 2015).
Con base en datos del OCSA, en esta región operan al menos tres plantas desalinizadoras, que complejizan la problemática socioambiental de la región, y es conveniente mencionar que este proceso demanda una elevada cantidad de energía, la cual suele recibir subsidios gubernamentales, además de crear subproductos como la salmuera, altamente contaminantes.
Con esta información, queremos llamar la atención sobre la complejidad de la producción agropecuaria a gran escala, en particular el cultivo industrial de las berries en el norte del país y sus implicaciones socioambientales. Si aspiramos a construir un presente y un futuro ambientalmente sustentable y socialmente justo, para todas y todos, es necesario comprender lo que hay detrás de nuestras decisiones de consumo, con el fin de tomar acciones responsables. Aquí te sugerimos las siguientes ideas:
1. Investiga la procedencia de los productos agrícolas que adquieres y su impacto socioambiental, ya que comprender la relación entre la economía, el ambiente y la sociedad es un primer paso.
2. Apoya prácticas agrícolas sustentables y negocios locales que equilibren el bienestar económico con la responsabilidad ambiental y social.
Aunque tus decisiones de compra impactan en la sustentabilidad de tu comunidad y el planeta, es vital que te unas a esfuerzos colaborativos para demandar acciones concretas en todos los niveles gubernamentales.
Observatorio de Conflictos Socioambientales
Dirección de Incidencia
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
Broom, D. (7 de diciembre 2022). Las superpotencias de los frutos rojos: ¿cómo Perú y México multiplicaron su producción de bayas en 10 años? World Economic Forum. https://es.weforum.org/agenda/2022/12/las-superpotencias-de-las-bayas-co...
Escobar, A. Martínez, E., y López D. (2021). Crecimiento agrícola y condiciones de trabajo en el Valle de San Quintín. Cuadernos Regionales 3. Jornaleros en la Agricultura de Exportación.
Garrapa, A. (2019). Jornaleros agrícolas y corporaciones transnacionales en el Valle de San Quintín. Revista Internacional de Fronteras, Territorios y Regiones, 31, 1-21. http://dx.doi.org/10.33679/rfn.v1i1.2018
Garrapa, A. (2020). Globalización desde arriba y desde abajo el Valle de San Quintín, en Oxnard y en otros territorios de producción fresera. Migraciones Internacionales, 10, 1-20. http://dx.doi.org/10.33679/rmi.v1i1.1904
González, F. D., Rebollar, S., Hernández, J., Morales, J. L., y Ramírez, O. (2019). Situación actual y perspectivas de la producción de berries en México. Revista Mexicana de Agronegocios, 44, 260-272.
La Jornada (12 de marzo de 2017). El Valle de San Quintín y los resabios del esclavismo. https://www.jornada.com.mx/2017/03/12/opinion/002a1edi#texto
Riemann, H. (2015). La región agrícola Camalú-El Rosarito y sus recursos hídricos. En H. Riemann (Coord.), El agua en la región agrícola Camalú-El Rosario, Baja California. Un recurso sobreexplotado con repercusiones sociales y ambientales (pp. 11-27). Editorial de la Red Nacional de Investigación Urbana.
Sánchez, V. (2015). San Quintín: la gestión del agua bajo un modelo agotado e insostenible. En H. Riemann (Coord.), El agua en la región agrícola Camalú-El Rosario, Baja California. Un recurso sobreexplotado con repercusiones sociales y ambientales (pp. 117-140). Editorial de la Red Nacional de Investigación Urbana.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) (2017). Frutas del bosque: arándano, frambuesa y zarzamora. Subsecretaría de Agricultura. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/257076/Potencial-Frutas_d...
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) (27 de julio de 2023). Berries, segundo producto del campo con mayor valor de exportación: Agricultura. https://www.gob.mx/agricultura/prensa/berries-segundo-producto-del-campo...
Vázquez, C. (2015). El contexto socioeconómico de la escasez de agua en la región de San Quintín, Baja California. En H. Riemann (Coord.), El agua en la región agrícola Camalú-El Rosario, Baja California. Un recurso sobreexplotado con repercusiones sociales y ambientales (pp. 57-70). Editorial de la Red Nacional de Investigación Urbana.
Velasco, L., De la O, V., Morales, L., y Ruiz, J. (2018). Competitividad agrícola y uso eficiente del agua en el Valle de San Quintín, Baja California, México. Tecnología y Ciencias del Agua, 9(2), 115-147. https://doi.org/10.24850/j-tyca-2018-02-05
[1] En el período comprendido entre enero de 2017 y mayo de 2023
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