Académica explica por qué la soledad disminuye la calidad de vida

Vie, 19 Jul 2019
La Dra. Ana Lilia Villafuerte, académica del Departamento de Psicología de la IBERO, señaló que la soledad es un tema de salud pública, ya que puede llevar a la depresión y a trastornos de ansiedad, así como a intentos suicidas
Las grandes urbes como la Ciudad de México son factor de riesgo para padecer soledad debido a las condiciones sociales, ambientales y de inseguridad
La psicóloga clínica dijo que el ser humano está diseñado para ser gregario, para estar en grupo y convivir
  • Dra. Ana Lilia Villafuerte, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana (Valentina González/IBERO). (Valentina González/IBERO).

La soledad es un fenómeno universalmente conocido y con importantes repercusiones en la dinámica y el funcionamiento psicológico de las personas. Podría describirse como una experiencia subjetiva, desagradable y dolorosa, pero no es necesariamente sinónimo de aislamiento social, explica Sagrario Yárnoz Yaben, profesora titular de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea.  

Varios estudios han confirmado que la soledad tiene efectos en la salud, tanto física como mental, de las personas. Sin embargo, este factor puede llegar a ser tan dañino como la obesidad e incrementar el riesgo de mortalidad prematura.  

Una investigación realizada por Julianne Holt-Lunstad y Timothy B. Smith, investigadores de la Universidad Brigham Young en Utah, Estados Unidos, reveló que la soledad y el aislamiento social aumentan el riesgo de muerte prematura en un 50%. En un informe publicado por la Asociación Americana de Psicología se destaca que la soledad representa un peligro para la salud pública, incluso mayor que la obesidad. 

Para los investigadores, estar conectados con otros socialmente es considerado una necesidad humana fundamental, es decir, crucial para el bienestar y la supervivencia. Además, señalaron que los adultos de edad más avanzada no son, necesariamente, los más solitarios, aunque la mayoría de los estudios acerca de los efectos de la soledad se han enfocado en este grupo poblacional.  

Asimismo, aseguraron que la prevalencia de la soledad llega a sus niveles más altos en adolescentes y adultos jóvenes, y luego vuelve a alcanzarlos durante la vejez. 

La Dra. Ana Lilia Villafuerte, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, explicó que la soledad es un factor de riesgo, pues si una persona vive y se percibe sola es más fácil que su calidad de vida disminuya considerablemente.  

“Cuando vivimos aislados, en soledad o no estoy integrado socialmente, la calidad de vida se deteriora y las enfermedades atacan. El proceso degenerativo se incrementa si no tengo vínculos sociales. La soledad es un tema de salud pública que abona a la depresión y a los trastornos de ansiedad, así como a intentos suicidas”, señaló la académica quien está adscrita a la Maestría en Orientación Psicológica de la IBERO.  

La psicóloga clínica dijo que el ser humano está diseñado para ser gregario, para estar en grupo y convivir. Añadió que el contacto y el vínculo con el otro es necesario pues cuando una persona está sola, no tiene con quien compartir algo y no recibe retroalimentación empieza a vivir mucha ansiedad y a llenar ese vacío con alimentos, alcohol o sustancias nocivas, con los que busca huir de la sensación de soledad.  

“El problema está cuando los efectos del alcohol o las drogas se acaban se dan cuenta de que en verdad están solos, que no están contentos, que no tienen con quién compartir y tampoco tienen apoyo. El ser humano necesita a alguien que le toque el hombro y le diga: ‘aquí estoy si me necesitas, lamento que estés pasando por esto’, y eso hace una gran diferencia en la calidad de vida de las personas”.  

Agregó que una persona que está en soledad tiene que lidiar con dolores y temas de la vida diaria. Siente que no puede con ellos, ya que no tiene respaldo. “No establecer vínculos con otras personas tiene un impacto en la calidad de vida, en todo aspecto: en el trabajo, salud física, bienestar emocional. Puedes tenerlo todo y sentir que no tienes nada”. 

Para vivir feliz… 

La investigación Harvard Study of Adult Developmen -un proyecto que ha seguido desde 1938 y examinado de cerca la vida de más de 700 hombres, y en algunos casos de sus parejas- reveló que las personas que tenían vínculos más estrechos estaban protegidas contra enfermedades crónicas y mentales, así como de la pérdida de la memoria, pese a que las relaciones tuvieran altibajos.  

El proyecto reveló algunos factores sorprendentes, y otros no tanto, que determinan si es probable que las personas se harán viejos de manera feliz y saludable, o si caerán en la soledad, enfermedad o debilitamiento mental. 

También encontraron que la gente que se esforzaba por sustituir a sus viejos compañeros de trabajo por amigos nuevos después de que se jubilaban, se encontraban más sanos y felices que aquellos que invertían menos esfuerzo en mantener sus círculos sociales una vez que dejaban de trabajar. 

