México tiene el potencial de tender puentes entre grupos, pues “todo el mundo quiere a México”, señaló el embajador de la Unión Europea en el país, Andrew Standley, ante alumnos del Diplomado Europa: Retos y Oportunidades de la Unión Europea, de la Universidad Iberoamericana.

“Este país no tiene enemigos, y esto es un activo político que puede explotar de manera muy constructiva”, afirmó el embajador. Añadió que México cuenta con una perspectiva similar a la de la UE en cuanto a la defensoría de los derechos humanos y cuestiones medioambientales, a diferencia de otras potencias emergentes como India y China.

México es uno de los 10 países que la UE considera socios estratégicos, y ambos firmaron un tratado de libre comercio desde el año 2000, puntuó. 

Asimismo, el británico tocó la cuestión energética: aunque el suministro energético de la Unión Europea (UE) depende en más de 30 por ciento de Rusia, Europa no prevé la obtención de gas y petróleo de fuentes latinoamericanas, señaló. 

El diplomático también hizo referencia a un tema que consideró “delicado”: la victoria del Frente Nacional en Francia, un partido de ultraderecha que se impuso recientemente en los comicios municipales de aquel país, al resultar victorioso en 10 localidades, y cuyo discurso contiene postulados antiinmigración, antimulticulturalismo y una tendencia contraria a la UE.

“Ahora, justamente, tenemos este fenómeno en algunos países de la UE: en la avanzada política, hay grupos que a veces tienen visión de políticas extremistas, intolerantes, que van contra los valores fundamentales propuestos por la Unión. Pero al mismo tiempo, tenemos que reconocer que es un proceso 'democrático' el que se está dando en esos países de la UE”, declaró. 

Añadió que confía en que “la gran mayoría francesa, tolerante”, pueda impedir el acceso al poder de un grupo considerado extremista. 

Sin embargo, aceptó que las condiciones económicas de incertidumbre, como las que se viven hoy, logran que los grupos extremistas resulten atractivos y atraigan votos. 

“Ojalá que lo que ocurre en Francia sea un fenómeno al margen de la vida política europea”, expresó. Rememoró que en 2005, el tratado para la elaboración de una Constitución Europea fue sometido a un referéndum, y fue ampliamente rechazado tanto en Francia como en Holanda.  

Con respecto a la cuestión energética, Standley aseguró que existe un gran interés por disminuir la dependencia hacia Rusia, cada vez más "agresiva", en el abastecimiento de petróleo y gas natural, y resaltó el interés de la región por el descubrimiento de yacimientos gasíferos cerca de Chipre y Líbano, los cuales, puntuó, tienen el potencial de marcar la pauta para que la UE frené su dependencia de la Federación Rusa. 

Asimismo, señaló que, aunque existe una esperanza para ello en el aprovechamiento de yacimientos de Shale Gas en el País Vasco, recordó que “hay una oposición casi feroz, muy fuerte, de la explotación de estos yacimientos, porque no se sabe cuáles serán las consecuencias a largo plazo sobre el medio ambiente”. 

De acuerdo con la organización Greenpeace, la extracción de Gas Shale o gas de lutitas, conocida como técnica de fracturación hidráulica o fracking, implica el uso de aditivos de alta toxicidad.

El embajador explicó que la posibilidad de México como proveedor de energéticos es aún lejana: “El problema es un tema económico: transportar gas líquido a la UE implica un costo muy alto, a comparación del precio del gas de origen ruso”.  

Por otro lado, manifestó que una de las metas para la Unión Europea para 2030 es la búsqueda de fuentes de energía renovable para reducir los lazos con Rusia, así como el combate al cambio climático, y señaló que México en este aspecto ha sido un actor preponderante en el contexto de las relaciones internacionales. 

Standley tocó también el tema económico, e hizo una proyección de la participación económica de la UE en los próximos 15 años. De acuerdo con las cifras presentadas, la contribución de la UE a la economía global se disminuirá para 2030, opacada por grandes actores como China, por lo que le apostarán al desarrollo de ciencia y tecnología. 

“UE busca que su economía esté basada en el conocimiento; sabemos que no podemos competir con China, India y Bangladesh en términos de mano de obra. Apostamos por una economía basada en un valor agregado provisto por el conocimiento y la innovación. En este sentido, aún estamos debajo de Estados Unidos y Japón”, especificó el diplomático. 

LLCh/ ah