Modelo del salón de clases tradicional ha muerto: Jon Bergmann, pionero del aula invertida

Vie, 13 Abr 2018
El educador y agente de cambio imparte en la IBERO una conferencia magistral y un curso sobre aprendizaje activo
  • Jon Bergmann, pionero del aula invertida (flipped classroom).
  • 140 docentes acudieron a la conferencia y taller impartidos por Bergmann.
  • ‘Flipped Learning 3.0: cómo facilitar el aprendizaje activo’ fue el nombre de la ponencia.
  • En la charla se utilizaron herramientas digitales en tiempo real.
  • Ego, uno de los problemas que ha impedido una disrupción en la educación.
  • Había profesores de IBERO CDMX, Tijuana, el Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, y otras universidades.
  • El modelo del salón de clases tradicional ha muerto, dijo Bergamnn.
  • Mtro. Frnacisco Calderón (izq), pionero del aula invertida en la IBERO.
  • Jon Bergmann enseñó a los docentes cómo hacer un video para sus clases de aula invertida.
  • Algunos asistentes grabaron la conferencia con sus smartphones.
  • Jon Bergmann y Ana Berruecos.
El modelo del salón de clases tradicional, en donde se imparte un aprendizaje pasivo con clases magistrales, ha muerto, afirmó Jon Bergmann, pionero del aula invertida, en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (flipped classroom).
En ‘Flipped Learning 3.0: cómo facilitar el aprendizaje activo’, conferencia magistral que impartió en la IBERO, dijo que en la actualidad (como desde hace casi 200 años) se está dando una educación pasiva a los estudiantes; y si no se cambia esto “vamos a estar en apuros”.
A los 140 docentes que acudieron a escuchar su conferencia, Bergmann les comentó que los salones de clase se parecen mucho en todo el mundo, pues en ellos el aprendizaje es pasivo, y hay gente que cree que eso está bien.
Este modo de educación pasivo, que es el actual y es malo, fue creado hace más o menos 150 años por Horace Mann, estadounidense que creo “un modelo industrial de educación”; porque ‘sirve’ el conocimiento en el cerebro de los estudiantes, a quienes trata como máquinas de una línea de producción de una fábrica. Y como ya no vivimos en la época industrial, ahora “necesitamos alumnos que puedan crear, pensar, colaborar”.
Hoy en día se viven tiempos en los que los cambios son acelerados, en que la tecnología ha cambiado todo; la forma en que compramos música ha cambiado, la forma en que leemos noticias y libros ha cambiado. Por ello, Jon dijo que hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿acaso el futuro de la educación va a ser distinto al pasado de la educación?
Industrias como la de las telecomunicaciones y la del transporte vivieron un momento de disrupción, en el cual todos estuvieron de acuerdo en que había una mejor forma de hacer las cosas. Sin embargo, la educación no ha sido víctima de esa disrupción todavía, por tres razones:
  • Tradición. Porque se ha hecho así siempre.
  • Ego. Los profesores pelean, chismean y están más enfocados en ellos que en los alumnos.
  • Cultura. Ser pasivo-agresivo, es decir, no creerle a alguien que tiene una buena idea nueva.
Como ejemplo, comentó que un estudio realizado en 2014 en dos millones de salones de clases en Estados Unidos reveló que las estrategias de instrucción que se están usando, de kínder hasta sexto de preparatoria, son: 58% del tiempo se utiliza para interactuar con nuevo contenido, 36% del tiempo se dedica a practicar con ese contenido y sólo 6% son tareas de orden cognitivo, las que ayudan a crear pensadores independientes; y “este es un problema significativo”.
Por ello dijo que hay que construir nuevos cimientos para la educación, sobre tres ‘p’:
  1. Pragmático. Cualquier solución debe ser pragmática, tiene que funcionar.
  2. Platicar honestamente. Atreverse a tener conversaciones duras con los colegas, con los jefes y con quienes trabajan con uno.
  3. Pedagogías del pasado. Las de la vieja vieja escuela, las pedagogías de Sócrates y Confucio; quienes preguntaban, cuestionaban, resolvían problemas, pensaban, colaboraban.
