Ser agentes de reconciliación, misión de exalumnos/as de la IBERO: Rector

Mar, 23 Mar 2021
El Dr. Saúl Cuautle Quechol, S. J., impartió la conferencia ‘¿Qué espera la Compañía de Jesús de los egresados de nuestras universidades?’
Su ponencia formó parte del ‘VII Encuentro de Egresados y Amigos’, organizado por la Fundación Ibero Meneses y la Asociación de Egresados de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
  • Dr. Saúl Cuautle Quechol, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (Foto: Alberto Hernández).
  • El Doctor Cuautle enunció ‘¿Qué espera la Compañía de Jesús de los Egresados de nuestras universidades?’.
  • Lic. Víctor Gavito y Marco, presidente de la Fundación Ibero Meneses.

Ante un contexto de pobreza, desigualdad, crisis ecológica, con fundamentalismos, una intensa migración, en el que se viven una pandemia y una realidad virtual, las y los exalumnos de las universidades de la Compañía de Jesús no pueden ser indiferentes, sino que deben responder al modo de lo que fue su formación humanizante, y tienen la misión de ser agentes de reconciliación, dijo el Dr. Saúl Cuautle Quechol, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Deben lograr ser capaces de reconciliar al mundo, de reconciliar al ser humano y de reconciliarse consigo mismos, abundó el Padre Saúl, durante su ponencia ¿Qué espera la Compañía de Jesús de los egresados de nuestras universidades?, que formó parte del VII Encuentro de Egresados y Amigos, organizado por la Fundación Ibero Meneses (FIM)  y la Asociación de Egresados de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (ASEUIA).

En respuesta a la pregunta que dio nombre a su conferencia, el Rector enunció 10 pasos concretos sobre lo que espera la Compañía de Jesús de las y los egresados de sus universidades:

  • 1. Llamados a humanizar el mundo. Significa que cada cual rompa toda situación deshumanizante que haya en sus contextos familiar, social, nacional e incluso en el contexto mundial. En esta nueva cultura de la globalización, a la que llama el  Papa Francisco, hay que humanizar todo el mundo y reconocer que las personas comparten un pasado y futuro comunes, “es decir, no soy el único que piensa que las cosas pueden ser mejores”.
  • 2. Convicción de que su pasado compartido tiene un futuro común. Esto debe llevarles a tener la convicción y el cariño de trabajar para cambiar las cosas, de construir el futuro de modo distinto, ya que, “si no nos unimos para cambiar ese futuro que ustedes y yo queremos, nadie lo va a hacer”. Ese cambio se tiene que hacer juntos y con unión entre quienes están convencidos de que las cosas deben cambiar.
  • 3. Tender puentes. Con el Otro y con los Otros, en el plano institucional, organizacional y de empresa. Las y los exalumnos tienen que ser capaces de crear puentes, para unirse de una manera más convencida para apoyar proyectos concretos en donde unos y otros participen en sacar adelante el crecimiento económico, los derechos humanos, las cultura y la educación.
  • 4. Que su amor se manifieste en trabajos de justicia. No se puede ser exalumno/a de la Compañía si se ha sido injusto, deshonesto. “Si en mis pensamientos, si en mis palabras, si en mis obras y en mi parte de omisión hay cuestiones de injusticia, algo tengo que hacer. Y algo tengo que hacer con mi propia vida, porque no estoy de alguna manera en esa sintonía dinámica, en esa situación muy clara de poder generar una historia que construye un mundo distinto a partir de lo que el Evangelio, de lo que los principios de la propia Compañía, me están invitando”.
  • 5. Solidaridad con los menos afortunados. Especialmente con aquellos/as que son relegados, que son considerados la parte no importante y no productiva de la sociedad.
  • 6. Capaces de discernimiento ignaciano. Discernimiento ignaciano que es un modo de proceder que ayuda a tener la capacidad de optar por algo específicamente fundamental en la vida. Ese modo de discernir de manera ignaciana se tiene que conocer y que llevar a la práctica como método y estructura, “porque nos generará un diálogo primario con la parte trascendental de la vida, con un Dios que se hace presente en el día a día, en el actuar y en el modo como mi historia se va fraguando”. Para el Padre Saúl resulta hermoso cuando uno se topa con una persona que transmite una paz que le viene de un corazón puesto en las manos de Dios.  “Eso se siente, se transmite, se vibra. Se contagia uno cuando una persona verdaderamente me transfigura, o como lo ha dicho la teología, se transparenta la divinidad de Dios”. Aquí el cuestionamiento es, dentro de su propio discernimiento, qué tanto uno puede transfigurarse.
  • 7. Capaces de crecer, cambiar. Que no sea un impedimento para crecer la edad o el ya tener todo lo necesario. Nunca hay que cansarse de crecer, ni quedarse pequeños ante una vida que invita a ser más, ni ante una realidad que invita a transformarla. Hoy se tiene la necesidad de saber actualizarse día a día, “y con la actualización necesitamos ser capaces de cambiar, ser capaces de ser distintos, ser capaces de incluso aprender a volar cuando no hemos hecho lo posible por lanzarnos a ese vacío, cuando no hemos sido capaces de querer dejar el suelo... Crecer y cambiar es siempre aprender a dejar la orilla, para llegar a conocer otros mares”.
  • 8. Con voz colectiva a nivel nacional, regional e internacional. Los exalumnos y exalumnas, muchos de ellos empresarios, académicos, personas que han incursionado en la vida política, cultural y social de México, tienen una voz que es más escuchada que la de una persona que no ha tenido las mismas oportunidades. Por eso su voz es importante, y si esa voz es colectiva, todavía más; porque cuando se suma su voz a la voz de otros y otras, adquiere una fuerza mayor. Es así que el Rector les invitó a que “esa fuerza colectiva la logremos aprovechar para poderle poner rostro a todos aquellos hombres y mujeres que hoy por hoy no tienen rostro, que no tienen quién hable por ellos. Prestemos nuestra voz a esas personas, a esos niños, a esos hombres, a esas mujeres, a esas personas que son relegados, para que puedan también ser parte de una situación más humana”.
  • 9. Invitar a los jóvenes a una acción colectiva. Los exalumnos/as están llamados a invitar a los jóvenes a unirse colectivamente a cada uno de los grupos que han fundado o a los cuales pertenecen (como la Fundación Ibero Meneses), que sirven y apoyan distintas causas dentro de sus empresas, la Iglesia o la Compañía de Jesús.
  • 10. Implicándose en la Misión de la Compañía y de la Iglesia. Hay que ayudar “a cada uno de los obreros que hay en la Compañía, porque el trabajo es arduo y necesitamos apoyos”. Es así que las egresadas y egresados pueden vincularse, de manera generosa y cariñosa, a alguna o algunas de las más de 90 obras de la Compañía de Jesús en México.

