Visitan estudiantes de la IBERO albergue de migrantes Sagrada Familia, en Tlaxcala
Estudiantes de tercer semestre de la carrera de Comunicación, acompañados por la Mtra. Miriam Zamora Chávez y el Dr. Roberto Garcés Marrero, del Departamento de Comunicación, realizaron una visita al albergue para migrantes Sagrada Familia en Apizaco, Tlaxcala. Esta actividad, organizada dentro de la materia "Medios, Discursos y Recepción", tuvo como objetivo acercar al alumnado a una realidad social frecuentemente marginada y fomentar una reflexión crítica sobre el papel de la comunicación en estos contextos.
Desde el inicio del semestre, los integrantes del cuerpo docente informaron al estudiantado sobre la colaboración con el albergue y la importancia de la actividad. La visita se organizó en dos etapas: un primer encuentro de reconocimiento por parte del profesorado y un segundo para realizar actividades más específicas. Dado que el albergue se encuentra fuera de la Ciudad de México, el viaje se programó el día sábado, permitiendo así la participación del alumnado sin interferir con sus horarios académicos.
El albergue La Sagrada Familia es un refugio para personas migrantes, mayoritariamente hombres, provenientes de Centroamérica. En su mayoría huyen de situaciones de pobreza y violencia en sus países de origen, como Honduras, Guatemala y Nicaragua, con la esperanza de llegar a Estados Unidos. La visita permitió a las y los estudiantes conocer de primera mano las condiciones de vida de estas personas y los desafíos que enfrentan en su camino.
Juan Francisco Zuleta, estudiante de Comunicación, destacó que la experiencia fue profundamente enriquecedora. “Sin duda, esta experiencia reafirmó mi visión de que la comunicación no solo informa, sino que también tiene el poder de generar cambios sociales. La Universidad Iberoamericana busca formar profesionales con sentido crítico y compromiso con la justicia social, y esta visita fue un claro ejemplo de ese propósito.
El vínculo de la IBERO con organizaciones sociales
La Universidad Iberoamericana tiene un fuerte compromiso con la justicia social, alineado con su filosofía jesuita. A través de diversas materias y programas, la institución busca que las y los estudiantes no solo se formen como profesionales en sus respectivas disciplinas, sino que también adquieran sensibilidad y compromiso con las problemáticas sociales. Que incidan en su realidad. La colaboración con el albergue es un reflejo de este compromiso, así como otras iniciativas de incidencia social en temas de género, derechos de los pueblos indígenas y migración.
La profesora Zamora y el profesor Garcés destacaron que este tipo de experiencias permiten que las y los estudiantes salgan de su círculo social habitual y enfrenten realidades distintas. La universidad cuenta con varios programas que los vinculan con organizaciones civiles, como clínicas de asesoría legal, proyectos de apoyo comunitario y centros de atención para poblaciones vulnerables.
Uno de los retos iniciales fue motivar al alumnado a participar. "Decirles que vamos a ir un sábado muy temprano, a las ocho de la mañana, y que tienen que sacrificar un día de descanso para conocer y platicar con migrantes, es un desafío". "Es un primer acercamiento con un grupo de personas marginadas y una oportunidad para que el estudiantado cuestione sus propias ideas", agregó la Mtra. Miriam Zamora.
"Durante la visita, tuvimos la oportunidad de conversar con las y los migrantes, escuchar sus historias y reflexionar sobre los prejuicios que muchas veces existen en su contra. Uno de los temas que más nos marcó fue la idea errónea de que se trata de 'delincuentes', cuando en realidad son personas que huyen de la pobreza y la violencia en busca de una vida digna.
Además de dialogar con ellas y ellos, participamos en distintas actividades dentro del albergue, como la preparación y distribución de alimentos, así como la organización de un pequeño espacio de descanso, lo que nos permitió comprender, aunque sea en una mínima parte, los retos que enfrentan en su camino", comentó Juan Francisco Zuleta.
Más allá de la actividad académica, la mayor satisfacción para las y los docentes es ver que hay estudiantes que deciden involucrarse de manera voluntaria con estas causas después del curso. "El aprendizaje más valioso es cuando el alumnado, una vez terminado el semestre, busca seguir colaborando con estas organizaciones", concluyó la profesora Zamora.
La visita al albergue La Sagrada Familia fue una experiencia enriquecedora para los estudiantes de la IBERO, no sólo por la oportunidad de conocer una realidad social compleja, sino también por el impacto que puede tener en su visión y futuro profesional. Este tipo de actividades demuestran la importancia de la formación integral, donde la educación académica se complementa con la responsabilidad social y la empatía hacia los sectores más vulnerables de la sociedad.
México es un país clave en los flujos migratorios de Centroamérica hacia Estados Unidos. Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), cada año miles de migrantes cruzan el territorio mexicano, enfrentando múltiples desafíos como la inseguridad, la falta de recursos y el endurecimiento de políticas migratorias. En 2023, se registraron más de 400 mil encuentros con migrantes en situación irregular, lo que refleja la magnitud del fenómeno y la necesidad de una respuesta humanitaria adecuada.
Los albergues como Sagrada Familia operan bajo normativas que garantizan la seguridad y bienestar de los migrantes. Entre las reglas más comunes se encuentran:
- Registro obligatorio al ingresar al albergue
- Respeto a las normas de convivencia y a los demás huéspedes
- Prohibición de sustancias ilegales y consumo de alcohol dentro de las instalaciones
- Horarios establecidos para alimentación y descanso
- Participación en actividades de limpieza y mantenimiento del espacio
- Solo pueden permanecer dentro del albergue por 48 horas
El camino de un migrante no es solo un trayecto físico, sino una travesía cargada de incertidumbre, miedo y esperanza. Es una aventura sin precedentes, un dilema donde cada paso representa una decisión que puede marcar el destino de una vida. Las personas migrantes parten con la convicción de encontrar un futuro mejor, dejando atrás sus raíces, sus familias y, en muchos casos, su identidad, para enfrentarse a un mundo desconocido y hostil. La travesía no es sencilla; enfrentan el peligro del crimen organizado, la explotación, la discriminación y la indiferencia de muchas sociedades que les ven como una carga y no como seres humanos con sueños y anhelos.
Por ello, la empatía y la solidaridad son fundamentales. Comprender sus historias y sus luchas permite desmantelar los prejuicios y construir un mundo que les resulte más justo. La migración no es solo un fenómeno estadístico, sino la suma de miles de relatos de valentía y resiliencia. Cada migrante es un testimonio de lucha, de supervivencia y de esperanza. No saber cómo terminará su viaje, si lograrán su objetivo o si sufrirán la detención y deportación, es parte de la angustia que les acompaña en cada paso. Pero también es un recordatorio de que, como sociedad, tenemos la responsabilidad de ofrecerles un trato digno y humano, de reconocer su valentía y de apoyarles en la construcción de un futuro mejor.
Texto y fotos: Francisco Urrieta Hernández, estudiante de 6° semestre de la licenciatura en Comunicación y practicante en Prensa IBERO
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