Recordó que “hace 150 o 200 años comenzó el modelo industrial de la escuela, había una impureza y eso iba a causar que años después se desmoronara. Lo que hemos visto, lo que hemos hecho en las escuelas, es instalar pantallas o pizarrones interactivos, sin cambiar el problema de los cimientos que se están socavando; tenemos que cambiar los cimientos si vamos a cambiar la educación”.
Si se van a construir nuevos cimientos para la educación, Bergmann propone que se levanten sobre estos seis pilares:
  1. Debe ser un modelo que le dé estabilidad a la práctica del salón.
  2. Debe enfrentar los grandes problemas que enfrenta la educación.
  3. Se necesita algo que ayude a alcanzar las metas y objetivos de la educación.
  4. Debe permitir el cambio, porque el mundo está cambiando, y si el modelo no puede cambiar no es un modelo aceptable.
  5. Debe permitir quedarse con lo que se sabe que funciona y desechar lo que no.
  6. Que dé estabilidad a la política educativa. Hacer las cosas a gran escala, de forma sistémica, no sólo cambiar a un profesor, sino cambiar las prácticas institucionales.
No obstante aclaró que en tiempos en los que todo cambia rápido, la experiencia puede ser un enemigo; y reveló cinco cosas sobre el aprendizaje invertido que están cambiando:
  1. El aprendizaje invertido no es estático. 
  2. El aprendizaje invertido está evolucionando. Por tres factores: la investigación, la innovación y la tecnología. 
  3. El aprendizaje invertido se ha vuelto global.
  4. El aprendizaje invertido ha creado nuevas oportunidades. Por ejemplo, los alumnos educados con el aprendizaje invertido cada vez están consiguiendo más trabajos.
  5. Hay una nueva conciencia sobre el aprendizaje invertido. El aprendizaje invertido no es una táctica de enseñanza, es una estrategia de meta-enseñanza que soporta toda una serie de estrategias. El aprendizaje invertido es una estrategia que articula todas las demás (educación activa, aprendizaje personalizado, etcétera).
Ahora bien, si se mira al aprendizaje invertido como el cimiento, como el nuevo sistema operativo que apoya las demás metodologías de aprendizaje, no se debe limitar a invertir salones, escuelas e instituciones; sino extenderlo a provincias, estados, países. “Necesitamos hacer que esto crezca exponencialmente (el aprendizaje invertido) si queremos lograr un cambio”.
Para lograr lo anterior, hay que capacitar a los profesores en la enseñanza del aprendizaje invertido; lo que requiere:
  1. Que los docentes reciban la mejor capacitación invertida.
  2. Encontrar las tecnologías más simples.
  3. Encontrar las soluciones que son comunes para los problemas de las aulas invertidas.
  4. Conectarse con otros maestros que invierten sus salones de clases.
  5. Mantenerse al corriente con las mejores prácticas.
  6. Que los docentes validen su conocimiento en aprendizaje invertido a través de certificaciones.
  7. Que los profesores construyan su currículum invertido. 
  8. Compartir las experiencias en aprendizaje invertido con la comunidad global.
Cabe mencionar que Jon Bergmann dictó su conferencia magistral en respuesta a la invitación que le hizo la doctora Ana Berruecos Vila, titular de la Dirección de Enseñanza y Aprendizaje Mediados por Tecnologías (DEAMeT) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, área que para la visita de Bergmann contó con el apoyo de D2L Brightspace.
Además de su ponencia, Jon impartió un taller sobre aula invertida a docentes de la IBERO CDMX•Tijuana, Prepa Ibero y Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, y otras universidades invitadas.
Aula invertida
El aula invertida mezcla entornos en línea y presenciales, y cambia los tiempos y lugares para realizar las actividades escolares. El docente ya no imparte una clase magistral presencial, en la que los estudiantes reciben información de manera pasiva; y los estudiantes ya no hacen solos y sin ayuda sus tareas en casa.
En el aula invertida los alumnos estudian los conceptos teóricos fuera del aula, con el apoyo de recursos audiovisuales facilitados y diseñados por el profesor; y llegan a la clase presencial a aplicar lo que aprendieron y a realizar las tareas, esta vez guiados por el docente y por sus compañeros.
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Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM
 

 

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