En el marco de la celebración de San Ignacio de Loyola y de las 'X Jornadas AUSJAL', la comunidad de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México reflexionó sobre el liderazgo que como universidad jesuita queremos promover.

El liderazgo que nace de nuestra espiritualidad; de nuestro modo de situarnos nosotras/os misma/os y en vinculación con las demás personas. Un liderazgo que nos convoca a renovarnos y a apropiarnos de este modo de proceder desde nuestro ser personas compasivas, conscientes, comprometidas, competentes y contemplativas en la acción.

El modelo de educación jesuita nos confronta a resignificar y revalorar, como comunidad, para qué estamos aquí y qué queremos ofrecer al mundo. Es una invitación a cuestionar nuestro ser y quehacer para abrirnos a nuestras más plenas posibilidades en el ejercicio de nuestra humanidad. Es un llamado a confiar en que 'la verdad nos hará libres' para afrontar todos los obstáculos que nos impidan “en todo amar y servir”.

El liderazgo ignaciano, al mismo tiempo que nos confronta y convoca, confirma nuestro deseo de entregarnos con audacia al servicio de la justicia y la reconciliación en el mundo. Y destaca el cuidado de las personas y de la comunidad en nuestra colaboración. Destaca la escucha crítica y atenta a nuestra misión como colaboradores y colaboradoras en el contexto cotidiano de nuestro quehacer. Nos ofrece criterios de discernimiento e indicadores de evaluación cualitativos para mantener el rumbo de nuestra misión eligiendo los medios que mejor nos conduzcan a nuestro fin.

La Coordinación de Identidad y Misión de la IBERO Ciudad de México agradece la participación en las 'X Jornadas AUSJAL' de los directores de los centros ignacianos de tres universidades latinoamericanas hermanas: el Maestro Santiago Andrade, de Ecuador; el P. Carlos Cardona, S. J., de Colombia; y el P. Álvaro Pacheco, S. J., de Uruguay.

PRL/ICM