Pedagogías radicales subsanan rezago educativo y falta de oportunidades
Pedagogías radicales es una propuesta teórica de investigación para el análisis de alternativas educativas, las cuales combaten a su modo y alcance, el rezago educativo y la falta de oportunidades, al proponer iniciativas andragógicas y pedagógicas a través de acciones directas, concretas, innovadoras, emancipadoras y liberadoras, dijo la Dra. Areli Ramírez Sánchez, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Las pedagogías radicales --que encuentran su lugar en la frontera entre la comunidad y la escuela-- potencializan la colaboración interdisciplinaria y subrayan la importancia de que docentes y estudiantes reflexionen en torno a sus propias experiencias familiares, emocionales y comunitarias, así como el trabajo de base, explicó la profesora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas (DCSP).
A modo de ejemplo la doctora presentó, en el Seminario Permanente del DCSP, su investigación ‘Pedagogías radicales: alcances, dilemas y propuestas: la Universidad Revolución’, en la que abordó el estudio de caso de esta institución educativa localizada en Chicoloapan, el municipio mexiquense con el índice más alto de violencia, que en 2010 contaba sólo con 14 bachilleratos, una escuela para el trabajo y un tecnológico de educación superior, y con una población aproximada de 200 mil habitantes, de los cuales únicamente el 2% cursó una licenciatura.
Ahí en Chicoloapan, relató, en 1988 se fundó la Escuela Preparatoria Oficial No. 55, que educa a las y los jóvenes más marginados de esta periferia de la Ciudad de México, siempre procurando reproducir dentro del aula los valores comunitarios.
Sin embargo, cuando el personal docente de la 55 se dio cuenta que sus egresadas y egresados tenían pocas o nulas posibilidades de acceder a alguna de las universidades públicas nacionales, y que la mayoría tenía un futuro económico-laboral incierto --que les haría presa fácil del crimen organizado--, decidieron crear una institución de educación superior y, en el 2010, abrieron las puertas de la Universidad Revolución --dentro de las instalaciones de la preparatoria.
La metodología de la Escuela Preparatoria Oficial No. 55 y de la Universidad Revolución --cuyos fundadores son herederos de movimientos sociales como la Unión de Lucha Proletaria, que abogó por vivienda urbana popular y campesina en los años 80--, prioriza la autogestión educativa del profesorado y estudiantado, fomenta en el personal docente el desarrollo de habilidades de planeación, ejecución y evaluación de sus clases, e impulsa en los catedráticos una profunda reflexión sobre qué hay que enseñar, qué hay que evaluar y para qué.
Con base en lo anterior, las materias se organizaron por bloques, agrupando áreas de conocimiento para reducir el número de asignaturas, las cuales en ese contexto recibirán el nombre de unidades complejas, incrementando el rendimiento del costo de libros, materiales y cada hora que los alumnos pasan en la escuela.
La metodología también establece que el profesorado debe seguir cinco pasos fundamentales: análisis funcional del contenido de sus materias, definición de objetivos generales instrumentales, planeación de clases por objetivos instrumentales, evaluación continua y longitudinal, y uso de métodos y técnicas activas de enseñanza y aprendizaje.
Como en esta pedagogía se toman en cuenta el contexto económico y familiar de los estudiantes, cada profesor propone dinámicas orientadas a identificar problemáticas que podrán ser compartidas en el grupo, por ejemplo, para cuidar y mejorar el medioambiente, tratar los desechos de los perros. Asimismo, los temas se vinculan con las necesidades e intereses de los estudiantes.
Este método de enseñanza-aprendizaje va acompañado de una reflexión personal de los estudiantes --que llaman holonema-- para encontrar su pasión y talento en la vida. Consiste en revisar su carga cultural, su identidad étnica y su vida afectiva. Esto se traduce, en términos prácticos, en que cada asignatura ofrezca contenidos que lleven a los jóvenes a encontrar algo que se convierta en su pasión, sea un saber, conocimiento, oficio o talento.
El holonema también incentiva una posición política para la vida. Por ejemplo, en un taller de educación ambiental un grupo de estudiantes realizó un pequeño manual, y ahora se asumen como promotores ambientales en sus colonias.
Durante la realización de su investigación, la Dra. Areli Ramírez encontró que hay muchos modelos educativos alternativos a los que no se ha puesto atención suficiente. Y, quizá, el registro de casos como el de la Escuela Preparatoria Oficial No. 55 y la Universidad Revolución ayude a retomar ideas e inspirar nuevas formas de educar para enfrentar un futuro incierto.
Texto: PEDRO RENDÓN
Fotos: Antonio Núñez, alumno de la Maestría en Antropología Social de la IBERO
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