Investigadores de la IBERO medirán pobreza en 46 ciudades del país

Lun, 26 Nov 2018
Los académicos de Ciudad de México y Puebla tomarán como base las canastas regionales de alimentos
El proyecto recibe recursos del ‘Fondo Sectorial de investigación sobre pobreza, monitoreo y evaluación CONACYT–CONEVAL’.
Ciudades concentran el mayor número de pobres de México.
  • Dr. Miguel Santiago Reyes Hernández, economista y académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Debido a que en los últimos años la urbanización en México aumentó, en la actualidad la mayor parte de los pobres del país está en las ciudades, señaló el doctor Miguel Santiago Reyes Hernández, economista y académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Ciertamente, en las zonas rurales está la gente más pobre, la que vive en pobreza extrema en México, pero como el 78% de la población radica en las zonas urbanas, las metrópolis concentran el mayor número de personas pobres.

En el caso de la Ciudad de México, buena parte de las y los pobres se concentran en las alcaldías de Iztapalapa y Tláhuac. Sin embargo, el centro urbano con el mayor número de pobres de todo el país es Puebla, una de las ciudades más grandes de la República.

Algunas urbes han visto aumentar la pobreza entre sus habitantes, porque migró mucha gente del campo que era pobre y siguió siendo pobre en las ciudades; o porque las mismas ciudades generaron factores de expulsión de puestos de trabajo seguros, por cuestiones asociadas a la precarización laboral.

El Dr. Reyes, adscrito al Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la IBERO, explicó que en México la pobreza se mide siguiendo un enfoque multidimensional, que tiene como uno de sus componentes el uso de una línea de bienestar y de una línea de bienestar mínimo, elaboradas con base en patrones de gasto y consumo.

Ambas líneas de bienestar son construidas a partir de la suma de los costos de las canastas alimentaria y no alimentaria (o exclusivamente la alimentaria, para la línea de bienestar mínimo), para los ámbitos rural y urbano, y utilizando como fuente de información la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2006.

Canastas regionales para la medición de la pobreza

Pero las canastas alimentaria y no alimentaria, que son la base para construir las líneas de bienestar, no captan las diferencias en los patrones de consumo, en los precios relativos, ni en el acceso a los bienes y servicios que puedan existir en distintas regiones de México. Por ello, un grupo de investigadores de la IBERO Ciudad de México y de la IBERO Puebla iniciaron el proyecto ‘Una propuesta metodológica de estimación de canastas regionales para la medición de la pobreza en 46 ciudades de México’.

La investigación, que fue seleccionada para recibir recursos por parte del ‘Fondo Sectorial de investigación sobre pobreza, monitoreo y evaluación CONACYT–CONEVAL’, está enfocada a determinar las canastas regionales y el papel que juegan las preferencias y los precios relativos en las principales regiones de México.

La pobreza se medirá a partir de identificar si existen diferencias importantes en dos aspectos en cuanto a la medición de la pobreza en esas ciudades: los precios y la disponibilidad de ciertos alimentos, ambos a nivel regional; algo que hasta ahora no se ha considerado en la construcción de mediciones de pobreza nacionales.

Sobre el primer aspecto, Reyes explicó que se determinará si las diferencias en precios regionales son significativas para dar lugar a que la gente tenga un menor o mayor poder adquisitivo del que se está considerando con un promedio de precios nacionales. 

El segundo aspecto, como su nombre lo dice, tomará en cuenta la disponibilidad de alimentos por región, toda vez que por hábitos culturales y patrones de consumo de la población no son las mismas canastas para la gente que vive en Puebla que la radicada en Mazatlán o Tuxtla Gutiérrez. Por ejemplo, un alza en el precio de la tortilla de harina, muy consumida en Sonora, puede que afecte más a quienes viven en este estado, que a los chiapanecos y a los tabasqueños, donde no se ingiere tanto.

La canasta que se va a utilizar es la oficial, la del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es decir, que los investigadores no harán una nueva.

Lo que sí harán son ejercicios cuantitativos y cualitativos para identificar ciertos componentes o mercancías que no ha considerado esta canasta nacional para 46 ciudades y cinco regiones seleccionadas. Por ejemplo, qué mercancías tendrían que consumir los regiomontanos, con base en lo que ingieren cotidianamente, pero que no está en su canasta, o sea, qué se metería y qué se sacaría.

Como el de la IBERO CDMX e IBERO Puebla es un equipo interdisciplinario, cuenta con el apoyo de nutriólogos, “para cuando haya que compensar algún alimento que haya salido de la canasta con los que están entrando, y no generemos un problema nutricional a la hora de mover componentes de la canasta”.

Asimismo, “cuando estimemos tanto precios, como todas las canastas que se tienen en cada ciudad y región, podríamos decir si hay o no una diferencia sustantiva con las líneas de pobreza estimadas por el Coneval a nivel nacional. Veríamos a qué ciudades y a qué regiones les afecta más, en cuáles se está subestimando y en cuáles se está sobreestimando”.

Al término de la investigación, que durará un año, las y los académicos podrán decir de qué forma se presenta la pobreza en las 46 ciudades y cinco regiones elegidas; si cambia significativamente en el norte o en el sur; o si no cambia la tendencia nacional, pero sí su composición.

Esto es muy importante porque la investigación introduce no solamente un elemento en la medición, sino también la posibilidad de cambiar políticas públicas para aquellos estados y regiones con mayor pobreza y a los que les están afectando más los movimientos en los precios de productos alimenticios, o que por la disponibilidad de los mismos les está afectando más algún tipo de situación de crisis o shock.

O simplemente identificar dónde las políticas públicas no están llegando como deberían, en términos de apoyos. “Por ejemplo, si Chiapas tiene una pobreza multidimensional del 60 por ciento, pero con nuestra estimación aumenta al 65%; eso significaría que los recursos que se están destinando a este estado son menores de acuerdo al universo de pobres que tiene”.

Las ciudades que se estudiarán en el proyecto son aquellas de las cuales el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publica índices de precios, que además son las más grandes y urbanizadas del país, como: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Hermosillo, Xalapa, Tlaxcala, o sea, las capitales de los estados o algunas de las ciudades más representativas, porque tienen entre cuatro y cinco millones de habitantes.

La investigación es realizada por los académicos de la IBERO CDMX: Dr. Miguel Reyes, Mtro. Aniel Altamirano y Mtro. Víctor Pérez, investigadores del EQUIDE; Dr. Isidro Soloaga, docente e investigador del Departamento de Economía; y Mtra. Brenda Coutiño, estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales y Políticas. Y por el Mtro. Miguel López, académico e investigador de la IBERO Puebla.

  Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM

 

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