Hacer de México un país más igualitario requiere tener un Estado más fuerte, el cual se puede construir si el gobierno se corta las manos, en el sentido de que la burocracia sea apartidista y un servicio civil de carrera, dijo el Dr. Raymundo Campos Vázquez, académico de El Colegio de México.

Al presentar en la IBERO su libro ‘Desigualdades: ¿por qué nos beneficia un país más igualitario?’, el especialista explicó que las decisiones en políticas públicas en educación, salud, seguridad, etcétera, provendrían de esa burocracia profesional, no del partido político que haya ganado una elección y llene al funcionariado de simpatizantes. 

Como el desarrollo económico en México es dispar entre entidades, continuó, los servicios públicos deben ser de calidad para todo el país, lo que requiere de mayores impuestos, que deben ir acompañados de una transparencia fiscal, o sea, saber quién paga y cuánto.

En su texto, Campos menciona -como también encuestas de opinión hechas por diversos investigadores- que la sociedad mexicana desea un sistema fiscal progresivo, es decir, donde los que tienen más paguen más. “Y lo que tenemos que ver es, cuál es el nivel que se paga ahora y hasta dónde podemos llegar”.

En más sobre la desigualdad, añadió que existe la creencia de que si es alta puede ser buena, porque la movilidad social en el país también será alta. No obstante, la realidad en México es que la desigualdad es persistente. “Si te va bien hoy, es muy probable que les vaya bien a tus hijos en el futuro; y si te va mal hoy, es muy probable que a tus hijos les vaya mal en el futuro”.

Comentó también que una desigualdad excesiva como la de México: es un obstáculo para el crecimiento y desarrollo económicos; genera más inestabilidad social y política; ocasiona pérdidas sociales en cuanto a solidaridad, altruismo y cohesión social; y genera más ansiedad y estrés, incluso entre la gente rica.

Pero la anterior, no es la única consecuencia para las personas adineradas, ya que la desigualdad les impide beneficiarse de las habilidades que podrían tener otras/os -adquiridas en la educación escolarizada-, y es que una empresa podría crecer más si tuviera personal más calificado.

Por eso, el profesor-investigador de El Colegio de México subrayó que la desigualdad no es un problema que sólo deba enfocarse en la pobreza, sino que es uno que nos atañe a todas y todos, porque el país no puede crecer a tasas más altas “y no puede desarrollarse de la forma que nos gustaría”.

La presentación del libro ‘Desigualdades: ¿por qué nos beneficia un país más igualitario?’ fue organizada por el Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a través de su Maestría en Políticas Públicas.

Texto y fotos: PEDRO RENDÓN