La última semana de octubre, para conmemorar los 50 Años de su Departamento de Ciencias Religiosas, la IBERO realizó su ‘XV Simposio de Teología’, que tuvo como tema central ‘Teología y estudios descoloniales: experiencias y análisis para una teología política desde el Sur’.

Entre las y los prestigiados ponentes que se dieron cita, se contó con la presencia de la Dra. Sylvia Marcos Tueme, eminente investigadora de las religiones mesoamericanas y las teologías feministas, quien cuenta con un post-doctorado en Psicología y Sociología de las Religiones de la Universidad de Harvard, donde ha sido profesora visitante.

Luego de asistir a la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, donde impartió juntó con la Dra. Marilú Rojas Salazar la conferencia magistral ‘Pensamiento y propuestas feministas descoloniales’, la doctora Marcos concedió esta breve entrevista a Prensa Ibero.

¿Qué es para usted la religión y por qué es importante estudiarla?

La religión son creencias que estructuran la vida completa de una persona, que le da razón y objetivo a lo que hace, y que le inspira para estar en el mundo.

Imagínate qué sería de la gente si no tuviera una fe fuerte, una religión que le apoye y le oriente qué hacer en un mundo como el de ahora, donde hay una guerra en Ucrania, y donde las y los migrantes mueren en el Mediterráneo o en las rutas del narcotráfico al pasar por México.

Por eso es necesario entender qué significan las creencias -porque la religión es la institución-, en qué crees tú, qué te inspira para vivir y para trabajar. Eso es vital para sobrevivir en el mundo difícil de hoy.

¿Dónde ubica al pensamiento y giro descolonial en la teología?

Yo lo hago en específico desde Mesoamérica, al reconocer y reevaluar lo que tenían los pueblos anteriores a la llegada de los conquistados españoles y del catolicismo. En la IBERO presenté un análisis de la dualidad mesoamericana, de cómo se puede estructurar una teología descolonial desde la filosofía de los antiguos indígenas de México: náhuatls, mayas, purépechas.

Llamé a mi disertación ‘Cuerpo y género en Mesoamérica para una teoría feminista descolonial’. Y por qué descolonial; porque no sigue los principios de la filosofía clásica y cartesiana de dualismos, sino que se construye sobre la dualidad mesoamericana, conceptualmente en fluidez de género y  muy ligada con la crítica del domino masculino que hacemos las feministas, de la jerarquización de lo masculino y lo femenino.

¿Cuál ha sido ese aporte que han hecho las religiones mesoamericanas al feminismo descolonial?

Por ejemplo, en su filosofía, los pueblos indígenas hablan del otroa, un concepto que conlleva fluidez de género, porque la dualidad mesoamericana no está hecha de opuestos mutuamente excluyentes, la dualidad mesoamericana está hecha de un tránsito permanente entre lo femenino y lo masculino, en una identidad hombre-mujer.

¿Y cómo diría que usan la teología las luchas feministas?

En el pensamiento clásico o dominante, el género está jerarquizado: lo masculino es superior, lo femenino es inferior; lo masculino dirige, lo femenino sigue; lo masculino es racional, lo femenino es emocional.

Esas generalidades del pensamiento patriarcal, que dan mayor valor a lo masculino que a lo femenino, y ponen a lo femenino como dependiente de lo masculino, son a las que criticamos las teólogas feministas, porque casi toda religión pone en superioridad a los varones y en inferioridad a las mujeres. Entonces, la teología feminista es un reclamo conceptual de ese orden de superioridad masculino sobre el orden femenino.

Texto y foto: PEDRO RENDÓN

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