La Universidad Iberoamericana Ciudad de México inició un proceso de autoevaluación institucional internacional, bajo el aval de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), informó la maestra Sonia Elizabeth Fernández Orozco, directora de Cooperación Académica.

Con su autoevaluación, a ser culminada en un periodo de seis meses, aproximadamente, la IBERO dará cumplimiento a uno de los objetivos de su Planeación Estratégica 2012-2020 (trazado en el Rectorado anterior), que es el de contar en el año 2020 con una acreditación institucional internacional.

Para tal efecto, el Maestro David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y Vicepresidente Alterno para la Región de México en la UDUAL, identificó que el esquema de autoevaluación institucional internacional propuesto por la UDUAL resulta idóneo para la IBERO, porque le posibilita revisar, en total libertad, su estatus actual y tener un análisis prospectivo a 20 y hasta 30 años.

La autoevalución institucional obtuvo en abril de este año el aval del Senado Universitario, a partir del cual la IBERO envió una solicitud formal de postulación al Consejo de Evaluación y Acreditación Internacional (CAEI) de la UDUAL, que aceptó la candidatura de la Iberoamericana Ciudad de México.

La autoevaluación se hará desde una perspectiva amplia, de Universidad libre, solidaria y que mira la realidad de los países en los que está inserta, es decir, en el subcontinente latinoamericano, con el fin de ofrecer a las comunidades de esta región soluciones pertinentes a sus problemas y que tengan una gran implicación social.

Este proceso de acreditación institucional internacional, que actualmente se lleva a cabo, se realiza en un momento singular para la IBERO, en que ésta y todas las universidades de la Compañía de Jesús en el mundo están recuperando, reforzando e instrumentando su apuesta de universidades jesuíticas, bajo la concepción de formar ciudadanos competentes, comprometidos, capaces, conscientes y contemplativos en la acción.

También se lleva a cabo en el mismo año en que el  Padre General de la Compañía, Arturo Sosa, comunicó en febrero, a nivel global, las cuatro Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús 2019-2029, que guiarán los trabajos de todas las obras de la Compañía en los próximos años, y que son: A, Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento; B, Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia; C, Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador; y D, Colaborar en el cuidado de la Casa Común.

La autoevaluación de la IBERO será una toma de conciencia respecto a los valores que asume, vive y preconiza como Universidad jesuita, bajo una perspectiva crítica y aguda en las dimensiones que valorará el CAEI-UDUAL.

La Mtra. Fernández destacó que para poder arrancar el proceso de autoevaluación fue necesario que la Universidad Iberoamericana entregara un anteproyecto, mismo que fue revisado y validado por el Rector, Mtro. David Fernández Dávalos, S.J. Entre otras cosas, el anteproyecto aborda cuáles son los objetivos que la Universidad persigue, y cuál será el impacto, para los años próximos, de esta evaluación, dentro de la Universidad y en el ámbito social.

Para dar curso a la autoevaluación se constituyó una Comisión Interna de Trabajo, conformada por integrantes de la Vicerrectoría Académica, la Dirección de Planeación y Evaluación Institucionales, la Dirección General de Formación e Incidencia Ignacianas, la Dirección General Administrativa y la Dirección General de Vinculación Universitaria.

Entre los objetivos trazados por la IBERO para esta autoevaluación se encuentran: detectar si lo que la Universidad Iberoamericana Ciudad de México hace, incide en la realidad; si la Universidad es un actor relevante en la transformación social que demandan México y Latinoamérica; y si la labor de la IBERO es pertinente para ayudar a satisfacer las necesidades de las personas, sobre todo de las más necesitadas.

Este proceso de acreditación permitirá a la IBERO revisarse a sí misma y hacer un examen de conciencia, como demanda el discernimiento, sobre lo que hace y quiere hacer para cumplir mejor con su Misión. Una vez que se tengan los resultados de la autoevaluación, la Universidad podrá hacer una lectura global de sí misma, para identificar posibles factores críticos que requieran atención, enriquecer su perspectiva con el aporte de otras miradas y adquirir la flexibilidad necesaria para adaptarse a nuevas realidades.

“Este proceso nos permitirá mirarnos en la libertad de lo que somos, porque después de una acreditación como esta no habrá abandono de lo que somos, sino una certeza mayor y un acoger con mayor compromiso lo que decimos que somos. Eso lo tenemos que defender porque en ello nos va la Identidad de la Universidad Iberoamericana, nuestra responsabilidad como Universidad y nuestra apuesta por el servicio a los demás”, dijo la maestra Sonia E. Fernández.

Agregó que además de reconocer sus fortalezas, la IBERO profundizará en cómo transmite los conocimientos, cómo es su manera de hacer humanidad en este mundo, y se examinará a través de sus frutos, o sea de sus egresadas y egresados, al mirar si ellas y ellos, por medio de su labor profesional, están haciendo la diferencia en las sociedades mexicana y latinoamericana, al incidir a favor de la creación de un mundo más justo, más humano, más solidario y más igualitario.

Texto y foto: PEDRO RENDÓN/ICM