El Dr. Robert Waldinger, actual director del estudio, aseguró que esta investigación que inició en Boston hace más de 80 años ha demostrado que la gente a la que le va mejor es aquella que se apoya en las relaciones con su familia, amigos, así como en la comunidad.  

De acuerdo con el profesor de psiquiatría clínica en la Escuela de Medicina de Harvard, la investigación mostró que es más fácil que la gente que desde un inicio es más saludable y feliz mantenga y genere relaciones, mientras que los más enfermos poco a poco se aíslan socialmente o terminan en relaciones destructivas. 

Añadió que al seguir a los sujetos durante muchas décadas y al comparar el estado de su salud y relaciones desde el inicio, estaba bastante seguro de que los lazos sociales fuertes son la causa de salud y bienestar a largo plazo. 

La soledad y tipos de personalidad  

Los investigadores en Psicología en la Universidad Brigham Young, Julianne Holt-Lunstad y Timothy B. Smith, explicaron que el aislamiento social denota pocas conexiones o interacciones sociales. Por su parte, la soledad implica una percepción subjetiva del aislamiento, así la discrepancia entre el nivel de interacción social deseado y el real.  

Esto quiere decir que las personas pueden aislarse socialmente y no sentirse solas; puede ser que sencillamente prefieran llevar una existencia ermitaña. Asimismo, hay quienes pueden sentirse solas aun cuando estén rodeadas de mucha gente, en especial si sus relaciones no son satisfactorias a nivel emocional. 

La Dra. Villafuerte explicó la relación que existe entre la soledad y algunos de los tipos de personalidades. Por ejemplo, una persona que es introvertida no significa que no pueda establecer vínculos significativos, todo lo contrario, pues tienen mejores amigos, una familia y parejaSimplemente no le gusta estar perpetuamente en contacto social, pues se siente poco apta para interactuar con otros, siente que no encaja en los círculos sociales, razón por la cual evita el contacto social.  

“El vínculo, aunque sea con una sola persona, ayuda a sentirse conectado con otros y a tener satisfacciones. La integración social hace que las personas vivan más; ésta tiene que ser positiva, sana y recompensante. Pero es importante estar integrado en un ambiente que te enriquezca y haga sentir bien”, explicó la maestra en terapia familiar.   

En el caso de las personas extrovertidas podrían sentirse muy acompañadas de todas las personas que están a su alrededor. Sin embargo, hay casos en los que por dentro pueden sentirse solas porque el hecho de estar con gente no significa que no se perciba sola; incluso, podría tener depresión.  

Las alertas  

Para la Dra. Villafuerte, pasar un rato a solas es importante para la reflexión, ya que ofrece la oportunidad de que las personas se conozcan mejor a sí mismas y que desarrollen ciertas actividades. Sin embargo, es muy diferente cuando se quiere estar en contacto con otros, pero simplemente no se puede. 

Al respecto, señaló que cuando la soledad está causando afectaciones en el área social, laboral, familiar de una persona es cuando es necesaria una intervención. La soledad moderada es sana, el punto es encontrar un balance. 

“Son llamadas de atención que hay que tener en cuenta cuando está causando problemas en mi trabajo porque me estoy aislando, porque no me integro e impacta en mi productividad; o cuando a nivel familiar reportan aislamiento o he cambiado mis hábitos alimenticios de un integrante. A nivel social, cuando solía tener amistades y disfrutar actividades, pero ya no lo estoy haciendo. Es importante estar al pendiente”, explicó.  

Redes sociales, factor de riesgo  

Las grandes urbes como la Ciudad de México son factores de riesgo para padecer soledad debido a las condiciones sociales, de inseguridad y ambientales que podrían causar aislamiento. Para la psicóloga de la IBERO, la velocidad con la que se vive no es que dispare la soledad, pero la puede volver más aguda.   

Sin embargo, agregó que las redes sociales son un factor de riesgo, porque están diseñadas para no hacer nada en cuanto a integración social. Lo preocupante es que el mundo se ha movido para allá, pues hay empresas en donde no se necesita salir porque todo está dentro, al alcance del empleo.  

Explicó que el mundo en términos de volver a la gente más productiva nos ha separado y asilado un poco. “Las redes sociales han provocado problemas en la salud mental de las personas porque establecen parámetros de lo que es éxito, de cómo debes lucir y lo que debes tener a cierta edad.  

“Te comparas, aunque no necesariamente sea real lo que se ve en estas plataformas. Esto puede generar ansiedad, incomodidad con la percepción del cuerpo, así como anhelar un estilo de vida. La gente que no sabe manejarlo vive frustrada y aumenta su ansiedad”, explicó la académica.  

 

Valentina González/ICM 

 

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