Simulaciones computacionales permiten saber cómo reaccionará la gente en los sismos
Las simulaciones computacionales de la realidad, conocidas como Modelos Basados en Agentes (MBA), ayudan a entender, por ejemplo, cómo reaccionará la gente en los terremotos, y a priori, permiten tomar decisiones para evitar problemas ante estas eventualidades, dijo el Dr. Florian Chávez-Juárez, coordinador de la Unidad de Simulación en el Laboratorio de Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El doctor, quien actualmente imparte en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México un curso sobre Modelos Basados en Agentes, explicó que en el caso de los sismos, con los MBA se puede tomar el plano de un campus universitario para ver las salidas de emergencia que hay, y si a esto se suma algo del comportamiento de la población, es decir, el porcentaje de gente que se pone a correr y el de la que no se mueve, se puede incluir eso en la simulación y determinar cómo al momento en que suene la alerta sísmica empezarán a correr las personas y cómo se atascarán en las puertas.
“Después puedo simular qué pasa si trato de evitar que haya pánico, qué pasa si amplío las puertas, si hago más puertas o qué medida técnica en ese sentido ayudaría más”; ello, porque el objetivo de los MBA es saber cómo tomar decisiones para resolver problemas.
Con esas simulaciones computacionales de la realidad se pueden evaluar diferentes políticas posibles y ver cuáles serían sus resultados. Pero es importante mencionar que una política puede tener un efecto positivo para ciertos agentes y un efecto negativo para otros. “Entonces, no son modelos que se basan en un agente que represente a todos, sino cada uno es distinto, y tenemos un resultado para cada uno”.
Los MBA se usan en economía, ciencias sociales y ciencias duras, en general, porque con ellos se trata de comprender, en una simulación en la computadora, cómo se comporta cada individuo y una población, y si el comportamiento a nivel población es igual que a nivel individual, o si son distintos.
Dicho comportamiento se busca entender a través del trabajo de datos y a través de experimentos que alimentan los modelos, con información lo más realista posible sobre un individuo o población, para con ésta hacer la simulación. Pero lo que sale de este ejercicio no necesariamente es siempre lo mismo, porque depende mucho de los agentes, de las características, del contexto en el cual se simula.
Imparte curso en la IBERO
Sobre el curso que imparte en la IBERO, por invitación del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus) de esta Universidad, Florian dijo que consta básicamente de tres fases: conceptos, introducción a un software especializado en este tipo de modelos y realización de unos proyectos pequeños para aprender cómo se diseña un modelo y “un poco las trampas que puede haber; que típicamente es querer meter demasiada información en un modelo y después volverlo muy complejo y que no se entiende mucho”.
La intención es que al final de los cinco días del curso (del 17 al 21 de junio), que se lleva a cabo en el GeoLab, el laboratorio de georreferenciación de la IBERO, las y los docentes y estudiantes que lo toman sean capaces de hacer un modelo basado en agentes, y si es de su interés, incluirlo en sus investigaciones académicas.
Aunque los MBA básicos se pueden hacer en cualquier computadora personal normal, conforme va creciendo el modelo se requieren equipos más poderosos.
En el caso del GeoLab, la ventaja es que cuenta con equipos más rápidos, que permiten incluir información geoespacial y que en este laboratorio se realizan investigaciones interdisciplinarias, que permiten entender el comportamiento de las personas desde la psicología, la economía o cualquier otra disciplina. “Y también puede servir de medio de comunicación entre las ciencias, porque justamente puedo mezclar el conocimiento de un geólogo con el de un economista, con un sociólogo, con un psicólogo; con quien sea”.
Texto y fotos: PEDRO RENDÓN/ICM
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