Para concluir su exposicion, el Dr. Cuautle Quechol compartió otros cinco pasos concretos, ahora sobre lo que espera la Compañía de sus grupos de egresados/as (como la ASEUIA):

  • 1. Convertirse en una oportunidad para que surjan lazos afectivos. No deben limitarse a apoyar a las instituciones educativas de la Compañía a nivel de proyectos de investigación, de becas o de formación de profesores, como lo hacen el Patronato de la Ibero y UIAC, sino que también tienen que vincularse con lazos afectivos, “porque es la manera como verdaderamente nos hacemos hermanos”. “La última encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, nos habla precisamente de eso, que seamos capaces de tener lazos fraternos entre nosotros. Y yo creo que un logro que se puede tener desde la organización de exalumnos es crear esos lazos y que esos lazos sean tan fuertes, de una gran estructura, que sean difíciles de romper a pesar de que pasen los años”.
  • 2. Ser una plataforma de discernimiento y planificación grupal. Tiene que haber una verdadera estructura, un objetivo claro, un plan estratégico, de qué se quiere, cómo se quiere y hacia dónde se quiere dirigir eso. Las organizaciones de exalumnos que tienen más frutos y alcances son las que planifican qué van a hacer y que tienen objetivos claros a conseguir.
  • 3. Establecer foros de formación permanente. La realidad pide estarse actualizando continuamente, con la ayuda de expertos, en distintos temas: administrativos, educativos, valorales, religiosos, teológicos, éticos, de análisis de la realidad. “Esa es una invitación muy particular para un grupo como el de ustedes (ASEUIA), crear foros continuos de formación permanente”.
  • 4. Que trabajen en red. Vincularse a otros grupos dentro de la misma Compañía, porque cuando se hace trabajo en red, se descubre que las cosas se pueden hacer con mejor calidad y con menos esfuerzo.
  • 5. Agregar valor a lo que hacen. Agregar valor a todo lo que se hace, para en verdad dejar huella.

Y, finalmente, recomendó a los grupos de egresados permitir que un jesuita siempre los asesore, porque el jesuita estará preocupado por hacer de su grupo el mejor de los grupos.

VII Encuentro de Egresados y Amigos

Previo al discurso del Dr. Saúl Cuautle Quechol, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, el Lic. Víctor Gavito y Marco, Presidente de la Fundación Ibero Meneses (FIM), envió un mensaje, con el cual dio inicio al VII Encuentro de Egresados y Amigos.

Al encuentro virtual asistieron, entre otros, el Lic. Valentín Diez Morodo, presidente de Universidad Iberoamericana Asociación Civil (UIAC); la Lic. Guadalupe Saavedra, directora general de la FIM; la Lic. María de la Concepción Gavito, consejera de la FIM; y el Ing. Arturo Bañuelos, presidente de la Asociación de Egresados de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (ASEUIA).

PEDRO RENDÓN/ICM

 

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